Incendio forestal e insuficiente equipo de respuesta

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Foto: Hernán Virgo/ El Deber

Un incendio forestal de magnitud arrasa miles de hectáreas en la región de Roboré, a raíz del fuego que se inició en San José de Chiquitos.

Este foco de calor que comenzó en la Ramada quemó parte de las comunidades de Peniel, ingresó a Tobité y se encuentra al frente de Chochí, en el departamento de Santa Cruz, donde los voluntarios trabajan para hacer cortina al fuego, reportó el alcalde de Roboré, José Eduardo Díaz.

“El viento de una rato a otro cambia y hace saltar la chispa y por los pastizales el fuego va avanzando con gran magnitud. Hasta el domingo en la mañana superficialmente estábamos evaluando (la quema de) de más o menos de 10.000 hectáreas, pero hoy confirmaremos”, afirmó.

Autoridades locales en el sector del incendio demandan equipamiento técnico terrestre y aéreo para combatir el fuego que se va propagando con el ventarrón existente en la zona. (ERBOL)

Fuego descontrolado

Ayer fueron evacuadas 15 familias de Peniel, algunas salieron con lo que tenían puesto, otras lograron rescatar algunas de sus pertenencias, incluidos su animales. Peniel es una comunidad que se encuentra a 40 km de Roboré, a 20 metros de la carretera asfaltada que une a Santa Cruz con Puerto Suárez y donde sus pocos habitantes viven tanto de la producción agrícola como de la crianza de gallinas ponedoras. El momento de mayor desesperación se lo sufrió ayer al mediodía, cuando el fuego, que estaba a 200 metros de la comunidad, rodeó a las brigadas de socorro y un bombero voluntario se asfixió con el humo, se desmayó y tuvo que ser sacado de emergencia a Chochís, a 7 km del lugar.

Las familias evacuadas se fueron a Roboré, a San José y a Chochís, poblaciones donde tienen familiares y desde donde aguardarán que el peligro pase. Pero el fuego, descontrolado como está, ha generado otros tres incendios en la zona y son cinco las comunidades que corren riesgo de ser alcanzadas por las llamas.

Motacucito, Tobité, El Portón, Ramada y Salvador del Jordán son los núcleos urbanos que están en riesgo.

El alcalde de Roboré, José Eduardo Díaz, dijo que el incendio es incontrolable y estima que ya se han quemado por lo menos 10.000 hectáreas de vegetación, que la reserva natural Valle de Tucabaca está seriamente amenazada y que los guardaparques y soldados del Ejército están trabajando arduamente para evitar que las llamas se lo coman todo.

Carlos Pinto, coordinador del proyecto manejo de fuego del bosque chiquitano de la Fundación Amigos de la Naturaleza, explicó que este incendio es la extensión de uno que se generó hace dos semanas en Ipia y cuyo origen no ha sido el chaqueo, actividad que se desarrollará con fuerza entre septiembre y octubre, sino, probablemente, fruto de una quema de basura o del descuido de alguien que dejó una colilla de cigarro encendida y como está todo seco en la zona, una chispa puede ser suficiente. El coronel Carlos Linares, que dirige la acción para mitigar el incendio, dijo que para evitar que Peniel sea alcanzado por el fuego, primero, hicieron esfuerzos sobre un cerro, pero debido al viento no se pudo controlar la situación.

Aitor Barandiaran, habitante de Peniel, lamentó que los monos y los tucanes, entre otras especies silvestres, sean las víctimas. (El Deber)

 

 

fuentes: ERBOL/El Deber