El ajusticiamiento de tres policías en Porongo y el triple asesinato de tres particulares en El Chapare configuran un cuadro altamente delicado por la penetración del narcotráfico y su protección en cirulos de la policía.
El cambio de comandante de la policía nacional tras el asesinato de tres policías en pasado 21 de junio en Porongo Santa Cruz ha generado un fuerte rumor sobre la penetración del narcotráfico en el Gobierno del presidente Arce. Tal el caso que el propio mandatario reconoció el impacto de la actividad del narcotráfico. Arce ha instruido la “reconstrucción” de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN), fuerza encargada del combate de esta actividad delictiva. “Estamos conscientes que el narcotráfico no es la actividad primordial ni la más importante de la economía del país”, dijo Arce. Sin embargo, sus palabras minimizaron el tema central a la corrupción en ciertos niveles de la policía.
En las últimas dos semanas seis ajusticiamientos marcaron una estremecedora capacidad del crimen organizado para desligarse de situaciones incómodas, es decir, ejecuciones por presunto ajuste de cuentas como al parecer sucedió en el triple asesinato de Álex Eriberto Aguirre Lince (31), Carlos Alfredo Callaú Rocha (33) y Darwin Fabián Antelo Chávez (27); acribillados a balazos en la localidad de Ivirgarzama en la región del Chapare. En el segundo caso los policías fueron ajusticiados por perseguir a un grupo de delincuentes cuando circulaban en estado de ebriedad en sus motos deportivas. El hecho ocurrió a plena luz del día en la localidad de Porongo de la ciudad de Santa Cruz.
Los crímenes han impactado a la sociedad por la forma violenta en que se consumaron. Analistas consultados por dat0s señalaron que la “reconstrucción” que plantea Arce debería incluir niveles de la justicia. Esa opinión establece directa relación de la actividad criminal con la justicia. Apenas 24 horas después de la detención del Misael Nallar -presunto responsable por la muerte de los tres policías en Porongo- el fiscal asignado al caso ordenó el traslado del detenido de la cárcel de máxima seguridad de Chonchocoro – donde originalmente fue conducido-, ubicada en el frío altiplano paceño a 4000 metros sobre el nivel del mar- a la cárcel de Palmasola en Santa Cruz donde las condiciones de reclusión son aparentemente más benévolas.
Pero no se trata apenas de estos dos casos ya antes el expresidente Evo Morales había presentado denuncias apuntando la protección de ciertos niveles de la policía al narcotráfico que alcanzaron críticas a los encargados de la lucha contra el flagelo en el Ejecutivo. El mismo Morales destacó información de primerísimo orden citando lugares específicos de la actividad ilegal en el Chapare.
El caso dio la vuelta al mundo por la cercana relación que mantiene el expresidente con la zona donde se produce el 95% de la coca ilegal que se desvía al narcotráfico.