
El peligro en Medio Oriente está internacionalmente contenido por un acuerdo de intereses entre Estados Unidos, China, Israel y Rusia.
El experto en asuntos internacionales Andrés Malamud aseguró que “ninguna potencia quiere que Irán tenga la bomba atómica” y dijo que el ataque de Israel para derrotar el programa nuclear iraní fue una acción “internacionalmente contenida”. Según el analista, Estados Unidos, Israel, China y Rusia “están de acuerdo en que no quieren lío en Medio Oriente por diferentes razones”. “Hay una condición de beligerancia permanente en esta región”, le dijo en una entrevista al programa radial de Jorge Fonteveccia
P. Planteaste que el reciente bombardeo a Irán es un freno o un acelerador del conflicto. Más allá de las señales que da el mercado a través de la evolución de los precios del petróleo, ¿cuáles son los factores claves para determinar si fue un freno o un acelerador y finalmente cómo afectaría a la Argentina cualquiera de estas dos alternativas?
R: Lo que está pasando en Medio Oriente es una vez más una tregua, pero no es la solución ni el fin del conflicto. Tenemos medido cuánto duran las treguas o el cese del fuego desde los noventa en adelante, cuando terminó el mundo bipolar, y lo que dicen las estadísticas es que más de la mitad fracasa. Eso no significa que los que tienen éxito sean definitivos, pero lo que sabemos es que hay una condición de beligerancia permanente en esta región. ¿Eso es grave para el mundo? No necesariamente, pero es grave para los que se pelean.
El mundo sufre porque el conflicto repercute en dos factores. El primero es el petróleo. La mitad de los países de esta región tiene petróleo y tiene mucho, así que exporta. Si en esta región hay guerra y dejan de exportar, el petróleo sube, todos los precios aumentan y la economía global se va al diablo. Eso fue lo que provocó las dos crisis petroleras en la década del setenta, que terminaron con algunos gobiernos en Estados Unidos y produjeron varias crisis en América Latina. Cuando había muchos petrodólares, los gobiernos latinoamericanos se endeudaron. Cuando el petróleo subió y no lo pudieron pagar, empezó a caer. Estados Unidos sufría, ya no, porque se tornó autosuficiente. Ahora la que sufre es China, que es la gran potencia importadora de petróleo.
Quiero relativizar lo de que el mundo es peligroso. Por supuesto que lo es. En este caso, lo que modera ese peligro es que todas las potencias están de acuerdo en que no quieren lío en Medio Oriente por diferentes razones. Estados Unidos porque defiende a su aliado Israel y porque el precio del petróleo le puede costar una elección. China porque la economía no se mantiene estable si aumenta el petróleo y Rusia porque tiene demasiadas guerras en su mesa como para agregarle una más. Así que lo que vemos es que los conflictos se mantienen, no se resuelven, pero se contienen. Y en este caso se contienen sin posibilidad de escalar globalmente porque las potencias están alineadas en su interés de que no falte petróleo.
A eso se suma la bomba atómica. Ninguna potencia quiere que Irán tenga la bomba atómica. No lo quiere Israel porque Irán prometió destruirlo. No lo quiere Estados Unidos porque Irán es un enemigo. No lo quiere Rusia porque no confía en la proliferación. Los países que tienen la bomba atómica son nueve. Hay cuatro que la tuvieron y la entregaron, tres de ellos a Moscú, y son exrepúblicas soviéticas. Y finalmente no lo quiere China porque no quiere que se nuclearicen las potencias no nucleares con las que tiene cuentas diplomáticas, como Japón y Corea del Sur. Lo que vemos es que lo que hizo Israel fue una acción muy arriesgada, muy osada, relativamente peligrosa, pero internacionalmente contenida. Entonces lo del peligro es cierto, pero más para los seres humanos que para los estados.
P. Ud. planteó textualmente: “Un líder bully es malo, un líder cobarde también. Putin y Netanyahu demostraron que Trump es ambas cosas. ¿Por qué Trump podría ser un peligro para el mundo? ¿Creés que es bully y cobarde y también tonto, si es que todas calificaciones califican en este caso?
