Conservación del cóndor de Los Andes en el Parque Nacional de Torotoro

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cóndor de Los Andes

El cóndor andino (Vultur gryphus) es una de las aves más majestuosas y longevas del planeta, sin embargo, tiene una baja tasa reproductiva (pone solo un huevo cada dos a tres años) y alcanza su madurez sexual recién a sus ocho años, compartiéndola con una sola pareja de por vida. Estos factores, sumados al cambio climático y a otras amenazas antropogénicas, hacen que las aves terrestres más grandes del planeta se encuentren en una situación de alta vulnerabilidad.

Protección y monitoreo de Valentina, la Reina de los Andes

Valentina es una delicada pichoncita que fue avistada por primera vez el 14 de febrero de este año por el Guardaparque Tomás Calahuma, miembro del cuerpo de protección del Parque Nacional Torotoro, ubicado en la segunda sección de la Provincia Charcas, al norte del Departamento de Potosí, Bolivia.

En uno de sus patrullajes rutinarios, resguardando la Torre Qaqantro del Gran Cañón Torotoro, una imponente formación geológica cubierta de bromelias y musgos, Calahuma pudo identificar a una distancia aproximada de 600 metros la presencia de un nido con pichón de cóndor recientemente eclosionado, verificando posteriormente que se trataba de una hembra con pocos días de vida.

En cumplimiento con el Programa de Monitoreo de Fauna del Área Protegida y con el apoyo de herramientas especializadas como el uso de una cámara digital con óptica de largo alcance, el agente de conservación inicia un trabajo de vigilancia y protección permanente que continuará hasta que Valentina vuele sobre el gran cañón, sobrepasando en ocasiones los 6.000 metros sobre el nivel del mar.

Ante la muerte de 34 cóndores en Tarija, reportada en 2021, permanentes noticias de depredación de la especie y sobre todo su crítica situación a nivel mundial, “el avistamiento y conservación de Valentina, es para todo el personal del Área Protegida un incentivo que nos motiva a continuar con la ardua labor de conservación ya que esta especie cuenta con un número muy reducido de individuos a nivel mundial”, señaló Calahuma.

Funciones ecológicas y ambientales de la especie 

El cóndor de los Andes forma parte de la familia Cathartidae, que viene del griego kathartes que significa “el que limpia”.

Aparte de embellecer el paisaje del Parque Nacional Torotoro, administrado por el SERNAP y constituirse como un atractivo más de esta singular área protegida, los cóndores cumplen un rol ecológico muy importante como carroñeros, acelerando el proceso de descomposición de los animales muertos y disminuyendo los riesgos de enfermedades asociadas a su putrefacción lenta, previenen la proliferación de bacterias que pueden generar enfermedades a la fauna y habitantes de toda la región alto-andina. Una vez que digieren su alimento, defecan restos que sirven de abono para las plantas, por eso se dice que el cóndor es un «reciclador natural», en otras palabras, cuidan la vida y la salud natural de los ecosistemas.

Cóndor – ave emblema de los Andes

El cóndor constituye una especie biocultural clave del paisaje alto-andino, considerado como un “mensajero” que vuela hacia el nivel superior (Janaq Pacha), para luego levantar las plegarias a los dioses. Esta ave representa la unión entre el Janaq Pacha y el Kay Pacha o mundo terrenal donde los seres humanos habitan.

En la cultura andina, todos los días el cóndor eleva el sol sobre el cielo, iniciando un nuevo día y, en algunos momentos de la historia, podría significar el fin de una etapa como en la leyenda incaica que describe cómo un cóndor muerto cayó en la Casa de las Vírgenes del Sol, lo que se interpretó como una señal de la destrucción del Tahuantinsuyo (Lehmann 1986, Gordillo 2000).

Según cuenta un mito, cuando el animal siente que comienza a envejecer y que sus fuerzas se le acaban, se posa en el pico más alto y saliente de las montañas, repliega las alas, recoge las patas y se deja caer en picada hasta el fondo de las quebradas, donde termina su reinado. Esta muerte es simbólica, ya que con este acto el cóndor vuelve al nido, a las montañas, desde donde renace hacia un nuevo ciclo, una nueva vida.

El cóndor se encuentra en cuatro escudos nacionales, donde representa diferentes valores: Bolivia (búsqueda de horizonte sin límites), Chile (fuerza), Colombia (libertad y orden), y Ecuador (poderío, grandeza y valor, según: www.peru.wcs.org).

Amenazas a la especie

En nuestro país, el envenenamiento es una de las principales causas de muerte de cóndores, se estima que su población bordea los 1.400 individuos, por lo que el envenenamiento de 34 ejemplares en Tarija significaría el 2,4% de su población (Museo Nacional de Historia Natural, Diego Méndez, 2021).

Entre los factores más preocupantes para la conservación del rey de los Andes se encuentran los efectos adversos del cambio climático, sumados a la reducción de su hábitat en los ecosistemas andinos por expansión de la agricultura y ocupación humana de áreas que son utilizadas por la especie.

Otra causa para la depredación de esta especie en nuestro país consiste en el uso de sus plumas en la confección de trajes para las entradas folclóricas y diversos rituales.

La actividad minera es otra amenaza a la especie cuando los cóndores consumen carroña contaminada con metales pesados y, finalmente, la concentración de mercurio en zonas con actividad minera genera desórdenes reproductivos y da lugar a bajas tasas de eclosión y de sobrevivencia de pichones (Eisler 1985, en: DiMarzio et al. 2018).  La degradación de su hábitat muchas veces está dada por la expansión de la agricultura y por la ocupación progresiva humana de aquellas áreas que son utilizadas por la especie como sitios de anidación, descanso, alimentación [Plan de Acción para la Conservación del Cóndor Andino (Vultur gryphus) 2020 –2030].

Fortalecimiento del Programa de Monitoreo del Parque Nacional Torotoro

El agente de conservación Tomás Calahuma convocó a diversas entidades académicas y científicas a fortalecer las acciones del Programa de Monitoreo de Vida Silvestre del Parque Nacional Torotoro y de otras áreas protegidas de carácter nacional que conservan esta especie, entre ellas: PN Tunari, PN Carrasco, PN ANMI Serranía del Iñao, ANMI El Palmar, RB Cordillera de Sama, RN FF Tariquía, PN ANMI Amboró, ANMIN Apolobamba, PN ANMI Cotapata y PN ANMI Serranía del Aguaragüe, y apoyar al Servicio Nacional de Áreas Protegidas de Bolivia con investigaciones y/o con la dotación de equipos de telemetría satelital para que se puedan generar esfuerzos de trabajo conjunto y con una visión integral de conservación del rey de los Andes, ave emblema de nuestro país.

Finalmente, es importante resaltar la promulgación del DS 4489 de fecha 23 de abril de 2021, cuyo objetivo es la protección de la fauna silvestre, que involucra su bienestar, conservación y preservación, respetando su derecho a vivir libre en su propio ambiente aéreo, acuático o terrestre, y a reproducirse en su medio natural. En tal sentido, Valentina se encuentra protegida por norma.

 

Artículo producido en el marco del Proyecto “Fortaleciendo las Bases de Sostenibilidad Financiera del Sistema Nacional de Áreas Protegidas de Bolivia (SNAP) para la Consolidación de Procesos de Conservación”, implementado por FUNDESNAP en coordinación con el SERNAP y bajo el patrocinio de la Fundación Gordon and Betty Moore.