La granja de los animales 9
¡Te pasaste Cocarico, en el folleto de lujo que la gobernación distribuyó gratuitamente junto a la prensa diaria! Hasta el padrecito Stalin que es el creador del culto a la personalidad, hubiera llegado a tanto. En las 28 páginas a color te has hecho tomar 31 fotografías, por si fuera poco, 6 en la carátula. Apenas has gastado el 50% del presupuesto y tu nivel de aceptación no llega al 30% de la población, pero éste gesto narcisista no te ayuda, pues las obras que anuncias son tan modestas como el aprovechamiento de los recursos del lago para beneficiar a 3.000 socios, la compra de maquinaria, el apoyo al deporte y mobiliario para institutos técnicos, mientras las 20 provincias paceñas se hallan sumidas en la pobreza, el abandono y la desvinculación. Tu egolatría llega al extremo de llenar la última página (con foto tuya naturalmente) y una biografía escrita por uno de tus plumíferos (o por ti mismo), donde se afirma que: “César es un hombre sencillo, modesto, pero que esconde entre sí, (sic), valores, virtudes y sabiduría, podría decirse que detrás de este hombre, hay una gran historia que sustenta y solventa su privilegiada situación en el actual proceso de cambio político que llevamos”. Y esta perla de título: “Es destino de los grandes hombres nacer en una cuna humilde, pero es más significativo aun cuando la humildad hace a los grandes hombres”. Cocarico: ¿No has leído que alabanza en boca propia es vituperio?
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Atinadísimas las reflexiones que hizo el primer mandatario en uno de sus discursos, elogiando ante sus correligionarios la virtud de la pobreza, la necesidad de vivir modestamente. Los grandes tratadistas en los que debe haberse inspirado, sugieren que quien predica debe hacerlo también con el ejemplo personal y en este caso, hay unas incongruencias de bulto. Veamos. El avión presidencial comprado sin licitación por US $39 millones, fue usado hace algún tiempo para un viaje a Sudáfrica, con el exclusivo propósito de ver un partido de fútbol, pues allí no hubo reunión alguna con algún funcionario de ese país, salvo quizá, alguien de protocolo, que indicó cuales eran los sitios en el stadium de la delegación boliviana. Más recientemente, el presidente llevó a sus dos hijos al Cuzco, por las fiestas de fin de año, alojándose en uno de los hoteles más lujosos de Sudamérica, pues la habitación cuesta US $1.500 por noche. La noticia causó tal revuelo que un funcionario dijo que el Estado se ocuparía de una parte de la cuenta pues el Alcalde del Cuzco, le hizo una visita protocolar en su alojamiento, considerándose ese gesto como de actividad oficial. Los US $7.500 equivalen a 637 sueldos básicos mensuales en nuestro país, o sea que un jornalero tendría que trabajar de sol a sol, durante 5 años más o menos, para darse el gustito que se dio en Cuzco el mandatario. Los nuevos dirigentes de la COB, tienen ahí un argumento interesante, cuando reclamen el aumento salarial y pretendan subirse al carro de los que ahora viven bien.
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La prensa no se ha preguntado, a qué vino Insulza, el secretario general de la OEA, que se tomó una foto con el presidente en palacio. Por supuesto nada que ver con la Organización y no se necesita un análisis muy profundo para deducir que hizo el largo viaje desde Washington como enviado del Gobierno chileno. El encargo: evitar que Bolivia acuda al tribunal de La Haya, pero no porque los chilenos teman un resultado jurídico desfavorable, sino porque el escándalo boliviano, de todas maneras los hace quedar mal ante la comunidad internacional. Insulza trabaja para su país en dos frentes: tiene a su servicio a dos ex cancilleres, uno de representante de la OEA en México y otro, Gustavo Fernández, al que le ha pagado un cuarto de millón de dólares, a título de “reflexiones” y un tercero, ex cónsul de Bolivia en Santiago, a quien tiene de amanuense en Washington. Los dos primeros le habrán informado cumplidamente de la reunión que tuvieron en Palacio Quemado con Morales, pues por algo sus salarios dependen de él, pero cuando es necesario, Insulza también viene hasta La Paz, para ver cómo puede influir en nuestra política marítima.
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Siguiendo con el tema, un caso flagrante de “colonización” voluntaria, es la del canciller Choquehuanca, que como Goni, en su tiempo despreció a los empresarios bolivianos, ahora ha devaluado a todos sus compatriotas que se han quemado las pestañas durante medio siglo, estudiando el problema marítimo. Él ha preferido contratar al doctor Antonio Remiro Brotons, recomendado del juez Garzón, para que lo asesore en esta materia a un costo de 11.000 euros mensuales. El jurista español que sabe perfectamente que la Corte Internacional solo admite estudiar casos en los que hay acuerdo de partes, para que ese Tribunal dirima, preferirá prolongar su contrato aún sabiendo que Bolivia está destinada a un nuevo fracaso.
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Ha sorprendido a la opinión pública ver, en los festejos del segundo año de vigencia del Estado Plurinacional, a los miembros del Alto Mando con sus uniformes, moviendo los pies al ritmo de una morenada. Hay algo que se llama decoro, que sin duda, les ha faltado a los comandantes en su afán de quedar bien con el presidente y el vicepresidente. Ojalá que no salgan retratados en “El Mercurio”, o “La Tercera” de Santiago de Chile provocando la hilaridad de nuestros vecinos.
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Se atribuye a un calvo cura jesuita, la proliferación de “nacionalidades” que han quedado estampadas en la Constitución, con la obligación del Estado de traducir a 36 lenguas, los documentos oficiales. Ahora los organizadores del censo nos aseguran que las nacionalidades han subido a 55 y que los ciudadanos bolivianos deberán optar por una, cuando la mayoría de ellos son en realidad mestizos que paradójicamente no encuentran un lugarcito al que arrimarse en la nueva organización política del país.