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En un tiempo anterior a la pandemia, que un museo o institución vendiera una obra era un sacrilegio. PodÃa venderla, como mucho, para obtener otra y enriquecer sus piezas de colección. Pero hacerlo para ganar dinero era un lÃmite sagrado del arte, ya que básicamente va contra la preservación de lo que es colectivo, de la historia que pertenece a las generaciones venideras. Y por ello, hasta sugerirlo, era tabú y podÃa acarrear sanciones. Sin embargo, el nuevo coronavirus ha resquebrajado ese imaginario, tras provocar meses de cierre en numerosos museos del mundo. Ante la falta de liquidez de ese otro tiempo mejor, el lado museÃstico anglosajón, especialmente de Reino Unido y Estados Unidos, ha lanzado el dilema prohibido que da inicio a esta crónica. Es el caso de la Royal Academy of Arts de Londres, que se encuentra en la tesitura de vender un mármol de Miguel Ãngel o despedir a 150 trabajadores (el 40% de su plantilla actual). Nunca antes en 250 años de trayectoria habÃa tenido tal problema, y tal vez por eso los impulsores de la propuesta son algunos académicos, y no los que dirigen la RA, "horrorizados" por el plan, según The Guardian. La decisión final, sea cuál sea, no echa para atrás este debate, que para la Royal supondrÃa una reducción de costos anuales de nueve millones de euros (más de diez millones de dólares), en un paÃs que aún está pendiente de entregar 1.800 millones de euros (más de 2.000 millones de dólares) a las instituciones culturales. Claro que la perdida serÃa el bajorrelieve 'Tondo Taddei' de la imagen, creado en 1504 por Miguel Ãngel, por encargo de una rica familia florentina. En la obra se ve a la Virgen con el niño y San Juan, y es considerada una de las joyas de la casa. Una joya versus doce. Porque si la Royal se resiste a perder la única escultura del artista italiano en Reino Unido, el Brooklyn Museum se ha decidido a subastar en Christie's doce piezas que aliviarÃan sus presiones financieras. En Estados Unidos, como puede comprobarse, las reglas museÃsticas han cambiado más, al punto que la Association of Art Museum Directors permitirá hasta el 10 abril de 2022 que los museos vendan obras, siempre que "utilicen las ganancias para pagar los gastos asociados en el cuidado directo de las colecciones". No gusta a nadie, pero en la balanza pesa que sigan existiendo museos como el de Brooklyn, que será el primero en optar a lo grande a esta salida. Y el lÃmite, ahora en tiempos de Covid-19, será que el dinero se emplee en limpiar o transportar una obra de arte, asà como cubrir los salarios de los profesionales involucrados. Es curioso porque en inglés esta práctica cuenta con una palabra, 'deaccessioning', ya implantada en el mundo del arte. Pero como explicamos, no está bien valorada, y menos si supone vender pinturas de Corot, Courbet o Cranach. El de Brooklyn se defiende alegando que las obras suponen una pequeña parte de su colección (que consta de más de 160.000 piezas) y que su selección se hizo pensando en el todo, en cómo afectarÃa su ausencia en la explicación del resto de los artistas. Por el 'Tondo Taddei', la Royal Academy podrÃa lograr 110 millones de euros (unos 127 millones de dólares). Mientras que el Museo de Brooklyn podrÃa recaudar unos 30.000 dólares solo por una obra de Vibert y 1,8 millones solo por la bella 'Lucrecia' de Cranach. Una venta cuyo otro de los lÃmites es que sean objetos de arte no contemporáneos. Â
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