Los inmigrantes impulsan la economía de EEUU desempeñando trabajos que no quiere nadie más

The Conversation
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Seis de cada diez estadounidenses creen que existe una crisis migratoria en la frontera con México. Y los congresistas que quieren restringir las migraciones suelen considerar a los que llegan sin autorización previa como una carga para la economía.

Como economista que ha investigado la inmigración y el empleo, estoy segura de que las tendencias económicas y los resultados de la investigación contradicen esos argumentos.

Estados Unidos está experimentando escasez en el mercado laboral que probablemente se prolongue en el futuro, ya que la población nacida en el país envejece, ralentizando el crecimiento del número de trabajadores.

Más que una sangría para la economía, un repunte de la inmigración representa una oportunidad para paliar esta escasez. Los datos de mi propia investigación y los estudios realizados por otros académicos muestran que los trabajadores inmigrantes en EE.UU. tienen más probabilidades de ser activos en el mercado laboral –ya sea empleados o buscando trabajo– y tienden a trabajar en profesiones con la mayor demanda insatisfecha.

Escasez de mano de obra

EE.UU. tenía 9 millones de vacantes en diciembre de 2023, según la Oficina de Estadísticas Laborales. La agencia gubernamental también descubrió que había 6,1 millones de desempleados en búsqueda activa de trabajo remunerado.

Los economistas suelen comparar ambas cifras para calcular la escasez de mano de obra. Actualmente se sitúa en casi 3 millones de trabajadores, y la oficina espera que esta brecha aumente a medida que la población envejezca y la gente tenga menos hijos durante la próxima década.

En otras palabras, Estados Unidos se enfrenta a una escasez a largo plazo de personas en busca de empleo.

Ese déficit sería mucho mayor sin los trabajadores nacidos en el extranjero, que representaron un máximo histórico del 18,1 % de la población activa civil estadounidense en 2022, según la Oficina de Estadísticas Laborales.

Más activos en la demanda de empleo

Otra razón por la que los inmigrantes pueden ayudar a llenar ese gran agujero en el mercado laboral estadounidense es que muchos de ellos tienden a estar empleados o están buscando trabajo.

Alrededor del 65,9 % de todas las personas nacidas en otros lugares tenían trabajo o lo buscaban activamente en 2022, en comparación con el 61,5% de las personas nacidas en Estados Unidos.

Esta diferencia ha sido constante desde 2007, según una investigación de la Fundación Peterson, un grupo de reflexión que se centra en los problemas presupuestarios a largo plazo.

En un estudio que realicé hace unos años, descubrí que los inmigrantes que llegan a Estados Unidos como refugiados huyendo de la violencia y la persecución en sus países de origen tienen a la larga más probabilidades de estar empleados o de buscar trabajo que las personas nacidas en Estados Unidos.

Más auxiliares sanitarios a domicilio y conserjes

Algunas de las mayores carencias del mercado laboral son especialmente agudas en profesiones que suelen atraer a inmigrantes, como los auxiliares sanitarios a domicilio.

El sector de la asistencia sanitaria y los servicios sociales en su conjunto cuenta con cerca de 1,8 millones de puestos de trabajo vacantes, en su mayoría disponibles en la actualidad.

Le siguen los servicios profesionales y empresariales, con 1,7 millones de vacantes. Esta categoría engloba desde servicios jurídicos hasta trabajos de conserjería, pasando por la limpieza y el mantenimiento de terrenos.

Actualmente, alrededor del 22 % de los inmigrantes empleados trabaja en una de esas dos categorías de gran demanda o en otra ocupación de servicios.

Facilitar el envejecimiento en casa

Un equipo de economistas ha descubierto que el coste de la asistencia sanitaria a domicilio y los servicios de apoyo es inferior a la media en lugares con un gran número de trabajadores de servicios inmigrantes. Esto, a su vez, aumenta las probabilidades de que las personas mayores eviten la institucionalización y permanezcan en sus propios hogares.

Pero, sin duda, los trabajadores inmigrantes que prestan estos servicios vitales de apoyo a la comunidad a menudo soportan condiciones de trabajo explotadoras.

Los datos del mercado laboral no sólo dejan claro que la economía estadounidense puede absorber un gran número de inmigrantes, sino que demuestran que estos recién llegados podrían ser una solución muy necesaria a una crisis de oferta de mano de obra.

Sin embargo, las personas que llegan a Estados Unidos como solicitantes de asilo político sufren retrasos y dificultades para obtener la autorización de empleo, lo que retrasa su incorporación al mercado laboral.

¿No tendría más sentido que el Congreso ampliara las vías de acceso al empleo legal para los inmigrantes? Desde una perspectiva económica, parece la medida más prudente.

 

Este artículo fue publicado originalmente por The Conversation