Jaime Duran Barba, el estratega de campañas políticas publicó en su habitual columna dominical lo que es tener una estrategia política para ganar una elección y describe el método. Más o menos señala que todos los líderes que asesoró afirman contar con la estrategia en su cabeza. Para Durán Barba eso no es suficiente. El ecuatoriano dice que tener una es elaborar un documento “con fría objetividad, en el que se programan racionalmente incluso las emociones. Su borrador lo redactan los estrategas de la campaña, después de analizar investigaciones que les permiten planificar el plan de guerra, con los pies en la realidad y no inspirados en entusiasmos o teorías abstractas”.
Luego de leer la columna del estratega de campañas políticas me viene a la cabeza inmediatamente Kamala Harris y el papel que juega la indoafroamericana en este baile. Durán Barba sigue más adelante adentrándose en la estrategia: “Lo primero que decimos es que la estrategia es un plan general que no debe confundirse con herramientas o acciones tácticas. No se ganan las elecciones porque se usa Twitter, se organiza una gran manifestación, se hace una buena campaña en medios alternativos. Joseph Napolitan, el fundador de la consultoría política, dijo que en una campaña lo verdaderamente importante es el candidato y después tener una buena estrategia”.
Viene al caso observar a Kamala Harris, si es que ella cuenta con los argumentos de la investigación que le permita adoptar poses facilistas como el sueño americano que repite, bienestar, amor a la patria y conceptos de ese tipo (secundada por la media). Me preguntó si la candidata a la presidencia de los Estados Unidos ha logrado el virtuosismo de elaborarla. Particularmente creo que no. Los tiempos difieren de cuando Bill Clinton llegó a la presidencia y si es cierto que él tenía un manual. Para arrastrar a la opinión pública hacia los temas cercanos de la vida cotidiana focalizó la disputa contra el entonces presidente George H.W. Bush en dos puntos: Cambio versus más de lo mismo, y “Es la economía, estúpido”, la frase que imprimió y se repite desde hace tres décadas casi en todas las campañas del mundo.
Me inclino a pensar que Kamala Harris es la primera candidata de EEUU creada complemente por los medios de comunicación. Que yo sepa ella no tiene ningún logro a su haber, tampoco ha obtenido votos en una primaria presidencial (llegó por accidente); no es clara en sus herramientas políticas que la definan como una verdadera estadista para el cargo. Hasta dónde llegan sus ideas es un misterio, no fue popular en el electorado. En fin, la hoja de vida de la candidata a la Casa Blanca puede seguir hasta escribirse un ampuloso file de sus debilidades. Kamala es un títere de las corporaciones. Y si no lo creen basta seguir sus palabras: “Cuando invertimos en energía limpia y vehículos eléctricos y reducimos la población, más de nuestros hijos pueden respirar aire puro y beber agua limpia”.
Su creación es un gran experimento psicológico social. Nada de lo anterior ha cambiado, excepto que, desde hace 30 días, los grandes medios de comunicación dicen que es popular.