Petrodólares en el fútbol: Millones y goles

Por Redacción dat0s con Veja y El País
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El régimen teocrático de Arabia Saudí encabezado por el príncipe heredero Mohamed bin Salmán está financiando con los beneficios del petróleo una de las mayores operaciones de relaciones públicas del mundo. MBS utiliza el deporte para potenciar el ‘soft power’ en un lugar donde se violan los derechos humanos y se asesina a los disidentes.

Para los amantes del fútbol, no es del todo desconocido que patear pelota se ha convertido en una de las actividades más lucrativas del mercado nunca antes vista y que ha crecido e incrementado valor desde el Mundial de Qatar 2022. En todo este cuento tenebroso la FIFA ocupa lugar estelar.

Joseph Blatter es un nombre por demás conocido para los amantes del fútbol, ocupó la presidencia FIFA 17 años, un cargo que recoge dádivas y alienta revoltosas miradas de sus contrincantes a ocupar el puesto por la increíble cantidad de dinero que distribuye en un círculo de privilegios.

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Blatter fue absuelto en junio de 2022 luego de afrontar un juicio por fraude, lavado de dinero y crimen organizado, por escoger en 2015 la realización de la Copa Mundial de Fútbol en Qatar.

Blatter ha sido acusado por recibir US$ 150 millones de dólares en una trama que incluyó al ex jugador francés Michael Platini juzgado y absuelto en el mismo proceso. Blatter, diminuto de cuerpo tenía muchas otras cualidades. Él reconoció que el escoger a Qatar fue un error y se “alegraba sinceramente que ningún futbolista hubiera boicoteado esa decisión”. Claro, que no, al final de cuentas todos acaban siendo cómplices dentro y fuera de las canchas. Ya lejos de la polémica, Blatter se preguntaba porque el actual presidente de la FIFA Gianni Infantino vive en Qatar, desliz que hace pensar que su sucesor está comprometido en ciertas irregularidades. Es así como entre todos se dispensan favores en las que no se ahorran bofetadas.

Arabia Saudí: El caso que levanta sospechas

Fundado en 1932, el Reino de Arabia Saudí pasó casi toda su existencia encerrado en sí mismo, limitando los contactos con el exterior a cuestiones relacionadas con el petróleo, del que es el segundo productor (detrás de Estados Unidos) y el primer exportador. Por obra y gracia del príncipe heredero MBS, detentor de facto del poder en un régimen explícitamente autocrático, se ha utilizado una avalancha de petrodólares para dotar al país como al propio príncipe una cara moderna.

Por en cuanto, el foco de las inversiones para incrementar el llamado soft power saudí es el deporte y, dentro de él, el fútbol (¿quién no recuerda a la selección local ganando a Argentina en el inicio del Mundial de Qatar?).

El pasado mes de junio, el Ministerio de Deportes saudí anunció que el Fondo de Inversión Pública (PIF) adquirió el 75% del control de los cuatro equipos más grandes y reservó US$ 1.000 millones para atraer a por lo menos veinte jugadores extranjeros de la lista de los mejores del mundo. Hay quienes creen que el plan va a por jugadores recién surgidos en el multimillonario mundo del fútbol.

El primero ya llegó: Cristiano Ronaldo, al final de su carrera, juega en el Al Nassr desde enero, fichado por dos temporadas por US$ 200 millones al año (horas después del anuncio, la web del club ganaba 2,5 millones de seguidores). En seguida se rindió al canto dulce de los petrodólares, el actual Balón de Oro, el francés exReal Madrid Karim Benzema, fichado por el Al Ittihad por US$ 100 millones. A Lionel Messi, “embajador turístico” de Arabia Saudí desde 2022, le ofrecieron el doble que Cristiano Ronaldo, pero el argentino resistió la tentación y optó por Inter Miami donde gana US$ 50 millones por temporada. El PIF también compró el Newcastle, de la primera división inglesa. Y se sabe que ha comenzado a Erling Haaland (Manchester City) por el que estarían dispuestos a erogar US$ 1.000 millones.

Convertirse en una potencia en el fútbol

Un proyecto denominado Saudi Vision 2030, fue lanzado por MBS en 2016, que tiene como objetivo diversificar la economía del país, reducir su dependencia de las exportaciones de petróleo y convertirlo en uno de los principales centros políticos y financieros del planeta. Invertir en deporte, entretenimiento y turismo es parte de este esfuerzo como herramientas para barrer su cargada historia de abusos a los derechos humanos; donde la homosexualidad es un crimen, las mujeres son sumisas a los hombres por ley (en sus estadios no existen baños para mujeres), la libertad de expresión es nula y la pena de muerte se aplica con una frecuencia aterradora. MBS está acusado de haber ordenado personalmente la desaparición del periodista disidente Jamal Khashoggi, secuestrado y descuartizado en Turquía en 2018.

estadio arabia saudita

El proyecto Saudi Vision 2030 no solo abarca el deporte. El régimen autoritario de Riad está pagando importantes sumas de dinero para que sus universidades sean ranqueadas entre las mejores del planeta. De igual manera está construyendo la ciudad futurista Neón en la que no circularán vehículos, con todas las comodidades para albergar a fines de esta década las Olimpiadas Asiáticas de Invierno.

Siguiendo la estrategia de consolidar su nueva imagen al mundo, en un programa desarrollado entre el gobierno saudí y el multimillonario Elon Musk de la compañía Space X se puso en marcha un proyecto para poner a la primera mujer saudí al espacio.

Población joven

Entre la población mayoritariamente joven (el 63% tiene menos de 30 años), los eventos grandes y llamativos, además de ser bien recibidos, ayudan a generar empleo -las vacantes en los clubes deportivos aumentaron un 129% en tres años-. “Todo lo que el gobierno no quiere es ver a grupos de jóvenes tomando las calles y planeando derrocar a la familia real porque no quieren una vida diferente a la del resto del mundo”, argumenta Simon Chadwick, autor de La Economía Geopolítica del Deporte: Poder, Política, Dinero y Estado.

Más allá del fútbol, LIV Golf, el torneo de golf que el PIF creó en 2021 y que paga premios estratosféricos a los atletas, acaba de anunciar su fusión con el megarival PGA Tour, poniendo fin a meses de hostilidades con un acuerdo que otorga a los saudíes la palabra final en la nueva empresa. El fondo soberano también intentó, sin éxito, comprar el campeonato de Fórmula 1 -en el que la petrolera estatal Aramco ya es uno de los mayores patrocinadores-.

Fuera del ámbito deportivo, el gobierno tiene la costumbre de ofrecer viajes con todos los gastos pagados a personas influyentes que hablan bien de Arabia Saudí, ha abierto la capital para albergar importantes festivales de música y está construyendo una mega

ciudad de 500.000 millones de dólares en el desierto. En el juego para pulir la imagen del reino, la pelota sigue girando.

Un Podcast del diario El País de España

Los productores del programa al que titularon ´Millones y Goles, así se blanquea Arabia Saudí´ echa más luces al tema. Precisan que el fichaje de jugadores de fútbol está por encima de la dictadura cruel para evitar que se hable de sus crímenes y la violación a los derechos humanos.

El lavado de imagen pasa por una estrategia, un programa para blanquear la imagen de Arabia Saudí con impresionantes sumas de dinero. Según el diario español el Turismo Deportivo fomentado por Riad, cuenta con un fondo de US$ 560.000 millones de euros con los que se pretende cambiar la imagen del país, de los que el 8% pertenece a la petrolera Aranco.

El Proyecto Saudi Vision 2030 recoge un proyecto de liberación controlada sin democratizar el país y sin cambiar la estructura el poder.

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