Continúa investigación de avión malayo desaparecido

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El Gobierno de Malasia ha puesto en marcha una investigación sobre la posibilidad de que un acto terrorista sea la causa de la desaparición en la madrugada del sábado de un avión de la compañía Malaysia Airlines, con 227 pasajeros y 12 tripulantes a bordo, poco menos de una hora después de despegar de Kuala Lumpur con destino Pekín. Al menos dos pasajeros viajaban con pasaportes robados. Una flota internacional compuesta por 40 barcos y 22 aviones continúa peinando las aguas y los cielos frente a las costas de Vietnam y Malasia, en busca del aparato siniestrado, pero, hasta ahora, no se han encontrado restos confirmados del avión.

Las fuerzas aéreas de Malasia han asegurado este domingo que los registros de radar militares indican que el avión -que no emitió ninguna señal de alarma antes de desaparecer- pudo dar la vuelta respecto a la ruta prevista, algo de lo que los pilotos deberían haber informado a los controladores aéreos y no hicieron. Esto ha obligado a expandir la zona de búsqueda a la costa occidental de Malasia, al otro lado del país respecto a donde se supone que desapareció.

“Existe una clara posibilidad de que el avión diera media vuelta, desviándose de su ruta”, ha afirmado el jefe de la fuerza aérea, el general Rodzali Daud, que ha citado datos de los radares del ejército, informa Associated Press. Daud ha asegurado que, en algunas partes, esto ha sido corroborado por el radar civil. Ahmad Jauhari Yahya, consejero delegado de Malaysia Airlines, ha dicho, sin embargo, que esta maniobra habría disparado las alarmas del aparato, un Boeing B777-200 de 11 años de antigüedad.

Las autoridades aseguran que están investigando todas las posibilidades, incluido un atentado terrorista, porque el avión no emitió ninguna aviso de emergencia antes de que se perdiera el contacto con él y se ha comprobado que dos pasajeros volaban con pasaportes robados. “No descartamos ninguna posibilidad”, ha dicho Ahmad Jauhari Yahya, consejero delegado de la aerolínea. El ministro de Transporte de Malasia, Hishammuddin Hussein, ha afirmado que las autoridades están investigando cuatro posibles casos de identidad sospechosa. “Al mismo tiempo, ha sido activado nuestro servicio de inteligencia, y, por supuesto, han sido informadas las unidades antiterroristas de todos los países implicados”, incluido el FBI estadounidense, que ha enviado un equipo de investigación a Malasia. Las imágenes de las cámaras de seguridad del aeropuerto de Kuala Lumpur están siendo analizadas.

Según la cadena estadounidense CNN, los dos impostores compraron los billetes con destino a Copenhague vía Pekín a China Southern Airlines, compañía con la que el vuelo de Malaysia Airlines compartía código- en una única operación realizada con moneda tailandesa.

Tampoco ha sido descartada una conexión con el extremismo uigur, minoría musulmana de la región china de Xinjiang. Varios uigures fueron deportados de Malasia a China en 2011 y 2012 por llevar pasaportes falsos y participar en una red de tráfico humano.

Azharuddin Abdul Rahman, director de Aviación Civil de Malasia, ha afirmado que cinco pasajeros que tenían billete no se presentaron en el embarque y sus equipajes fueron sacados del avión. De momento, no ha habido ninguna reivindicación de sabotaje.

La lista de embarque hecha pública por Malaysia Airlines incluye los nombres de un italiano, Luigi Maraldi, y un austriaco, Christian Kozel, que no iban de hecho en el vuelo. El Ministerio de Exteriores de Austria ha explicado que la policía ha localizado al hombre sano y salvo en su casa, y que el pasaporte fue robado hace dos años mientras estaba de viaje en Tailandia. El Ministerio de Exteriores de Roma, por su lado, ha asegurado que ningún italiano viajaba en el avión desaparecido. La madre de Maraldi ha confirmado a la agencia Reuters que este perdió su pasaporte y probablemente fue robado, el año pasado, también en Tailandia. En el avión -un Boeing 777-200-, iban 227 pasajeros de 14 nacionalidades; la mayoría de ellos de China (153), seguidos de 38 de Malasia y siete de Indonesia.

