¿Callarán el canto del flautista? en la reserva del TIPNIS

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Los habitantes de la amazonia, de las pampas de mojoñas y de las orillas de los ríos Isiboro y Sécure conocen que, entre las miles de coloridas aves que habitan su territorio, existe una, no tan llamativa en plumaje, ya que más bien es oscura, de color cafecino y opaca, precisamente para camuflarse más fácil de sus depredadores. Entre los mojeños lo llaman el organito, los yuracaré el flautista y en San Borja y Rurrenabaque prefieren decirle el violinista. Según cuenta la leyenda; “era el joven más hermoso de la tribu, amado y codiciado por las mujeres del lugar, pero que muere tempranamente en una batalla al defender el territorio de extraños invasores. Los lamentos de las jóvenes de la tribu fueron escuchados por el dios Sachemuijí quien transforma el alma del guerrero en una pequeñita avecilla. Ya no es hermoso y será es difícil de encontrar, pero tendrá el canto más virtuoso que se escuchará en la tierra y llenará el espíritu de amor a quienes lo escuchen”.

La versión más conocida en el Beni cuenta que, “el joven se había enamorado de la esposa del cacique, pero como esto era un amor imposible, el joven rogó al dios Sussi que le haga desaparecer ese dolor del amor que tenía, por lo que el dios lo transformó en un ave. Así fue convertido en un pájaro con un encanto especial al que llamó Uirapurú, que, por cierto, significa el pájaro que no es pájaro. Así, una vez convertido, el joven cantaba todas las noches a su amada para hacerla dormir. Pero el cacique encantado con su voz quiso poseer al pájaro para que cantara para él. Fue entonces cuando el Uirapurú se alejó para siempre de la tribu y de su amada para cantar en la selva, para todos y para nadie” ycuando canta el flautista las demás aves se callan para escuchar sus maravillosas melodías y trinos.

Sus bellísimos sonidos son llenos de notas ascendentes y descendentes, gorjeos y silbidos estridentes y dulces en contrapuntos. Las variaciones de las notas suenan maravillosas y al escuchar su canto cualquier persona al igual que los otros pájaros lo primero que hace, detenerse y no moverse para escucharlo. Es sin la menor duda, una de las aves más virtuosas musicalmente hablando que existe en el mundo. El ornitólogo Helmut Sick que dedicó su vida al estudio y la investigación de las aves brasileras afirmaba que este enigmático pajarito solamente canta 15 días al año al alba o en el ocaso, durante unos 10 a 15 minutos que es el tiempo que tarda en construir su nido.

Para los  habitantes de la amazonia el flautista, es considerado una avecilla  emblema, por su virtuoso canto de extrema belleza. En la amazonia brasilera se han recuperado cientos de leyendas y muchos escritores le han dedicado varias páginas en sus libros. El gran músico brasilero Heitor Villalobos también escribió un poema sinfónico. En nuestro país Alcides D´Orbigny colectó un ejemplar y el botánico Tadeo Haenke se emocionó al escucharla por primera vez, Luis Terrazas en 1934 lo incluyó en el Catálogo de Aves Bolivianas, el Prof. Noel Kempff Mercado afirmaba que la cuenca del Mamoré es uno de los sitios preferidos de esta ave. No hace muchos años atrás, llegaban ornitólogos y observadores de aves de todas partes del mundo a los entornos de la parte baja del TIPNIS, de la Estación Biológica del Beni y a las proximidades de San Ignacio de Mojos para tratar de verlo y en lo posible de escucharlo y así quedar asombrados por la magnificencia de su canto.

El Flautista es muy parecido al chichuriro en su colorido café aplomado, en su cara se destaca un área periocular desnuda azul. Tiene una distribución amplía, pero al verse perturbado se desplaza a zonas menos intervenidas. Escurridizo y tímido, solitario o en pequeños grupos familiares. Se desplaza por el piso entremedio de las raíces buscando su alimento, en las pampas, preferentemente realiza vuelos bajos. Se lo conoce con el nombre científico de Cyphorhinus arada. En lengua mojeña lo denominan biurujpirú, en guaraníuirapurú, los yuracaré lo llaman bijobijo en t´shimane wuhuhu oku que significa pájaro que alegra el alma y está considerado una deidad dentro de su cosmovisión, finalmente en la nomenclatura norteamericana se lo conoce con el nombre de musician wren que significa el rey de los músicos.

Como vemos fueron muchos los amantes de las aves que quedaron fascinados por el canto de ésta pequeña y enigmática avecilla. Los pobladores del TIPNIS son los más fascinados ya que conviven con ella. Pero este maravilloso pajarito se halla fuertemente amenazado y corre el camino de la extinción si no se frena la destrucción de floresta amazónica tanto en los bosques pandinos, como si se llega a destruir el corazón del TIPNIS.

 

 

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