Los grandes damnificados por el descalabro del oro

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Los bancos centrales acaparan cerca del 20% del oro, de ahí que la valoración de sus reservas se haya desinflado en unos 430.000 millones de euros desde los récords de 2011. El 80% restante está en manos de inversores privados. Entre ellos destaca John Paulson, uno de los grandes defensores del rally del metal precioso.

Expansion.com.- El oro no era sólo un activo refugio. Desde En los 12 años anteriores se había convertido en un seguro en rentabilidad, con subidas en todos y cada uno de los ejercicios, con independencia del ciclo económico.

Las últimas jornadas han activado todas las alertas sobre la sostenibilidad de este rally. La avalancha de ventas ha incluido la mayor caída del oro en más de tres décadas, desde 1980. Las expectativas de que haya pasado lo peor en la crisis de deuda y la contención en las presiones inflacionistas, a pesar de las políticas de estímulos de los bancos centrales, han acelerado la corrección.

Precisamente los bancos centrales destacan entre los damnificados por el pinchazo del oro. Junto al FMI acaparan cerca de un 20% de todo el oro, con cerca de 31.700 toneladas, de acuerdo con los datos del World Gold Council.

El precio del oro alcanzó sus máximos históricos en septiembre de 2011, al tocar los 1.923,7 dólares la onza. Incluyendo el desplome de las últimas jornadas, desde sus récords el precio se ha desplomado casi un 30%. Este correctivo supone restar nada menos que 560.000 millones de dólares, unos 430.000 millones de euros, a la valoración de las reservas totales de los bancos centrales.

Alemania y, sobre todo, Estados Unidos, son los países con mayores reservas de oro. La Fed acapara 261,5 millones de onzas, frente a los 105 millones del Bundesbank. El impacto de la caída del oro desde sus récords de 2011 en la valoración de las reservas de la Fed se traduce en una ‘pérdida’, en términos de valoración, de 134.700 millones de dólares, algo más de 100.000 millones de euros.

Inversores ‘privados’

Pero al margen de los bancos centrales, el rally ininterrumpido de los 12 últimos años ha ido diversificando progresivamente el perfil de los inversores que han decidido apostar por el oro.

A título individual, el más reconocido es el multimillonario John Paulson. Firme defensor de al continuidad de la escalada del oro, al inicio de 2013 mantenía cerca de 8.000 millones de dólares en activos vinculados con el metal precioso, según datos de Bloomberg. Paulson es el principal accionista del mayor fondo cotizado (ETF) vinculado al oro, el SPDR Gold Trust, con un 5,7% del capital. En los últimos años el metal precioso ha sido reiterado motivo de discrepancia entre dos ‘gurús’ como Paulson y George Soros. Este último ha ido rebajando su apuesta inversora, en especial con las ventas realizadas en el cuarto trimestre del pasado año.

A nivel más institucional, la gestora estadounidense BlackRock sobresale como mayor accionista del iShares Gold Trust, con un 5,9% del capital, y como el quinto mayor accionista del SPDR Gold Trust.

En el ámbito más estrictamente empresarial, no hay duda de quiénes son los principales perjudicados por el desplome del metal precioso. Las empresas mineras de oro, con Barrick Gold y Newmont Minning al frente del ránking del sector, han perdido nada menos que 169.000 millones de dólares (unos 130.000 millones de euros) en capitalización bursátil desde los récords de 2011.