Salvar al Washington Post de Jeff Bezos

Por Intelligencer con dat0s
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The washington post

Empresarios de medios explican su arriesgada misión: comprar y restaurar la legendaria publicación.

No es ningún secreto que empresarios vinculados al medio de comunicación, han estado tratando de averiguar cómo quitarle el Washington Post de las manos a Jeff Bezos, a pesar de que no está a la venta y parece poco probable que el multimillonario se desprenda de él en un futuro próximo. En el último episodio de On With Kara Swisher, la ejecutiva y periodista detalla por qué está en esta “misión quijotesca”; lamenta las recientes dificultades del Post, incluida la última intromisión editorial de Bezos; y comparte algunas conversaciones que ha tenido con asesores de confianza sobre su plan, el legado y los problemas del Post, y por qué el periódico debería y tiene que ser salvado.

Lo que dice Kara Swisher

Ingresé al Post cuando me irrité por la cobertura de un reportaje sobre mi Universidad de Georgetown. Estaba terriblemente mal escrito así que me subí al metro y me fui hasta la sala de redacción del periódico; ese fue amor a primera vista.

Le conté al editor los problemas que tenía con lo que habían hecho y lo noté enfadado; le dije que el Post podía hacer un mejor trabajo. En ese mismo momento me contrató como corresponsal del Washington Post. Más tarde trabajé en la sala de correo, como asistente de redacción nocturna; pasé como asistente de noticias y pasante para “Style Plus” y, finalmente, llegué a ser reportera del naciente negocio de servicios digitales, llamada AOL, America Online.

Kara Swisher (Philip Montgomery- The washington post)

Kara Swisher | Philip Montgomery- The Washington Post.

Allí conocí a muchas personas que hoy son las más ricas y poderosas del mundo. En su mayoría, eran emprendedores aguerridos con apenas una idea en ciernes, un camino difícil, pero mucha determinación agresiva. Entre ellos estaba Jeff Bezos, a quien conocí en Seattle cuando fui a ver su start-up llamada Amazon en los años 90. Como lo describí en mis memorias, Burn Book: Hombre bajo y enérgico que era pésimo para ocultar sus ambiciones, enmascarándolas detrás de una risa contagiosa y maníaca, una cara curiosamente regordeta y una presentación anodina de pantalones caqui plisados, zapatos cómodos y una camisa oxford azul.

Avanzamos rápidamente hasta 2013, cuando, de repente y para mi sorpresa, compró el Post a la familia Graham por 250 millones de dólares. Para entonces, el periódico estaba teniendo dificultades para adaptarse a la era digital y yo tenía la esperanza de que el espíritu innovador de Jeff y sus montones de dinero salvarían al periódico. Incluso antes de que Bezos entrara en escena, yo ya había estado advirtiendo al expropietario del Post, Don Graham, que los periódicos impresos estaban acabados.

don graham y jeff bezos

Don Graham,/ Jeff Bezos

A pesar de las preocupaciones sobre la toma de control tecnológica de los medios, esperaba que Jeff abrazara plenamente el periodismo en línea, al tiempo que se mantenía fiel a los estándares periodísticos y la ética del periódico tradicional. Así que escribí una carta abierta a Bezos sobre mi empresa de medios, AllThingsD, y le ofrecí un consejo: “No trates al Post como algo precioso que no se puede tocar ni cambiar. Si bien es cierto que debes respetar sus alabadas tradiciones y su tono de color según los estándares éticos, eso no significa que pueda permanecer como está. Ese es el gran peligro aquí, que comiences a actuar como el administrador en lugar de usar la fantástica marca del Washington Post para hacer historia”.

Durante la primera década que fue dueño de la empresa, fue probando todo tipo de actualizaciones tecnológicas, apoyando a la sala de redacción, contrató a un editor realmente genial llamado Marty Baron.

No fueron los días de gloria, pero fue un esfuerzo sólido, incluso si el periódico parecía quedarse atrás del New York Times. En general, se mantuvo al margen, lo cual era lo correcto. Incluso soportó en silencio los ataques interminables del presidente Donald Trump en su primera administración. Una vez más, fue lo correcto.

Lo que dijo al CEO de Axel Springer, Mathias Döpfner, sobre su papel en el Post (2018)

 Jeff Bezos: Como propietario del Post, sé que a veces el Post va a escribir historias que harán que personas muy poderosas se sientan infelices.

