Gracias a la vida

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¡Festejamos doscientos números! Cada uno como la perla que conforma la joya sin final. La vida misma.

“¿When you get older, plainer, saner will you remember all the danger we came from?”…canta Androide derramando su alma.

Hay un secreto en el mundo de los periodistas gracias al que se puede y de manera fácil reconocer la diferencia entre el gran y aquel mediocre periodista. Los grandes pueden escribir textos largos. Todos los que tenga que hacer. Los mediocres apenas logran escribir cuatro-cinco mil caracteres. Esa es la diferencia entre los que pertenecen al sistema establecido y aquellos que están fuera del mismo. No necesariamente pienso en lo político. Me refiero a otro punto de vista. Sin ser pretenciosos. Algo como flotar en el rio de la vida conformando un mosaico de piezas vivas. Buscando respuestas haciendo  tantas preguntas.

No pertenecer a un grupo de gente de una sola idea, un solo libro, un tema. Gente de poco aliento.  Cerebros dogmáticos de un solo formato.

“¿Let’s raise a glass or two To all the things I’ve lost on you Oh-oh Tell me are they lost on you?”…sigue el LP de Androide.

Me hace reír la última noticia que llega a todos los medios internacionales que reza: “No hay ninguna inteligencia en el universo. Solo nosotros”, lo dice la NASA.

¡Qué tan grave está el universo si nosotros somos los más inteligentes! Sería preferible que haya alguien más inteligente que nosotros. Podríamos mejorar. Tal vez. Es posible que los extraterrestres decidieron buscar otro universo lejos de nosotros. Demasiado para ellos. Aquel año, 1953, el entonces presidente de Egipto, Gamal Abdel Naser se reía si algún extremista musulmán le decía que las mujeres debían llevar velo. Si nos viera ahora, que diría. Donde hemos llegado.

¡Festejando doscientos números! Nos entregamos. Cuan doncella se entrega a su amante. Sin miedo. Segura de su amor. Pasaron gobiernos, pasaron peleas. Cada día una nueva información ocupa nuestra atención. Se recuerdan solo las frases más jocosas y/o las más duras. Y las imágenes son reemplazadas cada segundo.

Dejó de cantar Laura Pergolizzi. Cada país tiene periodos que se declaran como la época de oro del periodismo. Son tiempos cuando una sociedad pasa de un nivel de la madurez colectiva a otro. Más alto, claro. Normalmente se necesita un movimiento fuerte para provocar el proceso. Como la rubeola o el dolor de huesos al crecer de un niño. Entre peldaños es el abismo. Quien sobrevive es aquel que tuvo suerte.