Cristina contra Cristina

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El portal Red del tercer mundo publicó el pasado viernes un análisis del peso que tiene el FMI sobre paises que han adquirido una deuda con el. Éste no sería al caso de Argentina quien en 2001 saldó todas sus deudas.

 

Héctor Béjar

¿Concibe usted que su banco se enoje si usted le paga lo que le debe? Pues ése es el caso del Fondo Monetario Internacional (FMI) con Argentina. Están furiosos.

Cuando Néstor Kirchner decidió cancelarle la deuda total de 9,810 millones de dólares, el FMI se sintió tan ofendido que el enojo le dura hasta hoy. Con ese acto Argentina se ahorró mil millones de dólares en intereses y pudo hablar de igual a igual a quienes perdieron el dominio que mantuvieron sobre ese país por más de cincuenta años.

Kirchner pudo hacerlo porque Argentina había acumulado reservas por más de 27,000 millones de dólares. (El Perú ya va por los 60,000 millones y sigue atado al FMI como el perrito a su amo). Al ser pagada la deuda, el FMI dejaba de percibir los intereses y perdía un instrumento de intromisión y exigencias permanentes sobre Argentina que le permitieron promover más de ciento cincuenta planes de ajuste.

Desde 2008, el FMI empezó a decir en su informe bianual Perspectivas Económicas Mundiales que los datos gubernamentales argentinos difieren de los cálculos privados.

Quienes desobedecen al FMI tienen inflación. Quienes son sumisos no la tienen.

Lo que sucede es que la estadística es ahora un campo de contienda. En el Perú  sabemos que el costo de vida sube mes por mes. Y sin embargo, el Estado proclama un 4,25 por ciento anual mientras el FMI aplaude. También sabemos que la pobreza es escalofriante, pero las burocracias internacionales hablan del “milagro peruano” que reduce la pobreza. Mientras el gobierno haga buena plana, no será molestado. Si se saliera del libreto sería señalado y estigmatizado como Argentina.

Cristina Kirchner no se ha dejado. En setiembre del año pasado denunció en la Universidad de Georgetown de Washington: “Hay contra la Argentina por parte del FMI una suerte de ensañamiento porque somos el mal ejemplo, somos el mal alumno, somos quienes dijimos que no a todas y cada una de las recetas que quisieron imponernos”.

Los equipos de técnicos han ido y venido entre Washington y Buenos Aires, pero no se han puesto de acuerdo en la metodología de medición. El gobierno dice tener una inflación del 10.8 por ciento. Las consultoras de los empresarios dan 25.6 por ciento. El FMI ha empezado a amenazar con la expulsión del grupo de los veinte.

Christine Lagarde comete un error. La situación es distinta a la época de dictadura totalitaria del FMI. No es el momento de hablar fuerte. El FMI está deslegitimado. Está gobernado por los deudores quebrados; y las potencias emergentes reclaman su reestructuración.

La Cristina francesa amenaza. La Cristina argentina pregunta: “¿Dónde estaba el FMI que no pudo advertir ninguna crisis? ¿Dónde cuando se formaron no ya burbujas sino globos aerostáticos financieros? ¿Dónde estaba uno de sus ex directores cuando el Bankia, que él dirigía, debió ser auxiliado con miles de millones de euros? ¿Cuáles son los procedimientos con que el FMI analiza países quebrados que siguen endeudándose? ¿Se conoce alguna sanción del FMI, alguna decisión sobre quienes se enriquecieron ellos y fundieron el mundo? No. La primera medida es contra Argentina. Alumna ejemplar del FMI en los noventa, que siguió todas y cada una de las recetas y cuando explotó en 2001 le soltaron la mano”.

Argentina, sola, sin acceso al mercado financiero internacional, creció en diez años el noventa por ciento de su PBI. Construyó un mercado interno, le pagó al FMI y reestructuró en 2005 y 2010 su deuda de acuerdo con acreedores sin volver a pedir prestado, para terminar con el endeudamiento eterno y el negocio de bancos, intermediarios y comisionistas.

Esa es la verdadera causa del enojo del FMI. Argentina es una mala palabra para el sistema financiero global de rapiña y sus derivados. Pero los tiempos cambian. Argentina ha pedido una reunión extraordinaria de la Junta de Gobernadores del FMI, que examine la política del organismo hacia el país del Plata y su actuación en el origen de la crisis económica y financiera mundial.