Panamá acusa a Maduro de tender una cortina de humo

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Maduro calificó a Martinelli de “lacayo rastrero” y lo culpó de injerencia

El Gobierno panameño culpó al presidente venezolano, Nicolás Maduro, de utilizar un “lenguaje soez” en contra de los panameños y advirtió que la decisión de Caracas de romper los nexos bilaterales pueden convertirse en una “cortina de humo” para negar la realidad que sufre Venezuela.

En un comunicado que emitió la noche de este miércoles para responder a la medida anunciada por Maduro, el Gobierno del presidente Ricardo Martinelli rechazó las acusaciones lanzadas por Venezuela, que rompió las relaciones diplomáticas, políticas y comerciales con Panamá tras acusarle de intervenir en los asuntos internos venezolanos.

En un mensaje previo en su cuenta de Twitter, Martinelli aseguró estar sorprendido por la medida. “Sorprende la decisión del Gobierno de Venezuela. Panamá solo anhela que ese hermano país encuentre la paz y fortalezca su democracia”, escribió. En otro mensaje posterior en esa red, advirtió: “Panamá NO acepta presiones ni ofensas de ningún país menos de quien consideramos una nación hermana”.

Maduro anunció en Caracas la ruptura de las relaciones y calificó a Martinelli de “lacayo rastrero”. “He decidido romper relaciones políticas y diplomáticas con el Gobierno actual de Panamá y congelar todas las relaciones comerciales y económicas desde este momento”, anunció el gobernante venezolano, tras acusar al mandatario panameño de conspirar contra su Gobierno.

Panamá pidió el 25 de febrero a la Organización de Estados Americanos(OEA) convocar a una reunión de urgencia de los cancilleres del continentes para evaluar la crisis política venezolana, tras varias semanas de un prolongado y violento conflicto entre fuerzas gubernamentales y opositoras.

En un acto para recordar el primer aniversario de la muerte del expresidente venezolano Hugo Chávez, Maduro advirtió: “no vamos a permitir que nadie se meta impunemente con nuestra patria, lacayo rastrero presidente de Panamá”. La solicitud panameña de llevar el caso de Venezuela a la OEA es injerencista, según aseguró el mandatario venezolano en un acto previo, tras alertar que su Gobierno contestaría a todo ataque en contra de la soberanía nacional. “Ya quedó atrás la historia de la OEA nefasta de 60 años de golpes de Estado”, recalcó.

Al respecto, Panamá expresó “asombro por la decisión asumida” por Venezuela de romper relaciones. “Rechazamos como inaceptables las ofensas proferidas por el presidente Nicolás Maduro en contra de nuestro país y su más alta autoridad. El lenguaje soez utilizado es impropio del presidente de un hermano país. La medida anunciada por el Gobierno del presidente Nicolás Maduro y el lenguaje utilizado para ello no deben constituirse una cortina de humo que pretende negar su propia realidad”, asegura el comunicado de la Cancillería panameña.

Sobre la propuesta de convocar a la OEA – que sesionará este jueves en Washington para analizar la situación venezolana a petición de Panamá – el Gobierno panameño también rechazó que esa iniciativa constituya una injerencia en los asuntos venezolanos.

“Tomamos una acción por la paz al promover una reunión ante la Organización de los Estados Americanos, con el único fin que coadyuvar a acercar a los diferentes actores en ese país hermano, para fortalecer la democracia y los derechos humanos; no entendemos los temores del Gobierno venezolano. La respuesta del Gobierno venezolano a esta iniciativa de paz, ha sido pretender que la solución de sus problemas internos pasa por entrar en un conflicto internacional, lo que a todas luces es un error”, subrayó.

A pesar de la ruptura, el texto asegura que “Panamá reitera su llamado a todos los sectores de la sociedad venezolana, para que inicien prontamente un diálogo que permita alcanzar una solución entre venezolanos y hace votos para que la paz y tranquilidad sean alcanzadas. Por encima de cualquier circunstancia, consideramos que lo fundamental es mantener el diálogo la fraternidad y hermandad de nuestros pueblos. Panamá solo anhela que esa hermana nación encuentre la paz y fortalezca su democracia”, dice el texto.

En su comunicado, el Gobierno compara la actual crisis venezolana con la que vivió Panamá en 1989, cuando el país estaba dirigido por un régimen militar encabezado el ahora encarcelado exgeneral panameño Manuel Noriega. Entonces, el Gobierno de Venezuela de esa época convocó a la OEA.

La ruptura de nexos estuvo precedida por una serie de roces verbales entre Martinelli y Maduro. Ambos Gobiernos entraron en ruta de colisión diplomática el 18 de febrero, cuando la cancillería panameña emitió una declaración en la que rechazaba la situación de violencia en Venezuela. Entonces, el Ejecutivo panameño apeló a que el Gobierno venezolano y las autoridades correspondientes recurrieran al ejercicio de la prudencia en el uso y disposición de la fuerza y salvaguardaran “las libertades públicas e individuales” para la “convivencia pacífica”. Venezuela rechazó las “declaraciones injerencistas” de Panamá.

“No le vamos a aceptar a nadie que nos venga a dar recomendaciones de cómo enfrentar a grupos violentos que están atentando contra la paz de Venezuela” afirmó el canciller venezolano, Elías Jaua, el 20 de febrero.

A raíz de ese incidente preliminar, los dos Gobiernos retiraron a sus respectivos embajadores en ambas capitales y les llamaron a consulta.