Rodrigo Valdés, director del Fondo Monetario Internacional para la región, advierte de que la dolarización que el ultra Javier Milei propone para Argentina “requiere mucho apoyo político que tendrá que buscar”
América Latina padece los efectos económicos de la post pandemia, pero Rodrigo Valdés (Santiago, 56 años), economista chileno a cargo del Departamento del Hemisferio Occidental para el Fondo Monetario Internacional (FMI), asegura que este freno en el crecimiento es, hasta cierto punto, “sano”. Los países necesitan “cierta desaceleración para hacer el próximo crecimiento sostenible”, dijo en esta entrevista con EL PAÍS desde su oficina en Washington.
Optimista, Valdés desafía un par de nociones que permean en la región, como la idea de que toda industria extractiva es mala y de que la desigualdad ha empeorado. Habla también de la propuesta que el candidato que está al frente en los sondeos para la presidencia de Argentina, el ultra Javier Milei, tiene para el endeudado país: la dolarización. Una medida semejante no sustituye, advierte, la necesidad de “una política fiscal sostenible que lleve a tener deudas no demasiado altas”.
Pregunta. ¿Es viable que Argentina, una economía tan grande, se dolarice?
Respuesta. Esa es una pregunta que los mercados hoy día se hacen más que por el tamaño, por las condiciones iniciales de cantidad de reservas que tiene Argentina. El señor Milei tocó este tema y ellos tienen un plan que están trabajando todavía y yo no me adelantaría en la discusión. Es algo que toma su tiempo. Ellos han hablado de que esto no se haría al día siguiente si es que ganan la elección. Y es algo además que requiere mucho apoyo político que van a tener que buscar.
Pregunta. El Fondo recientemente llegó a un nuevo acuerdo con Argentina ¿Qué implicaciones tendría una eventual dolarización?
Respuesta. El programa del señor Milei implica la dolarización y eso no implica no tener un programa [con el FMI]. Tenemos uno con Ecuador, que es un país dolarizado, y el último fue muy exitoso. Para nosotros es central reconocer la forma que organiza un país su política monetaria, su política cambiaria, temas que son de plena soberanía. Lo que sí nos interesa es que estén las bases macroeconómicas para que esos sistemas funcionen en el largo plazo y que cuando haya cambios la transición mantenga la estabilidad.
¿El Fondo entonces seguiría apoyando a Argentina?
Nosotros trabajamos con 190 países, con todas las instituciones posibles que existen dentro de ellos. Lo que nos interesa es que funcionen bien dependiendo de sus configuraciones macroeconómicas. ¿Cómo funciona el mercado laboral? ¿Cómo funciona el mercado de bienes? Los países dolarizados, por ejemplo, para que funcionen bien requieren ciertas condiciones. Y algo muy importante para nosotros es que lo que uno haga en el mundo monetario cambiario no sustituye lo que es necesario hacer en el mundo fiscal. Esta parte requiere un esfuerzo enorme de los países y siempre uno entiende que el corto plazo y el largo plazo están en tensión. Pero aquí no hay sustituto para lo fiscal. Todos los países requieren una política fiscal sostenible que lleve a tener deudas no demasiado altas y dolarizar o no dolarizar no sustituye esa tarea.
¿Cuáles son tus perspectivas para la región?
Este año vemos la consolidación de una importante desaceleración respecto del crecimiento del año pasado. Hay algunas excepciones. Los países más grandes, México y Brasil, han tenido una inesperada resiliencia y pudieran crecer incluso más que el año pasado. Pero, en general, vemos esta desaceleración en muchos países es sana porque tuvieron un despegue post covid muy fuerte y requerían cierta desaceleración para hacer el próximo crecimiento sostenible. Hacia adelante, el partido está por jugarse. Hay claro crecimiento, pero hay que trabajar en levantar ese crecimiento potencial.
¿Qué puede hacer la región para mejorar la productividad?
Para poder hacerse cargo de este tema hay que tener una macroeconomía ordenada y es importante lo que han logrado muchos países en este aspecto. Es muy importante mantener estos marcos de política macro funcionando bien. Una vez que uno tiene eso, ¿dónde se puede invertir? Tenemos grandes oportunidades en la transición energética del mundo. Muchos países de la región tienen insumos cruciales como el hidrógeno verde, por ejemplo. Otra es el cambio geopolítico en que las cadenas de valor se quieren establecer en países más cercanos. Esto le da a la región una oportunidad muy importante donde invertir. Hay un tema regulatorio y de estabilidad y coherencia del que hay que ocuparse. Es innecesario tener primas por riesgo para los inversionistas porque tenemos marcos regulatorios que no son los más adecuados. Además, hay un tema en seguridad y crimen en la región al que hay que darle mayor importancia desde el punto de vista de la macroeconomía.
¿La inseguridad impacta la productividad?
Afecta el crecimiento económico, la calidad de vida de las personas, las ganas de invertir. Es tiempo que la región le de aun mayor peso a este tema, porque tiene implicancias en muchas dimensiones. El Fondo Monetario no se puede meter en este tema y decir qué hacer, no somos expertos en esto, pero sí podemos constatar que tiene efectos relevantes y y sugerirle a las autoridades que miren esto con mayor importancia de la que han dado hasta ahora.
¿El Fondo identifica la desigualdad como un problema todavía a solucionar, pero ¿existe un ejemplo de un mercado emergente que lo haya logrado?
Hay que reconocer dos cosas. La primera es que nuestra región ha tenido avances, contrario a lo que se percibe en el discurso público, muy influido por lo que ha pasado en el mundo anglosajón. La verdad es que en los últimos 20 años la distribución del ingreso ha mejorado un poco, sigue siendo muy desigual, pero ha mejorado, contrario a lo que pasó en el mundo anglosajón, en que empeoró. Ciertamente es insuficiente y hay que seguir trabajándolo. Y lo segundo es que si uno compara nuestra región con el mundo desarrollado de países que conforman la OCDE, se ve claramente que los países de la OCDE consiguen mejorar la distribución del ingreso de manera muy significativa a través de lo que hacen con las transferencias monetarias. A través de muchos instrumentos como seguros de desempleo, mayores sistemas de pensiones que entregan más dinero y creo que la región necesita tener más recursos para hacerlo y empezar a preocuparse más de que estas transferencias sean un seguro serio para las los problemas que tienen a veces las familias.
Habla de insumos para la transición energétic. ¿Está atrapada la región en las industrias extractivas?
Hay que tratar de sacarle el el concepto positivo o negativo a extraer, porque desde hace rato se sabe que los países pueden tener una bendición o una maldición en sus recursos naturales. Esto depende crucialmente de cómo se inviertan las rentas. A quienes piensan que esto es como una maldición inescapable los invitaría a mirar los ejemplos de Australia, de Nueva Zelanda, de Noruega, que fueron ricos en recursos naturales y usaron esos recursos para ir un paso más allá, por ejemplo, invirtiendo en capital humano para hacer otras cosas y ahora están muy avanzados en el sector de servicios. No hay que volverse pesimistas por tener recursos naturales. La región estaría peor sin ellos, y en lo que hay que preocuparse es de usarlos bien.