Álvaro García Linera: “Arce es el poder político, Evo el poder social”
En una extensa entrevista con el CEO de Perfil, Jorge Fontevecchia, el exvicepresidente, Álvaro García Linera, definió comparaciones y estableció puntos de vista válidos para la compresión de lo que está pasando en Bolivia desde octubre de 2020 después de las elecciones generales en las que resultó ganador el candidato del MAS, Luis Arce con el 55% de los votos, situación que le ha permitido como en los anteriores 14 años -con una breve interrupción de casi un año- tras el derrocamiento de Morales, presencia mayoritaria en la Asamblea Legislativa.
Primeros años de Gobierno
Durante estos dos primeros años de Gobierno, gran parte de los analistas políticos y los conocedores de la realidad nacional, han mascullado sin apariencias una combinación particular para calificar el rol que se les otorga al presidente Luis Arce y el expresidente Evo Morales.
En la entrevista con el CEO del Grupo Perfil, Linera explica que el MAS no es propiamente un partido político sino una “confederación flexible y negociada de movimientos y actores colectivos”, que, según dice, aglutina diversas corrientes y tendencias sindicales que los distingue de la naturaleza de un partido político. Es probablemente esa referencia la que determina o explica el papel fundamental de Evo Morales en la gestión estatal.
Linera no subordina esa relación, cree en cambio que existen valoraciones propias para definir el papel que juegan ambos en el devenir del Gobierno. “Entre ambos no hay una competencia, como a veces sucedió al principio, sino que hay una coordinación más o menos regulada cada 15 días, cada mes. Inventamos nuestro propio método boliviano de coordinación”, explica Álvaro García Linera sobre el desempeño particular que sostiene el expresidente en la actual gestión gubernamental.
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Desde la asunción del nuevo Gobierno no se ha vuelto a ver a Álvaro García Linera cerca del poder político. Él, ha preferido recluirse en sus actividades académicas como Doctor Honoris Causa de la Universidad de La Rioja, Argentina. En la entrevista el exvicepresidente afirma que no por eso ha perdido contacto de coordinación con Evo y con el presidente Arce.
“En mi caso, lo que hago es mantener una relación con el compañero Evo, regularmente en torno a ciertos temas de formación política, y con el presidente Luis, a quien respetamos y apoyamos mucho, hacemos breves encuentros o mensajes sobre algún tipo de tema que pudiera ayudar a la gestión. Es la manera de apuntalar nuestro proceso. No estamos siguiendo un modelo, no tenemos a quién copiar sobre cómo coexistir”, afirma para distinguir la experiencia boliviana con otras realidades que podrían ser similares sobre las variables electorales que se han compuesto y siguen retroalimentando tendencias populistas en la región.
Por citar apenas dos variables; Pedro Castillo en Perú o Lula en Brasil que encabeza las encuestas para las elecciones que se celebrarán en octubre en el país. O con México y Argentina.
Álvaro García Linera explicó que la relación de Evo Morales con las clases sociales desposeídas que se encontraban huérfanas hasta antes de su ascensión al poder en 2006 es un largo devenir de estímulos de cariño y respeto. “Evo es un líder carismático de esos que surgen cada cincuenta años en la vida de un país. Despierta las emociones de la gente. En la última movilización en La Paz, en diciembre, se movilizaron casi un millón de personas. La gente venía a saludar a su papá. Eso decían. Y cuando alguien te dice que eres parte de su familia, te dice: ´Vengo a ver a mi papá´. Se incorporó en la sangre. Esa es la relación emotiva que hay entre Evo y la gente del pueblo. No la tiene ningún otro líder social en Bolivia. Tiene usted ahí un líder carismático en ejercicio de sus funciones, y encima presidente del instrumento político de los sindicatos. No ha sido fácil encontrar una convivencia entre estas fuerzas. Fue complicado y por prueba y error”
García Linera reconoce que a veces se suscitan desencuentros. “Evo piensa que todavía puede actuar como presidente cuando ya no lo es. A veces el presidente Luis tomando ciertas decisiones sin haber acordado o consultado previamente con el líder de las organizaciones sociales. Pero esas asperezas necesarias, normales, en un proceso tan rico, tan potente como el boliviano, encontraron un cauce. Ahora estamos ante un momento de regularidad. Hay un presidente del Estado que toma decisiones efectivas y gubernamentales con total autonomía y un líder social que, en momentos específicos, se reúne con el presidente y los sectores sociales y se va creando una relación de jerarquía y de coordinación”.
Mañana Álvaro: “Es natural que el vicepresidente quiera ser presidente”.