El historiador Cástulo MartÃnez Hernández aseguró que la historiografÃa chilena miente sobre el conflicto marÃtimo con Bolivia y que en sus textos escolares se enseña que nuestro paÃs nació sin acceso soberano al océano PacÃfico.
El hecho llama la atención porque MartÃnez es chileno (nacido en Curicó) e historiador y dedicó gran parte de su obra a investigar y desmentir la versión chilena sobre su relación con Bolivia.
MartÃnez afirmó que tuvo estrecho contacto con el historiador Roberto Querajazu y fue él quien revisó sus manuscritos y le impulsó a publicar sus investigaciones sobre el conflicto marÃtimo entre Chile y Bolivia, principalmente los primeros tres titulados Mar de Bolivia, Chile el Depredador y Las aguas al Silala.
PUBLICACIÓN DE OBRAS
A fines de diciembre de 2015, el historiador chileno estuvo en Bolivia en gestiones para que el Gobierno acceda a publicar sus libros porque, según el propio MartÃnez y su editor en el paÃs, Rafael Urquizo, existe una resolución ministerial que declara a estos libros como de lectura obligada en el nivel secundario.
"SerÃa muy interesante, ahora que se ha reactivado el conflicto marÃtimo con el juicio ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, que se reactive esta resolución para enriquecer el debate sobre el tema", aseguró el historiador.
MartÃnez apoya plenamente la demanda marÃtima de Bolivia contra Chile. Aclara que queda mucho por hacer y que la lucha recién está empezando.
A su paso por Cochabamba, MartÃnez accedió a una entrevista con el periódico Los Tiempos para detallar el alcance de su investigación.
Los Tiempos (LT): Cuando hay una demanda de por medio contra Chile, ¿qué influencia cree que puedan tener sus investigaciones?
Cástulo MartÃnez (CM): Creo que pueden enriquecer el debate, como ya ha estado sucediendo en los últimos años. Yo empecé a investigar para corroborar lo que decÃa la historiografÃa oficial de Chile: que Bolivia nunca tuvo acceso soberano al mar.
Yo crecà con esa idea. Pero luego dudé y empecé a realizar mi propia investigación. La inicié con toda la documentación chilena que actualmente no es accesible al público porque no les conviene. También consulté documentos de museos y de la Biblioteca Nacional.
LT.- ¿Qué conclusiones pudo sacar de esas sus investigaciones?
CM.- Me di cuenta que me estaban enseñando una historia adulterada y cambió todo mi esquema de que la verdad histórica siempre ha estado de parte de Bolivia y que Chile actuó con malas artes para lograr lo que tiene. LT.- En qué aspectos ha detectado la falsedad histórica de parte de Chile.
CM.- Lo que me llamó la atención y me puso en contacto con el historiador boliviano don Roberto Querejazu fue que en Chile negaban la existencia de un decreto de Simón BolÃvar que afirmaba que Bolivia sà tenÃa una costa.
Sin embargo, Querejazu afirmaba que el decreto de BolÃvar existió. Un historiador chileno asegura que ese decreto nunca existió, que es espurio.
Ese investigador dijo que ese decreto nunca se ha visto en ninguna parte y que en todos los lugares que investigaron nunca lo encontraron. Con eso Chile argumenta que Bolivia nunca tuvo mar.
LT.- Qué otros argumentos chilenos ha refutado con sus investigaciones.
CM.- Que Bolivia nunca tuvo un litoral propio, y que fue culpable de provocar la Guerra del PacÃfico. Sin embargo, yo salà de toda esa maraña por mis propias investigaciones.
Descubrà que los grandes hombres públicos de Chile, incluso uno de los padres de la patria, Bernardo O'Higgins, decÃa que Chile se extendÃa desde la bahÃa de Mejillones hacia el sur; no entraba a Mejillones ni a Antofagasta. Chile no tenÃa jurisdicción sobre territorio boliviano.
LT.- Esta versión contraria a la historia oficial de Chile, ¿le ha traÃdo problemas?
CM.- Me consideran traidor, vendido a Bolivia y que mi obra está tergiversada. Mis libros no son aceptados y hay un continuo ataque contra mà y contra lo que yo escribo.
En dos librerÃas de Chile dejé mis libros para que por lo menos lo mostraran. Al dÃa siguiente me los devolvieron. En una editorial de Santiago recibieron mis borradores para analizarlos, pero luego de seis meses rechazaron su publicación.
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