El legendario largometraje dirigido por Michael Curtiz, ganadora del Oscar a la mejor película, mejor director y mejor guion, es una de las películas más memorables del cine de oro de Hollywood. Con guion basado en la obra teatral Everybody Comes to Rick’s -de Murray Burnett y Joan Alison– y adaptado por los mellizos Julius y Philip Epstein y Howard Koch, la cinta llegó a la pantalla grande el 26 de noviembre de 1942 con su premier neoyorquina, y se transformó en un éxito absoluto.
Producido por los estudios Warner Bros, Casablanca fue la apuesta del empresario cinematográfico Jack Warner para tomar posición contra la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial en 1942. Los Estados Unidos ya había declarado la guerra al Imperio japonés y sus aliados del Eje por el ataque aéreo en Pearl Harbor. Varias “Mayors”, denominación a los estudios de cine más dominante del mercado del cine, se pronunciaron en contra del bando contrario produciendo largometrajes bélicos y dramas sobre la guerra.
Casablanca, protagonizado por Humphrey Bogart y Ingrid Bergman, relata la vida del expatriado estadounidense Rick Blaine, el cínico dueño de un popular club nocturno de la homónima ciudad marroquí. La llegada de diversos refugiados y jerarcas nazis convierte al pueblo en un barril de pólvora a punto de estallar, sobre todo con el arribo del dirigente de la resistencia Viktor Laszlo junto con su esposa.
Muchos mitos rodearon al film de Curtiz, los constantes cambios en el guion y en la producción crearon una expectativa sobre que desenlace debía tener el relato. Por ese motivo se filmaron en set diversos finales opcionales con el elenco. La mítica frase que el personaje de Ilsa solicita al pianista la ejecución de la canción “As time goes by” es “Tócala una vez, Sam”. Sin embargo, la reconocida “Tócala de nuevo, Sam” corresponde a una licencia humorística del film “Sueños de un seductor” de 1972, protagonizada por Woody Allen.