Presidente del Club Bolívar y un enigma en la política boliviana.
Aunque repite que no desea participar en política, el atribuirse influencia por sí mismo, hacer elaborar encuestas para atrapar la atención de los bolivianos, es una manera de procesar energía y recursos para adquirir poder. Ha insistido que seguirá gastando tanto cuanto sea necesario hasta lograr su imperativo principal: apuntar y apoyar al líder que ayude al país a salir de su peor crisis. “Peor que la de la UDP”, afirma. No lo ha negado, habló con Evo, pero Arce se ha negado a contestar sus llamadas. En eso ha decidido volcar su apoyo a un candidato que represente a la oposición, unida si es mejor.
Marcelo Claure, se parece a Elon Musk a la boliviana, el magnate sudafricano considerado el hombre más rico del mundo, se ha integrado al equipo del electo presidente de los Estados Unidos en las pasadas elecciones de costado primero y abiertamente después, regalando en la recta final de la campaña un millón de dólares diarios para promover la presidencia del republicano.
Claure repite la voluntad de escoger; el libre albedrio, el dinero que en este caso emplea, no es una magia ni un regalo, como buen hombre de negocios sabe que las apuestas nunca son gratis y que no se gasta un centavo sin retorno.
Recientemente, en una larga entrevista para la Red Bolivisión desde Miami donde vive, ha vuelto a emplear los mismos argumentos: su capacidad de hacer del polvo oro; lo más grande, una manera de devolverle al país el lugar a su afortunado destino.
Dat0s lo ha escogido entre los personajes de 2024, porque este año como ningún otro, el millonario boliviano ha brillado tanto en sus preferencias políticas (revelando públicamente que el presidente Arce debe irse), así como en la presidencia de Bolívar anunciando la construcción del estadio del equipo en la zona de Tembladerani, el CAR que posee en Rio Abajo y otros proyectos en Santa Cruz, arrastrando la marca del club más allá de La Paz.
Muchos analistas han reclamado por sus aberraciones: el primer estudio de preferencia electoral (“el más grande con la encuestadora más grande”) asociándolo con sus intereses que sabe captar sin indiferencia. En cuanto a su actividad deportiva en Bolivia (también posee equipos en España y es socio de otros en EEUU), sus socios del Bolívar han recogido el guante, le reclaman que ponga los papeles de la academia en orden.