La Tercera Guerra. Colapso de la economía planetaria

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En la “Tercera Ola”, Alvin Toffler, expresaba su deseo más que voluntad que la humanidad comenzaría a vivir cambios importantes en la forma de ver el mundo y los negocios. El autor había previsto que transcurrida la revolución industrial se iniciaba una nueva etapa predominante: la fusión de empresas, la capacidad de asociación y de corporaciones funcionando  a nivel global y haciendo los negocios planetarios. Es posible que ya entonces Toffler, conocía a los magnates que deciden qué hacer en el planeta sin que esas decisiones deban ser consultadas democráticamente con quienes ejercen la tarea de conducir los destinos de los 194 estados con reconocimiento internacional general. Lo cierto es que 10 años después del lanzamiento de ese libro la especie humana ha ingresado en una tremenda confusión de la forma como se están manejando las finanzas; pero además, y es eso quizá lo caótico y preocupante, el despilfarro a acuñado una nomenclatura en la que estamos comprometidos todos: la escasez de los alimentos, las especulaciones sobre el agotamiento de las fuentes de petróleo, de los recursos energéticos e hídricos; retrotraen una guerra similar a la Armagedón, sin misiles ni escudos balísticos en pleno apogeo de la revolución tecnológica. Lo único que no parece estar agotándose en este ciclo son las disputas por el control subterráneo del poder global.

Los medios no informan, los agentes de bolsa no ofrecen solución o simplemente ignoran, los asesores financieros no dan ningún tipo de  consejo. Algunos blogueros en la red se atreven a hablar y muy pocos analistas tienen el coraje da publicar la verdad. Según reporta Alexander Higgins, el bloguero mas leído (léase mas confiable) de los EEUU, “los últimos datos económicos revelan que la silenciosa corrida bancaria se ha expandido desde Grecia a otros bancos europeos llegando a la increíble suma de más de US $10.000 millones por semana”. Se sabe que la gente de Portugal, Irlanda y Grecia ha retirado dinero de los bancos para comprar oro, francos suizos y yenes japoneses. Por eso, las cosas llegaron al punto “Defcon 2” (que en lenguaje militar significa niveles de peligro Nº 2 de colapso de la economía planetaria, nivel muy cercano al Nº 1 que significa colapso total). Las reservas de los bancos italianos y españoles están bajando porque el dinero busca un lugar fuera de la zona del euro para refugiarse.

Paul B. Ferrell, analista económico de The Wall Street Jornal, escribe en uno de los recientes números de este prestigioso diario: “o los archimillonarios empiezan a pagar impuestos o deberemos enfrentar una revolución; la ilusión de que somos riquísimos nos está llevando a la ruina”, refiriéndose a las últimas declaraciones del Presidente Barack Obama que propone aumentar los impuestos a los más ricos para enfrentar la crisis económica.

“Mayor caos, mucho mejor” dijo Lenin

Las revoluciones se construyen a lo largo del tiempo. Una masa crítica de descontentos se convierte en un punto de deflagración. Luego, se inflaman de manera impredecible. En el medio oriente el punto de partida fue Egipto, la revolución comenzó en la página de Facebook de un joven ejecutivo de Google. Y se hizo  viral, rabiando incontrolablemente y terminando con el régimen político del Presidente Mubarak. Las protestas masivas se expandieron hacia otros países de la región como Libia y Siria. El continente europeo también se ve amenazado por estos movimientos. España, Inglaterra y Alemania, son algunos países que comienzan a sentir el avance de un caos oclocratico. En el continente suramericano estudiantes chilenos salen a las calles a exigir cambios, descontentos por los recortes presupuestarios en el sistema educativo. En Bolivia, los indígenas, ex aliados del presidente Morales, marchan llamando la atención al mundo entero por la destrucción de extensas zonas selváticas contra la penetración de los cultivos de coca que arrasan la floresta y contra la construcción de una vía asfaltada que destruirá una de las reservas de biodiversidad más importantes del planeta.

