Las llamas en el centro-sur de Chile han dejado al menos 26 muertos, más de 1.500 viviendas destruidas y 270.000 hectáreas quemadas.
El presidente de Chile Gabriel Boric tiene uno de los índices de confiabilidad más bajos desde que la llamada Concertación dejó el Gobierno antes que Piñera y que este entregará la banda presidencial al joven descendiente croata surgido de las protestas masivas que se registraron en Chile entre 2018 y 2019 estallando por los aires la mañosa imagen de que Chile era el país más próspero de América Latina. A Boric le fue pésimo en el referéndum sobre las reformas a la Constitución por algunas malas palabras empleadas en el texto y porque, entre otras cosas, planteaba, la construcción de un Estado Plurinacional que se estrelló con una vieja tradición conservadora que puso énfasis en la mal planteada idea. Fue el germen que marcó varios puntos de rechazo.
Luego tuvo que sortear una serie de gafes de sus equipos que acabaron trisando una involución emergente con el conservadurismo chileno. Renuncias de sus ministros de más confianza y altos porcentajes de rechazó a su Gobierno marcaron sus dos primeros años de Gobierno. Como si fuera poco, Boric ha tenido que recurrir a un estado de excepción constitucional de catástrofe en las regiones más afectadas por una cadena de incendios forestales que se han atragantado en la espina dorsal de su administración.
La ola de incendios forestales que afectan al centro-sur de Chile desde la semana pasada ha dejado al menos 26 muertos y más de un millar de heridos, según el balance realizado la por el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred). A nivel nacional están activos 260 incendios, de los cuales 51 están en combate, 140 controlados y el resto en observación.
Las altas temperaturas, los vientos fuertes y la baja humedad han complejizado el trabajo de brigadistas y bomberos. Las llamas de la ola de incendios forestales más mortífera de la última década han arrasado con 274.000 hectáreas y 1.559 viviendas y han dejado unos 3.300 damnificados.
Obligado por las circunstancias el mandatario ha suspendido sus vacaciones debido a la emergencia, y ha estado viajando a las principales zonas afectadas, aseguró este domingo que “la reconstrucción va a ser un eje estructural” para su gobierno, una labor se extenderá a todos los ministerios. “Por eso tenemos a todos los ministros desplegados, porque quiero que vean en terreno y miren a los ojos a la gente”, añadió un Boric, acosado por los conflictos políticos y económicos al que se suma esta tragedia ambiental que descomponen aún más el escenario de conflictividad chilena.