Muere el escritor Milan Kundera

La Vanguardia
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Milan Kundera
Foto: AFP

El escritor checo Milan Kundera ha fallecido este miércoles en París a los 94 años, según ha anunciado la televisión pública CT24. Junto con Kafka y Havel, fue uno de los autores de la República Checa con más fama fuera de su país. Eterno candidato al premio Nobel, la literatura de Kundera estaba impregnada de historia, filosofía y política y logró llegar al gran público gracias al éxito de La insoportable levedad del ser, su novela más conocida, publicada en 1984.

Nacido en Moravia el 1 de abril de 1929 e hijo del pianista y musicólogo Ludvik Kundera, comenzó escribiendo poemas, algunos ensayos y cuentos. No se decantó por la novela hasta 1965 en un momento en que Checoslovaquia vivía una etapa de deshielo y se hablaba del comunismo con “rostro humano”. Kundera escribió La broma, que su publicó en 1967 y se agotó en pocos días. Es un libro imprescindible, que se ha leído como una crítica al stalinismo o como una divagación sobre la sociedad comunista.

Jean-Paul Sartre decía que La broma plantea por qué debemos sentir amor por los hombres. Pero más allá de las referencias históricas y filosóficas, la novela es una reflexión sobre la naturaleza humana: un joven es recluido por el régimen comunista por culpa de la broma que la gasta un compañero. Se pasa toda la vida odiando al hombre que le desgració la existencia. El encuentro entre víctima y verdugo muchos años después resulta muy revelador.

Tras esa primera obra de ficción, Kundera propuso refundar la novela a partir de lo que era antes del siglo XIX reivindicando a Miguel de Cervantes, François Rabelais, Laurence Sterne y Denis Diderot, porque su literatura no estaba ligada a la verosimilitud. Lo que el autor checo planteaba era volver a la libertad, a establecer un juego intenso entre el autor y el lector a través del texto y a iluminar la acción a través de la historia, la filosofía y la música.

La música, de la que vivió cuando fue repudiado por el régimen comunista checoslovaco tras la Primavera de Praga en 1968, está muy presente en la literatura de Kundera, que divide muchas de sus obras en siete capítulos a los que da diferentes tempos y variaciones. También opta por el contrapunto a través del uso de dicotomías como el amor y el sexo, el cuerpo y el espíritu o el individualismo y la historia.

Emigró a Francia en 1975

A lo largo de su vida publicó 13 novelas. Escribió sus primeras obras, quizá las mejores, en checo durante los primeros años 70. Obras como El libro de los amores ridículos (1968), que es un compendio de relatos, pero acabó por considerarse como una novela; La vida está en otra parte (1972), donde se reinventa a sí mismo como escritor, o La despedida (1973), que planteó como una última novela y a la que quiso titular epílogo.

Kundera emigró a Francia en 1975 después de ser condenado al ostracismo por criticar la invasión soviética de Checoslovaquia en 1968 que acabó con ese comunismo de “rostro humano” que el escritor había apreciado. Tras establecerse en París, compaginó la escritura en checo y en francés e introdujo en su literatura las inquietudes entre el Este y Occidente con El libro de la risa y el olvido (1979).

En 1984 y aún en checo, publicó La insoportable levedad del ser, que enseguida se convirtió en un éxito de ventas y le hizo conocido en todo el mundo. Kundera volvía a plantear la dicotomía entre lo individual y lo colectivo a través de la historia de Tomás, un médico que antes de la Primavera de Praga, trata de ser feliz sin verse afectado por el entorno político e histórico ni por el compromiso con las personas que le rodean. La novela fue llevada al cine en 1987 por Philip Kaufman en una película del mismo título con Daniel Day-Lewis y Juliette Binoche como protagonistas.

Ya en francés publicó La lentitud (1995), La identidad (1998) y La ignorancia (2000) y también varios ensayos como Los testamentos traicionados (1992) donde desarrolla su teoría sobre cómo debe ser esa novela moderna que vuelve a los orígenes del género. En 2020 fue galardonado con el Premio Franz Kafka por su trayectoria literaria y también recuperó la nacionalidad checa, que había perdido tras instalarse en Francia. Seis años antes, en 2014, publicó su última obra La fiesta de la insignificancia. Hoy ha fallecido a los 94, pero su literatura prevalecerá como imprescindible de la narrativa del siglo XX.