Dos días después de los últimos acontecimientos en Londres, Inglaterra ya no ofrecía la misma seguridad  económica, ante la ofensiva emprendida por bandas de desocupados, sindicatos y vándalos. En Alemania, las protestas de los activistas antiglobalistas que reclaman más oportunidades de trabajo y mejores condiciones de vida incendiaron este año 138 vehículos policiales en Berlín, la ciudad de las Mercedes, BMW y Audis. Los incendios son la respuesta a un clima de descontento general por los bajos niveles de crecimiento económico, la desocupación y por la decisión de  sus gobiernos de destinar grandes sumas de dinero para salvar a otros países de la Comunidad Europea.

En varios países de Europa, miles de jóvenes confundidos, desarraigados de sus principios y de su cultura salieron a las calles para protestar contra el sistema a nombre de falsedades como el “multiculturalismo”, la “diversidad”, los “derechos humanos”; sostén de insostenibles políticas  que han construido un enorme ejército que vive de la ayuda social y que además se permite destruir instituciones de tradición y valores culturales; líderes políticos que no ofrecen soluciones y utilizan sus cargos para enriquecerse personalmente, sin visión ni capacidad, ni filosófica ni ideológica. Junto a la poderosa clase del sistema financiero mundial, nos llevaron a este punto caótico.

Las ciudades se han convertido en puntos de consumo masivo, el campo dejó de producir. La contaminación del medioambiente pasó todos los límites posibles. A pesar de crearse fondos billonarios invertidos para solucionar estos problemas, estos siguen aumentando, así como aumenta la riqueza personal de unos pocos. Y el descontento de las masas va en aumento y se expande por el planeta entero.

La guerra por los recursos naturales

En el Medio Oriente, Hosni Mubarak, Moamad Gadafi o Ali Assad e incluso los sauditas vivían un espejismo multimillonario. Y lo venían haciendo desde hacía mucho tiempo. Pero a pesar de todo eran vulnerables. Creían sinceramente que estaban protegidos por Dios, elegidos para poseer la gran riqueza terrenal, disfrutando sus lujos, ejércitos y mujeres. Entonces, de repente, una nueva generación “educada, desempleada y frustrada” se volvió en su contra; se rebeló reclamando la  parte de los beneficios económicos que le corresponde y provocando revoluciones en busca de retribución.

Bloomberg, compañía estadounidense que ofrece software financiero, datos y noticias económicas, advierte: “Los chicos no están bien” (The Kids Aren’t Alright, en alusión a una canción del grupo británico The Who). El desempleo juvenil está impulsando la revolución. En una columna del New York Times, Mathew Klein,  investigador del Consejo de Asuntos Extranjeros establece un paralelo entre la tasa de desempleo del 25% entre los jóvenes revolucionarios de Egipto y el 21% de los jóvenes trabajadores de EEUU: “Los jóvenes serán los más afectados por los reajustes presupuestarios de los gobiernos. Aumentarán los impuestos sobre los trabajadores y recortarán el gasto en educación, mientras que los subsidios hipotecarios y los beneficios para las personas de edad seguirán siendo intocables, como lo son los recortes fiscales para los ricos. ¿Cuánto tiempo falta hasta que el resto de los países ricos estallen como Egipto?”.

El comentarista de USA Today John Waggoner advierte: “el aumento de los precios de los alimentos esta convirtiendo a millones a la pobreza: el maíz subió 52% en 12 meses, el azúcar 60%, la soja 41%, el trigo, 24%. Para 44 millones de personas, el “aumento de los precios de los alimentos significa mayor pobreza extrema y hambre”, advierte el Banco Mundial. Las causas son múltiples: los especuladores que juegan con el precio del petróleo, las guerras comerciales y la explosión demográfica. Un informe especial de la revista TIME, “Pobres vs. Ricos: un nuevo conflicto mundial”, advierte que “se está desarrollando un conflicto entre dos mundos – uno rico y uno pobre -, y el campo de batalla es el propio mundo”. Veinticinco países desarrollados con exclusivos 750 millones de habitantes consumen la mayor parte de los recursos del mundo, producen la mayor parte de bienes manufacturados y disfrutan de los más altos estándares de vida. “Ahora deben enfrentarse a 100 países subdesarrollados y con 2 mil millones de personas que viven en la pobreza y exigen una mayor participación en esa riqueza”.

Los mercados financieros constituyen ellos mismos un sistema de creación de dinero virtual, de lucro no basado en la generación de riqueza real. Esta creación de dinero sin creación de riquezas económicas corresponde a la definición misma de la creación artificial del dinero.

