Lula arremete contra los empresarios y los llama “imbéciles”

Dos tendencias opuestas en busca de los votos del empresariado. Lula se compromete a volver a atraer el capital extranjero, bajar el dólar y la inflación.

Jair Bolsonaro se tomó un baño de popularidad de los cerca a 1200 empresarios, banqueros e industriales que abarrotaron las instalaciones de la Confederación Nacional de Industrias en Brasilia, el pasado fin de semana, para escuchar lo que les endulza sus oídos. El presidente de extrema derecha fue interrumpido varias veces en su discurso con aplausos de la asamblea en pie y con gritos emotivos ¡mito! ¡mito!

Lula da Silva no asistió a esa cita en la que era el otro invitado, probablemente ya que sabía que no sería elogiado por el empresariado. Pero más rápido que una liebre en unas elecciones en las que ambos candidatos se pelean palmo a palmo el voto prefirió usar los micrófonos de una emisora de la capital de Salvador, Bahía, desde donde llamó a empresarios, banqueros e industriales de “imbéciles” y les preguntó para qué quieren acumular tanto.

“En la cabeza de esa gente no existe pobreza, no existe hambre, no existe gente durmiendo en la calle, ni niños muriendo de desnutrición”. Según el mismo Lula esa gente vive en una redoma de vidrio en la que el mundo gira a su alrededor y de sus intereses”.

En su deshago el expresidente dijo que si vuelve a la presidencia piensa gobernar para los 220 millones de brasileños. “Todos tienen que saber que los pobres tendrán la prioridad”, apuntó. El termino “imbéciles” sin embargo tiene una doble lectura ya que según el viejo sindicalista- que ya ocupo la presidencia de Brasil en dos periodos consecutivos- en su nuevo Gobierno no habrá sorpresas en el plano económico y que todas las propuestas serán de amplio debate con la empresa que con el mundo del trabajo y se comprometió a volver a atraer el capital extranjero, a bajar el dólar y la inflación.

Brasil vive un periodo de recesión económica agravada por la guerra en Ucrania y por un Gobierno al que le llueven críticas y al que se lo ha señalado que no tiene rumbo. De acuerdo a Lula “el problema no es tanto la desvalorización de la democracia y de sus valores, sino la crisis económica que amenaza con retrocesos a los tiempos de la miseria y del hambre”.