Joaquín Salvador Lavado (1932 – 2020) es recordado a 90 años de su nacimiento por su imaginación para recrear Mafalda una de las historietas más popularizadas en América Latina.
Gracias a su creatividad y su acertada observación de la realidad, Joaquín Salvador Lavado, más conocido como Quino, logró plasmar sus pensamientos en “Mafalda”, una tira cómica donde su protagonista, una niña de clase media abarca problemas e inquietudes político – sociales de la época de los años 60. Este personaje ficticio se convirtió en un símbolo de la libertad de expresión y de los derechos humanos con serios cuestionamientos al sistema político y su estructura social. No obstante, tanto en los años 60 como en la actualidad, la libertad de expresión continúa ligada a la censura, ya sea en los medios impresos o en las plataformas digitales donde el pensamiento crítico está controlado por el sistema.
Recordemos a Quino
Un 17 de julio de 1932 nació Joaquín Salvador Lavado Tejón en la ciudad de Mendoza, Argentina, apodado por su familia como “Quino” para diferenciarlo de su tío que también se llamaba Joaquín. En una entrevista el caricaturista contó que a corta edad dibujó por primera vez a su tío y descubrió un mundo nuevo lleno de posibilidades en las que podría plasmar sus reflexiones personales en un papel. Posteriormente este pasatiempo se convirtió en su carrera como dibujante, historietista y humorista gráfico.
Quino, fue el creador de Mafalda, uno de los personajes de historietas más conocidos de Argentina y América Latina. Una niña de 6 años de corazón pacifista y amante de la democracia y la libertad. Con una actitud crítica, reflexiva e irónica que expresa sin miedo sus ideales y su inmensa preocupación por la sociedad donde vive, la humanidad y la paz mundial.
La primera tira cómica se publicó el 29 de septiembre de 1964. A nueve años de la publicación ininterrumpida de Mafalda, un 25 de junio de 1973, Quino decidió dejar de sacar nuevas publicaciones para no caer en lo intrascendente y reiterativo. Asimismo, el contexto social argentino no era favorable ni para la tira cómica ni para cualquier tipo de libertad de expresión. De 1970 a 1980 en Argentina se vivió un periodo de terrorismo de Estado que dio paso a la represión política muy ligada a los servicios de seguridad militar y policial que entonces combatían el terrorismo y violencia indiscriminada; persecuciones, tortura sistematizada, desaparición forzada de personas y la manipulación de la información. Por ese motivo, Quino se exilió en Milán, desde donde continuó realizando páginas de humor.
El talentoso dibujante falleció en Buenos Aires a los 88 años un 30 de septiembre de 2020 como consecuencia de un accidente cerebrovascular. Quino dejó el manejo de su legado a su esposa Julieta Colombo. A pesar de su muerte, hoy en día es considerado uno de los más importantes humoristas gráficos ya que su arte rebelde y contestatario expresado en viñetas fue y sigue siendo trascendental para el humor político y social.
Un grafiti inacabado
En una de sus tantas ilustraciones, la pequeña Mafalda reflexiona delante de un grafiti, en el que se lee una frase sin terminar “Basta de censu…”. La palabra inconclusa, indudablemente, es “censura”. Con ello el autor hace referencia a que el hecho de reclamar contra la censura es – paradójicamente – censurado.
Sarcástica y opinante, tras haber sido publicada en 30 países, en diferentes idiomas, y a pesar de toda su fama, la historieta fue censurada. Uno de esos países fue España donde el franquismo obligó a los editores a poner una franja en la portada del primer libro de Mafalda como obra para adultos. De la misma forma como lo expresó en vida en una entrevista para el programa “De cerca” del periodista Carlos Mesa de 1975, Quino contó que los servicios de inteligencia del régimen argentino exigieron una “respuesta” a lo que expresaba Mafalda cambiando al personaje por Manolito, dando a entender que las ideologías no deben sobrepasar a la autoridad.
En la misma entrevista, Quino señaló que tuvo más censura en sus páginas de humor que con Mafalda. “Con Mafalda sí, cuando se empezó a publicarse en Chile, Pinochet la prohibió…”. Fue en parte por estos motivos que el dibujante tomó la decisión de no continuar con la tira cómica, además que la coyuntura política de esa época era muy conflictiva. “El ambiente estaba muy efervescente, había muchos periodistas que eran amenazados, no se podía seguir, tomando en cuenta ese ambiente tan pesado”, dijo Quino para el programa “De cerca”.
Sin duda alguna, el sentido universal y trascendente de Mafalda, a pesar enmarcarse en la coyuntura de los años 60, se debe a que los tan variados temas, problemáticas e inquietudes que planteaba el autor siguen siendo actuales. “Lamentablemente los problemas no han cambiado en el fondo, solo han cambiado los nombres de las guerras”, en palabras de Quino.
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