Cómo cambiar tu forma de ver la prostitución

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Ámsterdam es un destino turístico popular en Europa. Y dentro de la capital holandesa, el barrio rojo es uno de los puntos que muchos visitantes deciden no perderse en su paseo por la ciudad. Además de ser famoso por su historia, su arquitectura y su vida cultural, es internacionalmente conocido por ser uno de los barrios más liberales del mundo en cuanto a la actitud hacia la prostitución, las drogas y la diversidad sexual se refiere. En el barrio la prostitución se ejerce de forma legal y en él se pueden observar a chicas exhibiéndose en los escaparates para atraer a los posibles clientes. De hecho se ha vuelto tan popular que incluso la revista Time Out ya lo incluye entre sus primeras recomendaciones de visita para los viajeros que deciden acudir a la ciudad.

Este vídeo, que localicé en elitedaily.com, tiene algo de diferente e inesperado. En él se pueden observar varias mujeres bailando en los ya conocidos escaparates del barrio. Las chicas se mueven coordinadamente como si fueran una sola, en una activa y llamativa coreografía que consigue captar la atención de todos los viandantes, que les silban y las jalean emocionados. Pero nadie se imagina cómo terminará el baile, es más, todos ellos y ellas terminarán boquiabiertos y un tanto desconcertados. Antes de seguir explicando el porqué, te dejo el vídeo aquí debajo para que lo veas tú mismo.

La prostitución en Holanda

La prostitución está completamente regulada en Holanda, de forma que cada prostituta está obligada por ley a tener contratada una seguridad social privada (como cualquier trabajador holandés), a pagar impuestos al estado, a hacer declaraciones de hacienda y a todos los procesos legales a los que un trabajador o una empresa, se ven requeridos para mantener su estatus de legalidad.

En el Barrio Rojo… ¡no todo vale!

Según indica el sitio oficial I amsterdam en el Barrio Rojo hay ciertas reglas que garantizan la seguridad de prostitutas y visitantes: “Está prohibido sacar fotos a las mujeres, y esto es algo que se cumple a rajatabla. Aunque es una zona muy vigilada, tenga cuidado con los carteristas. Éstos tienden a actuar sobre grandes grupos distraídos. Le recomendamos que esté atento a sus pertenencias, y que no lleve nada de valor encima. Tenga en cuenta que en este barrio también viven familias normales que se levantan temprano para trabajar…así que por favor, ¡respete su barrio y no grite o cause molestias!”.

El número total de prostitutas en Holanda varía entre 15 y 30 mil, según la fuente consultada. De acuerdo a Radio Netherlands, en 1999 se estimaba que había en Holanda 25 mil prostitutas, de las cuales, 12.500 trabajaban en un total de 6.000 locales. Muchas de ellas eran inmigrantes. En los años 70 la mayoría de las prostitutas extranjeras venían de Tailandia y Filipinas. En los 80 de Latinoamérica y el Caribe. Después de la caída del Muro de Berlín, en 1989, muchas de ellas llegaban de Europa Central y del Este. No más de un tercio de las mujeres eran holandesas y las demás representaban 44 nacionalidades. El mayor número provenía de República Dominicana, Colombia, la República Checa, Rumania y Polonia. No se mencionaban cifras de residentes ilegales.

(…)La legalización de la prostitución no siempre se ha visto acompañada de una profunda regulación de la actividad, con lo que se producen casos en los que incluso la policía sólo puede entrar en los locales de alterne cuando existen sospechas concretas, lo que dificulta la prevención y persecución del tráfico de personas y abusos sexuales, entre otros. En este sentido, tanto Alemania, como Holanda y Australia, han registrado un importante aumento del tráfico de personas para fines sexuales, moviéndose los proxenetas a la luz de la legalidad y sin que las leyes de prostitución ni la penalización del tráfico de personas hayan sido suficientes para hacer frente a esta modalidad de crimen organizado.

Y junto a la cuestión de la prostitución suele confluir la cuestión del tráfico de mujeres y la trata de personas. ¿Qué es la trata de personas? El término “trata de personas” es relativamente reciente y ha comenzado a emplearse a partir de los años 90s. Según el Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños, que complementa la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional del 2000, por trata de personas, se entiende:

“La captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de  la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación… como mínimo, la explotación de la prostitución ajena u otras formas de explotación sexual, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos”, (Artículo 3 del Protocolo).

La campaña Stop the Traffik

Plenamente conscientes de la popularidad del barrio rojo de Ámsterdam y con ánimos de concienciar acerca de la trata, la ONG  Stop the Traffik llevó a cabo una acción de street marketing  realmente impactante, recurriendo a la agencia belga Guillaume Duval, el pasado mes de abril de 2012, que sirvió para que muchas personas reflexionasen sobre el drama que supone el tráfico de mujeres. La fuerza de la acción reside en que sus protagonistas son los propios turistas que acuden a los escaparates como una fuente de diversión más. Lo que no esperaban los espectadores del show es que en el edificio hubiera una pantalla gigante en la que se transmitiera el siguiente mensaje al final de la coreografía: “Todos los años, a miles de mujeres les prometen una carrera como bailarinas en Europa Occidental. Tristemente, acaban aquí”. Realmente un mensaje y una campaña para reflexionar.

 

Fuente: United Explanations