Fuentes anónimas del servicio de inteligencia de Estados Unidos han afirmado al diario The New York Times que están investigando el robo de los pasaportes y la lista de pasajeros, pero han advertido que las identidades falsas son utilizadas a menudo por traficantes e inmigrantes ilegales. “De momento, no hemos identificado esto como un acto de terrorismo”, ha dicho la fuente. Un funcionario del Gobierno estadounidense ha asegurado también al diario que el Pentágono ha revisado los datos de un sistema que detecta flashes por el mundo en la zona en que desapareció el avión y que no ha encontrado indicios de una explosión.

El sábado fueron descubiertas dos grandes manchas de aceite en el mar, cada una entre 10 y 15 kilómetros de largo. El Gobierno malasio no ha confirmado si tienen relación con el aparato (vuelo MH370) desaparecido, pero ha explicado que encajan con el tipo de manchas que producirían los dos depósitos del aparato.

En las labores de búsqueda participan, entre otros, 15 aviones, seis barcos militares y tres guardacostas de Malasia, y dos barcos, dos aviones y un helicóptero de Vietnam. También China y Filipinas han enviado barcos a la zona. Estados Unidos ha movilizado un buque de guerra y un avión radar, y Singapur, un avión y un submarino.

La desaparición del reactor es especialmente misteriosa porque se produjo con buen tiempo y cuando ya había alcanzado la altura de crucero, a más de 10.000 metros, no durante las fases de ascenso y aterrizaje, que son las más peligrosas. Solo el 9% de los accidentes mortales de aviación ocurren cuando la aeronave se encuentra en altitud de crucero, según Boeing. La falta de una señal de alarma puede indicar que el problema que sufrió el aparato fue tan repentino que los pilotos no tuvieron tiempo de comunicarlo o algo les impidió hacerlo.

Según John Goglia, un antiguo miembro del Consejo de Seguridad del Transporte Nacional (NTSB, en sus siglas en inglés) de Estados Unidos -el comité que investiga los accidentes aéreos-, la falta de un aviso de emergencia sugiere que el avión experimentó una descompresión explosiva o fue destruido por un dispositivo explosivo, informa Reuters. Goglia cree que la existencia de pasajeros con identidad falsa apunta a la posibilidad de una bomba.

No está claro cómo pudieron montar en el avión personas con un pasaporte que no era el suyo. La policía internacional Interpol tiene una base de datos con más de 39 millones de documentos de viaje de los que 166 países han informado que han sido robados o perdidos, lo que permite a la policía y los agentes de inmigración comprobar la validez de un pasaporte en segundos. La policía italiana asegura que la pérdida del pasaporte de Luigi Maraldi fue denunciada el 1 de agosto de 2013, y que fue registrada en la bases de datos de Interpol.

La cantidad de tiempo necesaria para encontrar un avión que cae al mar puede variar mucho. Los aparatos que se estrellan en aguas no muy profundas, como las situadas frente a la costa de Vietnam, son más fáciles de localizar y recuperar que aquellos que se hunden en cañones o cadenas montañosas bajo el océano.

Una vez que sea localizado, la prioridad será recuperar las cajas negras, donde están registradas las conversaciones de los pilotos. Estos dispositivos van equipados con emisores de ultrasonidos que, con buenas condiciones, pueden ser detectados a cientos de kilómetros de distancia.

El vuelo MH370, operado en código compartido con la compañía china Southern Airlines, despegó de la capital de Malasia a las 00.41, hora local del sábado (17.41 del viernes en la España peninsular), y tenía previsto aterrizar en la capital china a las 6.30 (23.30 del viernes en España). El último contacto de los controladores aéreos con el aparato se produjo a 120 millas náuticas (228 kilómetros) de la ciudad costera de Kota Bharu (Malasia), ya en espacio aéreo de Vietnam. El control aéreo de Vietnam nunca llegó a tener señal del aparato.

El Consejo de Seguridad del Transporte Nacional estadounidense ha enviado un equipo para ayudar en la investigación, acompañado de expertos de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos y Boeing.

La tragedia del Boeing 777 recuerda al caso del vuelo 447 de Air France que desapareció en el Atlántico el 1 de junio de 2009 mientras cubría la ruta Río de Janeiro-París. El A330, con 228 personas a bordo, se estrelló y hundió en aguas muy profundas. Llevó casi dos años recuperar la sección principal del fuselaje y las cajas negras desde una profundidad de unos 4.000 metros. Se estrelló por una serie de fallos mecánicos y humanos de los pilotos.