Bezos defiende su decisión de anular el “patrocinio”

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En un artículo de opinión el multimillonario propietario del Washington Post Jeff Bezos, afirma:

“Los apoyos presidenciales no hacen nada para inclinar la balanza de una elección. Ningún votante indeciso en Pensilvania va a decir: ´Voy a apoyar el apoyo del periódico A´. Ninguno. Lo que hacen los apoyos presidenciales en realidad es crear una percepción de parcialidad. Una percepción de no independencia. Ponerles fin es una decisión de principios, y es la correcta. Eugene Meyer, editor de The Washington Post de 1933 a 1946, pensaba lo mismo, y tenía razón. Por sí solo, negarse a apoyar a candidatos presidenciales no es suficiente para hacernos subir mucho en la escala de confianza, pero es un paso significativo en la dirección correcta. Ojalá hubiéramos hecho el cambio antes de lo que lo hicimos, en un momento más alejado de las elecciones y de las emociones que las rodearon. Eso fue una planificación inadecuada, y no una estrategia intencionada”.

También dijo que “me gustaría dejar claro que no hay ningún tipo de quid pro quo en juego aquí”, antes de explicar que la reunión del viernes de Trump con los ejecutivos de Blue Origin (su agencia espacial) fue casualmente un mal momento.

“Pueden ver mi riqueza y mis intereses comerciales como un baluarte contra la intimidación, o pueden verlos como una red de intereses en conflicto”, agregó. “Solo mis propios principios pueden inclinar la balanza de uno a otro. Les aseguro que mis opiniones aquí son, de hecho, de principios, y creo que mi trayectoria como propietario de The Post desde 2013 lo respalda”.

Un intento de luchar por la relevancia del Post

“Si bien no impongo ni impulsaré mis intereses personales, tampoco permitiré que este artículo se quede en piloto automático y se desvanezca en la irrelevancia (superado por podcasts no investigados y ataques en las redes sociales) sin luchar. Es demasiado importante. Hay demasiado en juego. Ahora más que nunca, el mundo necesita una voz creíble, confiable e independiente, y ¿dónde mejor que la capital del país más importante del mundo para que esa voz surja? Para ganar esta lucha, tendremos que ejercitar nuevos músculos. Algunos cambios serán un regreso al pasado, y otros serán nuevos inventos. La crítica será parte integral de cualquier novedad, por supuesto. Así es el mundo. Nada de esto será fácil, pero valdrá la pena”.