El Inédito plebiscito de Dilma
Brasil I La presidenta Dilma Rousseff propuso un plebiscito para hacer una reforma política en Brasil y anunció nuevas inversiones por 25.000 millones de dólares para el transporte público, en un intento por calmar las protestas que sacudieron el país en el último mes. Los manifestantes en la calles pasaron a exigir otras demandas y cuestionaron con violencia inédita los gastos exagerados que está realizando la actual administración para el Mundial de Fútbol 2014. Protestas de este tipo no se habían visto hace por lo menos unos 20 años cuando cientos de miles de manifestantes salieron a las calles para pedir la renuncia del ex presidente y ahora senador de la República Fernando Collor de Mello. Las protestas consiguieron la dimisión del ex mandatario por escándalos vinculados a la corrupción.
Las manifestaciones que llevaron a más de un millón de personas a las calles denuncian la corrupción y fustigan a los políticos, tras años de escándalos de desvíos de fondos que han quedado impunes. En respuesta a otro reclamo de las calles, Rousseff propuso una ley que castigue la corrupción “con penas mucho más severas” y la haga equivalente a un “crimen hediondo”.
Semanas antes de las protestas, un prominente ex ministro de Economía de Brasil explicó: “Dilma es honesta económicamente pero miente ideológicamente; Lula era deshonesto económicamente pero era honesto ideológicamente”. En esa comparación se sintetiza la preocupación de quienes ven a Brasil ir por el camino equivocado de Venezuela y Argentina. Lula permitía corrupción mientras que Dilma luce inflexible en ese punto pero, al revés, Dilma luce tolerante con ideas -a sus ojos- “chavistas/kirchneristas” mientras que Lula era inflexible con cualquier desviación populista, quizás porque tenía que demostrar menos que nadie su origen popular.