El ministro de Exteriores dimite tras la difusión de audios en los que pedía a su mano derecha que “perdiese” su teléfono móvil para ocultar un chat en el que se advertía sobre la peligrosidad de Marset.
Un conocido nuestro ha dejado a la deriva a un Gobierno entero, mientras en Bolivia sigue buscado por los servicios de seguridad sin rastros de que aparezca pronto. En cambio, la semana pasada agentes del gobierno boliviano detuvieron a otro de sus testaferros arguyendo que este era el brazo derecho del prófugo que es buscado por la Interpol en varios países.
La polémica concesión de un pasaporte uruguayo al narcotraficante Sebastián Marset, en diciembre de 2021, derivó la semana pasada en la renuncia del canciller de Uruguay, Francisco Bustillo, y ha puesto contra las cuerdas a otros funcionarios del círculo más cercano al presidente Luis Lacalle Pou. La dimisión de Bustillo ocurrió en medio de las investigaciones que lleva adelante la Fiscalía General, que en los últimos días tomó declaraciones a varios jerarcas responsables de la tramitación del documento que llegó a manos de Marset, prófugo de la justicia, mientras estaba encarcelado en Emiratos Árabes. Entre los indagados estuvo la ex vicecanciller, Carolina Ache, cuya comparecencia generó una tormenta política y provocó la inmediata caída del canciller.
El miércoles pasado, Ache —que renunció por este caso en diciembre de 2022— se presentó ante el fiscal Alejandro Machado con audios en los que el entonces canciller Bustillo le pedía que “perdiese” su teléfono móvil, según trascendió en la prensa local. Bustillo presuntamente pretendía borrar de ese modo la existencia de un chat de WhatsApp entre Ache y Guillermo Maciel, viceministro de Interior, quien advertía de la peligrosidad de Marset. “Es un narco muy peligroso y pesado”, decía Maciel en el chat con Ache, antes de que se concretara la expedición del pasaporte. Esa comunicación echaría por tierra la versión que defenderían más adelante los jerarcas ministeriales en el Parlamento, en agosto de 2022, cuando en una interpelación aseguraron que “nadie sabía” quién era Marset.
“Que se mande al frente Maciel [subsecretario de Interior], vos perdé el celular. Estoy imaginando, viste, escenarios que no conozco, honestamente no conozco. Pero en diciembre o enero se te perdió el celular…”, se escucha a Bustillo decirle a Ache en el diálogo que reveló el semanario uruguayo Búsqueda. Ella le aclara a su superior lo evidente: el teléfono de Maciel también contenía el mismo chat. Entonces, Bustillo replica: “Pero yo no creo que Maciel sea tan tarado de blanquearlos. Yo no puedo creer. Se pegaría un tiro en el pie (…) Maciel no zafa mandándote al frente a vos (…) Porque la responsabilidad primaria… Los únicos que podían detener la emisión del pasaporte o no, es del Ministerio del Interior”.
Tras haber declarado en Fiscalía por este caso, el ahora excanciller Bustillo señaló en un comunicado que le pidió a Ache que perdiese su teléfono móvil en sentido figurado. “Le dije figuradamente que ´perdiera´ el teléfono en la conversación que ella subrepticiamente grabó, aislando y descontextualizando lo que venía sucediendo en todo ese tiempo”, dice el texto difundido el viernes, en el que Bustillo afirma asimismo que fue Ache quien se negó a entregar su WhatsApp en una investigación administrativa realizada por Cancillería. Bustillo sostiene que “los mensajes privados” entre Maciel y Ache “carecían de relevancia en la tramitación del pasaporte” y asegura que él no tuvo participación ni conocimiento del trámite del documento de Marset.
En su declaración, Ache apuntó además contra Roberto Lafluf, publicista que trabaja como asesor de comunicación de Lacalle Pou. De acuerdo con la exfuncionaria, por solicitud del presidente, Lafluf la citó en noviembre de 2022 en el piso 11 de la Casa de Gobierno junto al subsecretario de Interior, Maciel, pidiéndole que ingresara por la puerta trasera del edificio. En esa reunión, declaró Ache, el asesor presidencial les pidió a ambos que borraran los mensajes intercambiados sobre el narcotraficante Marset y que certificaran mediante un protocolo ante escribano que esa conversación no había existido. Ache se negó. “Lo que él me estaba pidiendo era cometer un delito”, le dijo Ache al fiscal Machado, además de asegurar que Lafluf había “destruido” un documento de Cancillería con el chat de WhatsApp en cuestión.
“Esta circunstancia amerita destituciones inmediatas (…) Tanto Bustillo como el ministro [de Interior Luis A.] Heber deberían haber sido removidos de sus cargos. Lo mismo para Lafluf, uno de los principales asesores del presidente, que pasó todas las rayas que se pueden pasar en un sistema democrático”, dijo Fernando Pereira, presidente del Frente Amplio. En una conferencia de prensa, Pereira expresó que la oposición trabajará para garantizar la institucionalidad del país sin pedir “medidas destempladas”. “Hay que hacerse cargo de una circunstancia dolorosa para la República, dolorosa para nuestra institucionalidad”, dijo Pereira en alusión al presidente Lacalle.
Tanto el excanciller Bustillo como el actual ministro de Interior Heber han sostenido que la expedición del pasaporte de Marset se hizo en estricto cumplimiento de la legislación uruguaya. Durante la interpelación parlamentaria, en agosto de 2022, Heber señaló que el decreto de 2014 relativo a la expedición de pasaportes solo pedía tomar en cuenta los antecedentes judiciales y causas penales abiertas en Uruguay para otorgarlo. “Todas las causas del señor Marset fueron archivadas, cerradas, en 2020″, remarcó Heber, recordando que el pasaporte se tramitó a finales de 2021.
Con el documento uruguayo en mano, Marset permanece prófugo de la justicia desde comienzos de 2022. Requerido por Interpol, este uruguayo de 32 años figura como presunto líder de una red dedicada al narcotráfico en Paraguay y su nombre aparece asociado al asesinato del fiscal paraguayo antimafia Marcelo Pecci, ocurrido en Colombia en mayo de 2022.