Sabemos que a los súper ricos no les importa. Están atrapados en la burbuja de la Forbes-400, como en una cámara de sonido que los aísla. Ellos ven al público como trabajadores sin rostro, clientes y contribuyentes. Vemos como el Partido Republicano recobra poder. Las políticas económicas de la era Reagan (la Reaganomía) está de vuelta. Los sindicatos huyen. Las masas ignorantes son fáciles de manipular. Incluso Obama está trabajando en secreto con el Partido Republicano. Él nunca tocaría a sus donantes súper-ricos. Así de poderosa es esta ilusión de súper riqueza que está infectando a todos los estadounidenses.

He aquí cómo un conocedor describió esta ilusión: “El 1% superior llevan vidas privilegiadas. Sus familias hacen vacaciones en los mejores centros turísticos, sus preocupaciones son cómo encontrar el mejor maestro de Pilates, el mejor masajista, los mejores cirujanos plásticos y las mejores escuelas privadas. Ellos no se preocupan por el subyacente deterioro del mundo, excepto en lo abstracto, porque no se ven directamente afectados por él. Eso no quiere decir que no se conmuevan, que no sean conscientes o que no hablen de los problemas que se suscitan. Pero lo que principalmente les preocupa es proteger y mejorar sus posiciones económicas y sociales. Y nada de lo que escribamos cambiará esto. Se dice que todos los hombres son iguales y tienen derecho a opinar; pero quienes detentan el poder de los medios, la política, la economía y los negocios, utilizan su enorme influencia en los resultados que les interesa. No dudan en decretar la ´muerte civil´ de quien se atreva a defender o plantear lo contrario. A partir del siglo XX, la  visión del orden político atraviesa por serias vicisitudes. El colapso de las democracias liberales, el retorno del fascismo, el totalitarismo de izquierdas y el surgimiento de los medios masivos, sitúan la democracia ante una grave crisis de legitimidad. Una sociedad cuya cultura no es ilustrada difícilmente puede ´supervisar´ eficazmente el orden político. Reconocemos que el orden político descansa de facto en minorías técnico-burocráticas y, quizá, lo que llamamos democracia no sea otra cosa que una forma de seleccionar, vigilar, disciplinar y sustituir a las élites que están al frente de las agencias gubernamentales. Sin embargo, los regímenes de derecha y de izquierda han llegado al punto donde no hay ninguna diferencia entre ellos. Unos y otros han fracasado en la administración estatal”.

Nostradamus de la economía

US $700 billones fueron inyectados desde las reservas federales de EEUU al sistema bancario  para salvarlo del debacle. De manera indirecta se gastaron otros increíbles US $4.250 billones que fueron entregados a grandes corporaciones privadas que llegaron al borde de la quiebre  después de que por años usufructuaron y explotaron a la gente dejando sin trabajo a más de 200.000 personas. “La crisis llega de nuevo a las puertas. La caja fuerte del Estado está vacía y no hay dinero para volver a salvar a nadie”, comentan los analistas económicos y financieros americanos. Tomando en cuenta que la economía americana  y del mundo está interrelacionada, al caer EEUU todo el resto caerá también. “La última crisis económica mundial  fue un juego de niños a comparación con la catástrofe que nos espera en la próxima década. No digan que no les hemos advertido”. Con estas  palabras, Paul B. Ferrell -que mereció el nombre de Nostradamus económico por numerosos aciertos que tuvo en sus predicciones-, comenzó uno de sus recientes análisis. Ferrell no es mago, ni vidente, ni nada parecido, pero tiene mucho conocimiento  en los temas microeconómicos  y es autor de varios libros en los que con minuciosidad describe y pronostica la última crisis económica mundial.

Para está década Ferrell anuncia:

2011

  • Los súper ricos detentarán el control de la administración de Washington.
  • Fortalecimiento del movimiento conservador cuyo crecimiento va en aumento desde hace varias décadas y cuya cúspide es la formación del grupo Tea Parti que comienza a cobrar factura al sistema político estadounidense.
  • Retroceso de los derechos humanos -ante los poderosos dueños de los capitales- es el primer cadáver en el cementerio de la democracia americana.

