Quién es quién en la reactivación económica de Bolivia
Reunidos en una cumbre a convocatoria de la Cámara Nacional de Industrias los empresarios de Bolivia buscan generar sinergias y construir por primera vez una narrativa con propuestas y objetivos para el desarrollo.
Empresarios de todos los sectores y regiones de Bolivia, grandes, medianos y pequeños; representantes de organismos internacionales, embajadores acreditados en el país y representantes de varios sectores de la industria y el comercio se dieron cita en el campo ferial Chuquiago Marka ante un auditorio expectante de escuchar las propuestas que deriven en la búsqueda de objetivos comunes y unificados; un documento que pretende llamar la atención del Gobierno para encarar un proceso para reactivar el aparato productivo, aquejado desde el 2020, primero por la pandemia -que llevó todos los indicadores por los suelos- que si bien ha mostrado señales de recuperación con un crecimiento del 5.1% del PIB en 2021, no ha logrado normalidad por la caída del 8.8% del PIB en 2020. Hay incluso disparidad de cifras. Los empresarios hablan de una caída del 13%. Sea como fuera, a pesar de esa abismal diferencia, el hecho es que los presentes en la cumbre han sellado sus esperanzas en lograr la reactivación económica con una narrativa inequívoca: unidos todos en torno a objetivos comunes. Todos esperan que el Gobierno se sume a esa unidad.
Esta es la primera vez que una cámara de industrias asume semejante reto. Haber juntado a más de 400 actores del desarrollo no ha sido tarea sencilla, como tampoco el haber condensado en 10 mesas de trabajo, que se instalaron poco después de la finalización del actor central, buscando integrar en cada una, un documento que sea el norte de esta reactivación. Por el momento hay más problemas de atención como es el caso del contrabando o las señales para darle un marco a las tan anheladas APP. Todos están conscientes que no será tarea fácil, también saben que es una gran oportunidad por la situación de las cuentas públicas y el tamaño del déficit fiscal. Esto hace pensar que se podrán alcanzar acuerdos con el Gobierno para asumir los desafíos que plantea esa relación de reactivar el aparato productivo y componer el tejido social.
Varias autoridades del Gobierno llamados a ocupar la testera no se habían presentado hasta poco después de iniciado el evento que ya cargaba un retraso considerable, hasta que finalmente los más de 20 invitados en la mesa mayor abrieron espacio para dar la bienvenida al ministro de Justicia Iván Lima. Ese fue el marco de atención de la reunión convocada a iniciativa de la Cámara Nacional de Industrias (CNI). Su presidente Ibo Blazicevic, primer orador del encuentro, volvió a hablar de unidad, de concertar aspectos inherentes a la reactivación de la economía sumando esfuerzos para ser oídos por la administración estatal. Se habló mucho en el lobby sobre cómo debería esbozarse un documento final que será presentado al Gobierno del presidente Arce, el mismo que recogerá las inquietudes del potente grupo que se dio cita a las instalaciones del campo ferial.
Una de las voces, la de la residente del PNUD, el programa de Desarrollo de la Naciones Unidas, Luciana Mermet le puso palabras inquietantes a la cumbre. Ella observó que la pandemia no solo provocó la caída de los ingresos del PIB en la región. El efecto devastador de la covid-19 aceleró las diferencias. La representante del organismo internacional mencionó el lacerante crecimiento de la pobreza, el retroceso de la educación citando que apenas 4 de 10 estudiantes en edad escolar primaria volvió a la escuela después de la emergencia sanitaria. Ante esta realidad lacerante dijo que los fondos de financiamiento han abierto cartera para atacar estos males apalancando recursos. Revertir la crisis económica y de desarrollo humano en el que ha quedado sumergida la región es una de las prioridades de la cooperación.
El presidente de la Federación de Empresarios Privados de Cochabamba, Ramón Daza, tomó la palabra de la representante. En un encuentro aparte con dat0s ha manifestado que esta asistencia de financiamientos debe abrir una apertura y reconoció que es fundamental una nueva visión más integradora. “Esta es una oportunidad en la que juntos entre empresarios y el sector público agilicemos propuestas para acceder a esos fondos que nos permitan componer el tejido económico –social.”
Iván Lima usó alrededor de 15 de sus 5 minutos en la testara para referirse a un par de temas que preocupan al sector empresarial hace bastante tiempo. Por ejemplo, mencionó una reforma para generar confianza y fe en la palabra Estado. La seguridad jurídica que los empresarios reclaman hace más de dos largas décadas. Al lado de esta feliz iniciativa, de la que no se puede asegurar su implementación a corto plazo, conjugan otros elementos como el inevitable cambio de administración en el Registro de Comercio que según la autoridad busca flexibilizar la pesada carga burocrática y, sobre todo, establecer uniformidad tecnológica y eficiencia, así como marcos regulatorios. Lima se abstuvo de mencionar el acrónico APP, o sea la Alianza Público Privada.
Quizá, todo tenga a ver con un clima de reorientación y reacomodos de las finanzas que se producen en un periodo inflamado de crisis que recorre por el mundo. Primero, la pandemia que alastró todos los niveles de crecimiento y la guerra que en un mundo interconectado afecta a todos por igual.