Pluralidad sin imposición

La semana que ha pasado nos ha dejado secuencias de dos escenas fundamentales. Me permito comenzar por las dos primeras medidas que implementará el nuevo gobierno. Escribimos entrelíneas para que el lector saque sus conclusiones sin mencionar las evidencias; el filósofo contemporáneo italiano Pino Aprile dice que “el sistema necesita a los tontos más que a los críticos”. Por eso dejaremos los señalamientos puntuales entrecerrados sin nombrarlos directamente; sano ejercicio para identificarlos como en un rompecabezas.

El primero tiene que ver con la recuperación de la memoria democrática que es fundamental para tener una ciudadanía crítica y capaz de identificar los riesgos al sistema democrático. Eso pasa por coordinar los esfuerzos, sobre todo desde el punto de vista educativo, desde la universidad, desde las escuelas de secundaria, son fundamentales para poder enseñar a los adolescentes la materialidad de todo lo que implica vivir en democracia, de poder tener todas las libertades de las que hemos disfrutado antes del desembarco del dominio masista.

Compete a las instituciones públicas llevar todo esto a la esfera pública mediante conmemoraciones, exposiciones, y hacerlo además con pluralidad, sin que parezca que se está queriendo imponer una forma de verdad oficial, porque entonces va a ser muy fácil que la juventud no conteste, porque evidentemente, cuando uno es joven, es contestatario por naturaleza. A los medios de comunicación lo que les queda es documentarse bien, trabajar codo con codo con la historiografía profesional para no caer en discursos fáciles, sino que sean capaces de transmitir toda la complejidad de la historia y de la gestión política a los ciudadanos, de tal manera que puedan tomar sus decisiones plenamente informados de sus intereses, de sus derechos. Así que debemos remar todos para construir un futuro mejor para las siguientes generaciones.