El testimonio de Trump en el juicio por fraude

El expresidente de EEUU subió al estrado el lunes en el caso civil de fraude financiero en su contra en el estado de Nueva York, un juicio que podría determinar el futuro del imperio empresarial e inmobiliario del expresidente. A continuación, lo destacado.

Fue en septiembre pasado cuando la fiscal general Letitia James presentó una demanda contra Trump, sus hijos mayores y miembros de la Organización Trump alegando que los acusados ​​inflaron fraudulentamente el valor de los activos de Trump a bancos y aseguradoras con la intención de recibir tasas de interés más favorables en los préstamos. Ivanka Trump, la hija mayor de Trump, fue posteriormente desestimada del caso después de que un juez dictaminó que los reclamos en su contra iban más allá del plazo de prescripción. James busca prohibir permanentemente a Trump y su familia operar un negocio en Nueva York, así como imponer una multa de US$ 250 millones.

El testimonio de Trump se produce después de que sus hijos Donald Jr. y Eric testificaran ante el tribunal durante dos días cada uno la semana pasada y los hermanos afirmaron que no participaron en la preparación de los estados financieros de la empresa a pesar de sus posiciones en la empresa. Se espera que su hermana Ivanka testifique a finales de esta semana.

Trump subirá al estrado ante dos de los mayores objetivos de su reciente ira: James, a quien ha calumniado como “racista”, y el juez Arthur Engoron, a quien cree que está llevando a cabo una caza de brujas política en su contra. La mañana de su testimonio, Trump recurrió a su plataforma de redes sociales, Truth Social, para criticar a ambos y escribir: “Tiene un juez realmente parcial, desagradable, controlado por el Club, pero a menudo derrocado, un fiscal general racista, malvado y corrupto. Un caso que según casi todos los expertos no tiene mérito”.

Pero hay mucho en juego para el expresidente instintivamente combativo. Engoron, quien es el único que decide en este juicio, dictaminó en septiembre que Trump y sus coacusados ​​eran responsables de fraude y ordenó que se cancelaran los certificados comerciales de su empresa y que sus activos se pusieran bajo el control de síndicos independientes. Aunque esa acción ha quedado en suspenso, la perspectiva de que Trump ceda el control de propiedades icónicas como la Trump Tower continúa acechando sobre el juicio.

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El fiscal de distrito de Nueva York Wallace presionó a Trump para que reconociera los diferentes valores en sus declaraciones de situación financiera, los documentos financieros que se ha dictaminado que han inflado fraudulentamente el patrimonio neto del expresidente para obtener mejores tasas de préstamo. Un experto del fiscal general determinó que la Organización Trump ahorró 168 millones de dólares en ganancias mal habidas.

Wallace presionó a Trump sobre por qué se cambiaron las valoraciones de propiedades, como su triplex Trump Tower, que fue devaluado en su estado financiero en 2017 después de que un artículo de Forbes descubriera que había exagerado dramáticamente el tamaño del apartamento.

Trump reconoció en un intercambio notable que había errores en los estados financieros, como la valoración de los apartamentos de la Torre Trump.

El valor del apartamento cayó de US$ 327 millones en 2016 a aproximadamente US$ 116,8 millones en 2017, lo que se produjo después de que la revista Forbes denunciara a Trump en 2017 por afirmar que el apartamento tenía más de 30.000 pies cuadrados cuando resultó tener poco menos de 11.000 pies cuadrados. Wallace le preguntó a Trump si estuvo involucrado en el cambio.

“Probablemente”, dijo Trump, antes de dar varias explicaciones posibles.

Trump, a quien James acusó de inflar su patrimonio neto para defraudar a bancos y aseguradoras, reconoció haber ayudado a elaborar los estados financieros anuales presentados a los bancos.

“Los miraría, los vería y tal vez en ocasiones tendría algunas sugerencias”, dijo Trump… Aunque la admisión pareció reforzar el caso del fiscal general, Trump, sentado a 30 pies de la señora James, también buscó minimizar la importancia de los estados financieros, que, según dijo, dejó en gran medida a sus asistentes. Señaló que contenían numerosas exenciones de responsabilidad, lo que los hacía esencialmente “inútiles”. Los bancos les prestaron poca atención, dijo, antes de prometer, espontáneamente, que algunos de sus banqueros pronto testificarían en su defensa.