La economía de Brasil se expandió inesperadamente en el tercer trimestre, lo que da un impulso temporal al presidente Luiz Inácio Lula da Silva y sus esfuerzos por mejorar los niveles de vida antes de un período de crecimiento más débil.
Datos oficiales publicados el martes muestran que el producto interno bruto aumentó un 0,1% en el período entre julio y septiembre frente al trimestre anterior, lo que contrasta con la mediana de las estimaciones de los analistas encuestados por Bloomberg, de una caída de 0,3%. En la comparación interanual, la economía creció un 2%.
Las tasas swap de los contratos con vencimiento en enero de 2025, que indican la confianza del mercado sobre la política monetaria a finales del próximo año, subían cinco puntos básicos en las operaciones matutinas tras conocerse la lectura de la actividad, que fue mejor de lo esperado.
La expansión de Brasil ha perdido fuerza a medida que el impulso de la agroindustria se desvanece y las tasas de interés de dos dígitos debilitan la actividad.
Nueva tendencia de la economía brasileña
La lectura marca un cambio con respecto al primer semestre de 2023, cuando la economía más grande de América Latina disfrutó de un crecimiento sobresaliente gracias a las abundantes cosechas y un sólido mercado laboral. El desempeño —mucho mejor de lo esperado— resultó en un mayor apoyo para Lula, quien inició su tercer mandato este año.
Crecimientos de 0,6% tanto en el sector industrial como en el de servicios condujeron al avance del tercer trimestre, informó el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). Sin embargo, el sector agrícola del país se contrajo un 3,3% luego de que los efectos de la llamada supercosecha desaparecieran, mientras que las inversiones cayeron un 2,5%.