Filas en mercados, surtidores y cajeros: la reacción de la gente ante la rebelión militar

Los Tiempos
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Foto: MAF

Ayer por la tarde, la plaza Murillo, corazón político de La Paz, se convirtió en escenario de una tensa incertidumbre. La presencia militar y la irrupción de una tanqueta que destrozó la puerta principal del Palacio Quemado despertaron temores de un posible golpe de Estado liderado por el excomandante del Ejército Juan José Zúñiga, quien se encuentra aprehendido.

El pánico se propagó rápidamente. Mercados repletos, largas filas en cajeros automáticos y estaciones de servicio evidenciaron la ansiedad de la población en las principales ciudades del país. Miles de personas se apresuraron a abastecerse de alimentos y combustible, temiendo lo peor.

A pesar de que la situación se calmó horas después y se descartó una interrupción del orden constitucional, las filas en las estaciones de servicio persistieron. La Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI) emitió un comunicado pidiendo calma y confianza en las entidades financieras, tratando de frenar la masiva retirada de dinero de los cajeros automáticos.

Simultáneamente, la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) garantizó la normalidad en el abastecimiento de combustibles, asegurando que no hubo interrupciones en el suministro de gasolina y diésel. La Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) emitió declaraciones similares para tranquilizar a la población.

Situación delicada

Este acontecimiento ocurre en medio de una situación económica delicada. Analistas sugieren que podría ser una maniobra para distraer la atención de la economía y mejorar la imagen del presidente Luis Arce. El economista Joshua Bellott comentó que esta situación podría ser vista como una estrategia para desmovilizar protestas y mitigar la presión sobre el Gobierno. “Hay la tesis de que esto se orquestó para desviar la atención de la economía política y recuperar la imagen del presidente”, indicó Bellott, comparando la situación con eventos similares en Venezuela bajo Hugo Chávez.

Por su parte, el analista económico Alberto Bonadona interpretó el evento como un intento real de tomar el poder, señalando que Zúñiga no recibió el apoyo popular que esperaba. “Esto sería por el descontento de la población por la situación económica que atravesamos, pero no recibió el apoyo de la población, imagino que es lo que Zúñiga esperaba”, explicó Bonadona. No obstante, coincidió en que este suceso proporcionó un breve alivio al presidente Arce frente al complejo panorama económico, aunque subrayó que esto no cambiará significativamente la situación del país.

Después de que los militares se replegaran a sus cuarteles, el presidente Arce salió acompañado de decenas de seguidores que se congregaron en las inmediaciones del Palacio Quemado, buscando demostrar apoyo y fortaleza en medio de la crisis.

La tranquilidad aún es frágil y la incertidumbre persiste en La Paz. La población, atenta a los acontecimientos, se mantiene vigilante ante cualquier señal de inestabilidad política que pueda agravar aún más la ya delicada situación económica del país.

Situación difícil para la economía

El supuesto golpe de Estado se dio en un contexto de escasez de dólares, agotamiento de las Reservas Internacionales Netas (RIN), déficit fiscal, déficit comercial, caída de la producción de gas natural y protestas por estas situaciones, coincidieron en afirmar algunos analistas económicos.

La escasez de dólares se intensificó a principios del año pasado. El Gobierno señaló que la situación mejorará en los próximos meses con un aumento de las exportaciones agropecuarias.