Los acompañamientos

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Esta tendencia va más allá de la moda. “Va acompañada de ciertos rituales o ciertas bebidas: el gin tonic como ritual, pero también la presentación de un aspecto pulcro y el culto a los puros“. Hasta cierto punto, todo esto también es una imitación del estilo de vida de la clase alta. “Uno quiere presentarse como un hombre alegre y divertido, pero sin la pretensión de tener mucha profundidad. Lo que se exhibe es un estilo algo deportivo sin ser forzado“, explica Roetzel.

 

Por supuesto que este estilo implica el peligro de que uno parezca extravagante. “En la gente joven el pose de gentleman es muchas veces un poco ridículo, sobre todo cuando sólo se trata de algo adquirido”, dice Roetzel. “Si uno nunca ha estado en Inglaterra, ese look parece un poco artificial”. Astrid Werle, por su parte, advierte que uno debe evitar vestirse con demasiada elegancia en situaciones equivocadas, por ejemplo frente al jefe en el trabajo. La moda en sí todavía no convierte a un hombre en un gentleman

 

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