UE CELAC: Una Cumbre nada fácil

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Pese a las grandes amabilidades desplegadas por los anfitriones chilenos y a los balances positivos apuntados por unos y otros tras el final de la reunión, no se puede negar que la primera Cumbre euro latinoamericana con el formato UE (Unión Europea) CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) ha estado plagada de problemas. Y que muchos de ellos son de gran calado y pueden complicar el futuro de la relación birregional. El presidente chileno Sebastián Piñera saludó calurosamente a su colega español Mariano Rajoy: “Bienvenido al hemisferio sur, bienvenido al verano. Bienvenido a un mundo mejor”. Bajo el sol de justicia que caía en Santiago, sus palabras pronunciadas en el marco de un acto bilateral no lograron disimular los conflictos vinculados con la Cumbre, no sólo entre latinoamericanos y europeos, sino también de los latinoamericanos entre sí.

De forma casi simultánea al acto anterior, el boliviano Evo Morales señaló que no habría una verdadera integración latinoamericana mientras su país no viese reconocida su aspiración de tener una salida al mar. Pero Morales dio un paso más cuando en una comparación bastante asimétrica dijo que “Inglaterra debe devolver Malvinas a Argentina y Chile debe devolver el mar a Bolivia”, junto con otra afirmación polémica: “Respetar los derechos de la madre tierra es más importante que respetar los derechos humanos”.

Por su parte, Cristina Fernández echó por tierra cualquier perspectiva de alcanzar un rápido acuerdo entre la UE y Mercosur que cierre unas negociaciones que duran ya muchos años y que cada vez resultan más difíciles de concluir exitosamente. Para la presidente argentina: “Hay países emergentes con un desarrollo industrial emergente frente al consolidado desarrollo de la UE y se necesita que sean previstas estas asimetrías, para que no se perjudique a nuestra industria y, sobre todo, a nuestros pueblos”. Y agregó que las negociaciones no pueden ser hechas con las mismas premisas existentes en 2004, y más tras la entrada de Venezuela en Mercosur. De ahí la conveniencia de crear una comisión interna del grupo suramericano que debería expedirse no antes de fines de 2013, teniendo en cuenta las elecciones en Paraguay.

La neta postura proteccionista de Fernández resulta claramente contradictoria con la del presidente del Consejo Europeo Herman van Rompuy, que sigue esperando un pronto acuerdo entre la UE y Mercosur, quizá creyendo en demasía el entusiasmo de Angela Merkel por destrabar la negociación. El proteccionismo argentino desentona cada vez más con los intereses brasileños. En la Cumbre UE Brasil celebrada poco antes de la Cumbre en Santiago, se puso de manifiesto el mutuo interés por sacar el mayor partido posible a la relación estratégica existente entre las partes. Si bien antes, durante y después de la Cumbre CELAC UE se sacaron a relucir los valores compartidos y los intereses comunes, está claro que para la UE cada vez cuentan más las alianzas estratégicas establecidas con Brasil y México, y de forma accesoria la relación con la pujante Alianza del Pacífico, frente a otras opciones más problemáticas.

Otro punto de fricción entre la UE y Venezuela, y también entre Venezuela y algunos países latinoamericanos, giró en torno al respeto y las garantías jurídicas a las inversiones extranjeras. El gobierno de Caracas se oponía a incluir en la declaración final una alusión expresa al respeto a las inversiones en América Latina. Finalmente el texto aprobado deja claro que las dos regiones reconocen la importancia de marcos reguladores “estables y transparentes” que proporcionen “certidumbre legal para los operadores económicos” en el contexto de impulsar inversiones de calidad social y medioambiental, así como un firme respaldo a las inversiones y el comercio internacional como fuente de desarrollo sostenible.

Son fáciles de imaginar los apoyos que tenía Venezuela en la negociación. De ahí la creciente importancia que tiene la presidencia pro tempore de la CELAC que ejercerá Cuba durante 2013. Raúl Castro asumirá su cargo el lunes 28 de enero durante la Cumbre de la CELAC desarrollada en Santiago. Si bien en este período no habrá ninguna Cumbre euro latinoamericana es difícil prever que su acción facilite la relación birregional. Más allá de los recelos europeos por su presencia al frente de la CELAC, la duda gira en torno a si la diplomacia cubana trabajará para impulsar la relación entre la UE y América Latina o remará en la dirección contraria.

 

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