¿Por qué se han unido las fundaciones Bill Gates, Rockefeller y la compañía Monsanto para crear una especie de Arca de Noé de semillas en Svalbard, Noruega?
La FAO no se cansa distribuyendo material informativo sobre el impacto del alza en el precio de los alimentos. Pero la misma FAO no dice nada sobre los millonarios fondos que destinan famosas compañías y fundaciones para “combatir” el hambre en el mundo.
No debe llamar la atención cuando Bill Gates, los Rockefeller y las compañías Monsanto y Dupont se juntan para financiar proyectos destinados a mitigar el hambre en el mundo. Todas juntas, con apoyo de los gobiernos de EEUU y Noruega están desarrollando un proyecto en Svalbard, Noriega, en la que mantienen 250 millones de semillas para preservar el material genético de plantas alimenticias. El proyecto ha recibido US $30 millones de Gates, otro tanto del Gobierno de Noruega; además del financiamiento de Monsanto.
F. William Engdahl, autor de “Seeds of Destruction: The Hidden Agenda of Genetic Manipulation” (Semillas de Destrucción: El Objetivo Encubierto de la Manipulación Genética, en traducción libre) cree que así como se está financiando la bóveda de Svelbard, los Gates, Rockefeller, Dupont y Monsanto han unido fuerzas para promover la expansión de alimentos genéticamente modificados en África y en otras partes del mundo con el fin de alimentar a los más pobres. Una de las posibilidades funestas, de acuerdo a Engdahl, es que se ejecute un plan de control de la población con alimentos alterados y se preserve el resto para una elite privilegiada.