R. Acaba de demostrar que podía actuar diferente a lo que se esperaba de él. Lo que se esperaba de él cuando asume es que sea un patotero que se impone. Lo que descubrimos después de un semestre de gobierno es lo que en Estados Unidos llaman “TACO”: “Trump Always Chickens Out”, que significa “Trump siempre arruga”. Cada vez que ponía un arancel, lo suspendía. Cada vez que imponía un plazo para que se dé una guerra, le pasaban por encima y no decía nada. Él asumió prometiendo terminar dos guerras. Ahora, démosle la derecha, acaba de terminar una. Le quedan dos, las dos que prometió terminar en 48 horas. Hasta ahora lo que venía mostrando es que siempre arrugaba.
P. ¿Qué es lo que parece que pasó en esta oportunidad?
R. Netanyahu le sirvió la pelota servida con el arco vacío. Netanyahu aprovechó la ventana de oportunidad por la debilidad iraní y los proxies de Irán para en 48 horas descabezar la cúpula militar y científica de Irán y destrozar la capacidad de resistencia antiaérea. Lo único que no pudo lograr es penetrar la fortaleza donde estaban las instalaciones nucleares. Así que le dice a Trump: “Hacelo vos el gol, te la dejé servida, no tienes más que patear. Mandas unos bombarderos B-2, tus bombas de 13 toneladas y te llevas una victoria.” Y ahí interviene Trump, arrastrado por Netanyahu, para en vez de una victoria conseguir una tregua, que es la ventaja que él decía.
Trump se jacta de ser el único presidente norteamericano que no inició guerras y hasta ahora algo de razón tenía. Esta podría haber sido una excepción, pero no la inició él. Él puede decir que la terminó, y con eso lo que hace es tapar el fracaso de Palestina y Ucrania. Digo Palestina porque no sólo Gaza, sino Cisjordania también, donde Israel está llevando a cabo una política exterior que no era la que Trump alentaba. Trump hasta esta actuación era “TACO”, siempre arrugaba. En esta actuación pareció que apreciaba una victoria regalada. Vamos a ver si tiene la capacidad de mantenerla, por lo menos con empate.
P. Escribió también que “China es la gran potencia estabilizadora del sistema internacional mientras Estados Unidos es un productor de desorden”, algo así como si se hubieran invertido los roles que tenía Estados Unidos hace 70 años y el que tiene China hoy. Me gustaría que profundizaras un poco sobre esa potencia ordenadora que sería China.
R. Esto es algo que tiene sorprendidos a los estudiosos de relaciones internacionales, porque cuando hay una transición hegemónica, es decir, una potencia que emerge y desafía una potencia existente, la potencia que quiere mantener el orden es la que está arriba. La que quiere subvertirlo es la que viene a desafiarla. Y acá pasa lo contrario, porque China entiende que su emergencia se debe al sistema del cual ella se aprovechó, invitada por aquellos que lo habían fundado. A China la invitan a la Organización Mundial de Comercio y China entra y aprovecha muy bien, mientras que Estados Unidos vacía la OMC. La organización funciona con paneles de arbitraje que en este momento no funcionan porque Estados Unidos no permitió que se designen a los árbitros. Así que Estados Unidos está por dentro destrozando el sistema que fundó porque cree que lo perjudica. No hubo una reversión del sistema, hubo una reversión de la interpretación. Estados Unidos funda un sistema en 1945 y 80 años después piensa que este sistema no le conviene.
China, al revés, se une como miembro periférico, y queda fuera porque el gobierno tradicional chino se muda a Taiwán y después empieza a reingresar de a poco, porque los comunistas que asumieron en Pekín no son aquellos que habían sido reconocidos en 1948 en las Naciones Unidas. Y ahora lo que hace es mantener las aguas tranquilas porque necesita la estabilidad para mantener el crecimiento. China es un país que crece, cuando le va mal, al 4 o 5% anual y como viene saliendo de la pobreza, porque todavía no es un país rico. Necesita mantener el sistema que le permitió llegar hasta acá. Estados Unidos tiene la otra interpretación, por eso Estados Unidos se retira de las organizaciones internacionales que fundó y cuanto más se retira, más evidente queda que China no se retira, que China está dentro y la sostiene.