2012

  • Los súper ricos fortalecen su poder absoluto.
  • Lobistas son los que toman las decisiones sobre las políticas de estado a cambio de cuantiosas sumas de dinero que reciben de grandes poderes económicos. De esta forma se dictan las leyes que favorecen a unos pocos y a desmedro de las poblaciones enteras.
  • Las clases medias están en el camino sin retorno hacia los niveles de vida del tercer mundo. A la larga, pierde totalmente importancia quien gane en las elecciones del 2012 en EEUU ya que el presidente no es más que un títere en manos del sistema basado en el dinero e intereses económicos.

2013

  • Proliferan los enfrentamientos por los recursos naturales.
  • Recientemente, se han descubierto documentos secretos del Pentágono que describen: el cambio climático de manera rápida y radical. Esto provocará problemas de seguridad nacional. Millones de personas quedarán sin alimentos a causa de sequías y la desaparición de tierras fértiles que se convertirán en desiertos.

2014

  • Crecimiento de la población mundial.
  • Sigue la sistemática destrucción de la clase media a través de políticas tributarias. La población aumenta por un número de 100 millones al año, cifra que sobrecarga los débiles recursos naturales, aumentando las ganancias de un reducido grupo de capitalistas poderosos. Los líderes ambientalistas afirman: “Se acabo. El daño que hemos provocado al planeta es irreversible. La tierra está condenada a la autodestrucción”.

2015

  • La época del oro llega a su fin.
  • “La mayoría de las naciones económicamente fuertes se comportan de manera arrogante y llevan a cabo guerras muy costosas, gastan recursos naturales, materiales bélicos y humanos con el único fin de auto desaparecer”, advierte Kevin Phillips en su libro “Riqueza y democracia”.
  • El sistema político, económico y financiero tal como lo conocemos hasta ahora, disfruta de las enormes cantidades de dinero, arrogancia y dominación sobre el resto de la población del planeta que prácticamente se ha convertido en una especie de esclavos modernos.

2016

  • El sistema económico revienta.
  • El nuevo presidente republicano de EEUU en su impotencia, toma decisiones catastróficas llevando al país hacia un debacle económico, social y política. Alguna vez el país más poderoso del mundo enfrentará su caída digna del Imperio Romano y de la Francia Napoleónica.

2017

  • Comienza la revolución de la clase media.
  • La semilla de esta revolución empezó a germinar hace algunos años cuando uno de los hombres más ricos del mundo, Warren Buffet, declaró: “La guerra de clases no es un mito, pero mi clase, la clase de los ricos no sólo que exitosamente participa en esta guerra, sale de ella gananciosa”.
  • La increíble cantidad de rabia política, social y económica comienza a explotar después de las últimas elecciones democráticas cuestionadas (año 2006) y cuando el presidente recién nombrado trata de salvar el sistema bancario del colapso regalándoles millonarias donaciones del dinero estatal. La gente que alguna vez ha pertenecido a la clase media de un día a otro se queda sin nada y comienza a demostrar su rabia saliendo a las calles.

2018

  • El colapso total de la Reserva Federal y la Bolsa de Valores de EEUU.
  • Los políticos tratan de convencer al pueblo enfurecido que ahora no es el momento de tomar decisiones precipitadas y que se deben hacer planes a largo plazo. Esta crisis enciende una nueva revolución cultural. La bolsa de Nueva York se desintegra y las reservas federales no pueden cumplir con ninguna de sus obligaciones.

2019

  • Comienza la guerra global por los recursos naturales.
  • Más de la mitad de la reserva Federal se gasta en mantenimiento del terrible sistema militar dejando muy poco o nada para necesidades fiscales y monetarias. El Estado decide despertar el animal dormido mandando a su poder militar a ocupar nuevos recursos naturales en el mundo para tratar de asegurar el futuro de su nación.
  • Comienza el enfrentamiento global al que nadie se atreve llamar la Tercera Guerra Mundial cuando está muy claro que lo es.

2020

  • Llega al fin el patriarcado americano. EEUU tiene la primera presidenta mujer.
  • El mundo político, social y cultural ha llegado a su fin y se ha convertido en un sistema anacrónico que ha llevado al mundo al borde de la destrucción. América elige para su presidencia una mujer. La gente cobra esperanza mucho más que cuando eligió a Barack Obama y después de muchos años de decepciones. La campaña llevará como lema la palabra: Esperanza. Todos la repetirán como mantra.

El resto nos mostrara el futuro.