Mathias Döpfner: ¿Te molesta que escriban artículos críticos sobre Amazon?

Bezos: No, no, no estoy molesto en absoluto. Cuando compré el Post por primera vez …

Döpfner: ¿Intervendrías alguna vez?

Bezos: Nunca.

Döpfner: ¿No?

Bezos: Nunca. Me sentiría humillado si interviniera. Me daría tanta vergüenza que me pondría rojo como un tomate. Simplemente no quiero hacerlo. Para mí, sería asqueroso. Sería una de esas cosas que, cuando tenga 80 años, me haría muy infeliz conmigo mismo si interfiriera. ¿Por qué lo haría?

Döpfner: Sí.

Bezos: Quiero que el periódico sea independiente.

Jeff continuó diciendo que decirle a la redacción qué hacer sería como quitar el control a los pilotos de un avión. Pero cuando el circo de Trump se fue y el inexorable declive del negocio de los medios tradicionales se aceleró, las pérdidas se acumularon y Jeff comenzó a hacer malos movimientos, uno tras otro.

En 2023, después de traer a la exejecutiva de Microsoft Patty Stonesifer, Bezos le propuso a Will Lewis que asuma como nuevo CEO. Lewis había intentado ser un empresario de medios y editor de The Wall Street Journal, y antes de eso, alto ejecutivo de News Corp de Rupert Murdoch. Cuando Lewis despidió a la entonces editora ejecutiva Sally Buzbee, la primera mujer en desempeñar ese papel, la moral de la sala de redacción se desplomó.

En octubre pasado, Bezos decidió que el Post pondría fin a una práctica que se había prolongado durante décadas y retiró el respaldo que la redacción tenía previsto dar a la vicepresidenta Kamala Harris. Según los propios informes del Post, Bezos tomó la decisión él mismo, no Lewis. Si bien, ciertamente, estaba en su derecho de hacerlo, el momento fue curioso y hubo repercusiones. Trescientos mil lectores del Post cancelaron sus suscripciones digitales en respuesta. No es de extrañar que un número cada vez mayor de editores y periodistas comenzaran a irse a medida que la moral de la redacción se desplomaba una vez más.

En enero, la caricaturista ganadora del premio Pulitzer Ann Telnaes renunció después de que dijera que el editor de opinión David Shipley rechazó su caricatura que mostraba a Bezos y otros multimillonarios tecnológicos arrodillándose ante Trump. El mes pasado, el Post canceló un acuerdo publicitario que exigía a Trump que despidiera a Elon Musk. Y por si eso no fuera suficiente, Bezos y muchos otros multimillonarios tecnológicos pagaron más de un millón de dólares para mostrarse en el escenario con Trump durante su investidura. Jeff parecía un accesorio y un títere.

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AFP

Los galácticos tecnológicos

Finalmente, Bezos anunció que la sección de opinión del Post se reorientaría para publicar solo artículos que “apoyen y defiendan las libertades personales y los mercados libres”, lo que en el lenguaje de los multimillonarios libertarios se traduce aproximadamente como “las libertades personales significan hacer lo que me dé la gana”.

No sé si Bezos se siente ahora tan cómodo con toda esta interferencia (nota de redacción: del gobierno de Trump) que ha superado el factor asco, pero está acabando con el legado de justicia, equidad, compromiso con la Primera Enmienda; responsabilidad y la valentía épica del Post creado por Ben Bradlee y Kay Graham.

Kara Swisher dice que “no quiero comprar el Washington Post para guardarlo en un estante de la nostalgia como si fuera una joya preciosa. Aunque, según se informa, el Post perdió 100 millones de dólares el año pasado y unos 77 millones el año anterior, creo que aquí hay una oportunidad”.

El problema es que Bezos no es un propietario cualquiera. Es uno de los principales titanes tecnológicos del mundo, y sus verdaderos intereses comerciales están en Amazon y Blue Origin, no en el Post. Ahora, el mayor competidor de Blue Origin, Elon Musk, está trabajando directamente con Trump al frente de DOGE, y creo que Bezos quiere algo de ese dulce del gobierno.

Ser propietario de una empresa de medios independiente que informa sobre una presidencia y una administración que podrían hacerlo triunfar o deshacerlo, se ha convertido en un claro conflicto de intereses.


“Periodismo es algo que alguien no quiere que se publique, el resto es relaciones públicas”.

George Orwell
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