Economía peruana en entredicho

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Las alabanzas a la economía peruana y al consumo de su clase media se propagan en foros, columnas de opinión y almuerzos de empresarios. Sin embargo, con las cifras en la mano, tres de los más destacados expertos dicen que el país está “lejos de ser la estrella macroeconómica de la región” debido a un panorama laboral grave y a las debilidades de una estructura productiva simple basada en materias primas. El viernes se conoció la cifra oficial de crecimiento en 2013: un 5%, la más baja desde 2009. Los economistas consultados advierten que si no hay cambios, el estancamiento llegará antes de que termine la década.

Piero Ghezzi y José Gallardo han publicado recientemente Qué se puede hacer con el Perú. Ideas para sostener el crecimiento económico en el largo plazo, en el que afirman que ya hubo en la historia del país dos ciclos de crecimiento similares al actual y que “el desarrollo económico no está garantizado”. “Los avances generan la casi certeza de que las crisis macroeconómicas del pasado no se repetirán. Sin embargo, no generan certeza de que las altas tasas de crecimiento se sostendrán en el largo plazo”, abundan.

“No estamos haciendo suficiente para sostenerlo (el crecimiento). Este optimismo es una extrapolación del pasado reciente”, explica Ghezzi, exdirector ejecutivo de economía global y mercados emergentes de Barclays Capital y doctor en Economía en Berkeley, de donde conoce al coautor Gallardo, uno de los directores del Banco Central de Reserva de Perú.

“Las variables en las que estamos rezagados: educación, inseguridad, institucionalidad, son las que más importan en el largo plazo. Ningún país con las características institucionales del Perú ha logrado desarrollar o sostener el crecimiento. Es una ilusión pensar que si no hay cambios sustanciales ahora vamos a mantenerlo”, explica Ghezzi.

Perú ocupó el último lugar de la prueba PISA en comprensión lectora, matemáticas y ciencia en 2012, el 68 % de su población tiene empleo informal (la tasa sube a 84% en el caso de los jóvenes) y en 2012 tuvo el porcentaje de victimización más alto de la región junto con Ecuador, un 28% de personas encuestadas refiere haber sido víctima de un delito en el último mes.

El economista llama la atención a una idea visible en el principal evento empresarial anual en Perú, la Conferencia Anual de Ejecutivos (CADE). “Hay la sensación de que todo está bien o de que el sector privado puede hacer todo, que no necesita al Estado. Es una élite bien intencionada en su mayoría, pero con pocas ideas y bombardeada por optimismo. Cuando hay groupthinking cualquier voz disonante es vista con problemas”, asegura.

“Es un país muy complicado y el peor error es creer que ya lo logramos. No estamos ni a la mitad del camino. Seguir así es casi garantía del estancamiento en esta década. Si no hacemos bien las cosas ahora, en cinco años diremos que hemos desperdiciado otro ciclo, Peru volverá a la historia de siempre de boom and bust (prosperidad y depresión)”, indica Ghezzi.

“Después de los 90, cuando se aplicaron medidas importadas del Consenso de Washington, no se ha hecho una mejora del Estado y de políticas públicas que se ajusten a los nuevos problemas. La ola ya no viene tan fuerte como antes, la inercia de los efectos positivos es cada vez menos potente, entonces hay que hacer las cosas cada vez mejor para estar igual”, afirma el economista.

En 2013, el BID sostuvo que el 70% de los peruanos eran de clase media ( de un 40 a un 50% consolidada y un 20% emergente). Para Ghezzi, la cifra “no tiene ningún sentido. En la última década, la clase media pasó del 19% al 31% de la población, es decir, menos de la tercera parte. Es un error decir que alguien con 1.100 soles está en el límite de la clase media: es alguien sin apoyo del Estado y con ese dinero obtiene pésimos servicios privados de educación y salud: en cualquier momento puede volver a ser pobre”.

Según el economista, la complacencia de la elite política y económica peruana se debe a “la falta de ideas. Lo más espectacular de Lima es la insularidad intelectual”. Y para abundar, toma el libro de Acemoglu y Robinson Why nations fail? ¿Por qué fracasan los países? y muestra el índice temático, con muchas referencias a Perú. “Los autores toman el caso de Perú como un país que con una institucionalidad débil y extractivista no desarrollará. Son pesimistas. Mira cuántas veces es citado Chile: ¿chiquito, no?”

Por su parte, el ingeniero Elmer Cuba, master en economía por la LSE y socio senior de la consultora Macroconsult, destaca que la “foto (de la situación) laboral de Perú es para llorar”. “Casi cinco millones son independientes y otros cinco millones ni siquiera son sujetos de la ley de empleo, porque sus empleadores no pueden cumplir. No puedes exigirles porque el cuero no da para la correa”.

“La principal explicación de por qué le está yendo bien a Perú es la realidad macroeconómica. Las reformas comerciales y financieras han hecho que sea uno de los que más crece en la región hasta ahora, pero de cara al futuro eso no basta”, dice Cuba. “El que ya no es pobre está molesto porque el Estado no da lo que necesitan las familias. Perú era un país con hiperinflación y con pocos recursos, recién ha salido, y por eso su economía tiene patas cortas (poco alcance)”.

Sobre la clase media, Cuba aclara que “no hay una definición aceptada por todos, pero el que no es pobre en Perú no llegó al soñado estatus de clase media: no tiene seguridad social, ni jubilación, y ese es un tercio de la población que recibe una de las peores educaciones de América Latina, no es clase media consolidada”. “Sacando a los ricos de la escena, que son muy pocos, y a un tercio que son clase media, dos tercios están con problemas: o son pobres como tal o pobres extremos”, aclara.

“Pese a que el año pasado Perú recibió 40.000 millones de inversión, está lejos de ser la estrella macroeconómica de la región. En términos de desarrollo es la séptima. Su PBI per cápita es 60% inferior al de Chile. Y es aún uno de los países con mucha desigualdad: el per cápita peruano de la costa es parecido al de Chile, pero el de la selva y sierra se asemeja al boliviano. Si tu abuelo ha sido pobre, tú vas a ser pobre también”, agrega el experto.

El escritor peruano Santiago Roncagliolo relataba en una columna reciente que conoce a empleadas domésticas que ahora pueden enviar a sus hijos a la universidad. Ghezzi replica: “¡Pero a qué universidades! Salen con una pésima formación y entran a la informalidad”.