Por más exitosa que hubiera sido la gira de Arce a Rusia una conferencia de prensa de su ministra de la presidencia ayer domingo, poco antes de su retorno a Bolivia, pinta días desoladores por una alianza de la derecha entre las bancadas opositoras en la Asamblea que podría generar un cuadro de descomposición nacional.
Mientras el presidente Arce se despedía de su gira rusa, las llamadas no dejaron de sonar en sus celulares, en el de la línea directa, tras conocer la decisión del presidente de la ALP, Andrónico Rodriguez que llevó adelante una sesión plagada de infelices episodios (cortes de luz, fumigación y cosas del estilo, incluidos puños bien cerca entre evistas y arcistas) en la que se aprobó la ley 075 que cesa a los magistrados prorrogados del Poder Judicial.
El desconsuelo del mandatario llegó a poco de conocer esa sesión como un señuelo de perturbación. Arce sostuvo que el presidente en ejercicio, David Choquehuanca, debía intentar, en consulta con Tribunal Constitucional (para hacerlo legal) anular la sesión de Andrónico.
Ya mientras el avión cruzaba el Atlántico para devolver a Arce en La Paz, la ministra de la Presidencia María Nela Prada con cara de pocos amigos apuntó una alianza de la derecha a la que incluyó al evismo con el fin de recortar el mandato de Arce. Lo que quiere decir que, en los hechos, el Poder Judicial, se enfrenta esta vez sí –definitivamente- a la posibilidad de ser removido. Prada, además, desesperada anunció días negros para Bolivia, dejando cualquier buena noticia de la gira de Arce a Rusia en un lugar remoto de Siberia.
Las malas noticias para el Gobierno efectivamente pueden ser también malas para el país; descontando el tenso ambiente especulativo que se vive en Bolivia por la escasez del dólar, quiere decir que días tensos se vienen para Arce al perder el control primero de la ALP y la del Poder Judicial (donde asentaba su mayor estrategia) puede derivar en una ola de descomposición verdadera.