Cinco lugares del Sistema Solar donde buscar vida extraterrestre

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La NASA pretende enviar un robot explorador a la luna Europa, uno de los principales candidatos para albergar vida

1 Europa, luna de Júpiter

El plan presupuestario para la NASA en 2015, presentado hace tan solo unos días por el presidente estadounidense, Barack Obama, incluye la planificación de una misión para enviar un robot a Europa, la menor de las cuatro lunas principales de Júpiter, a mediados de la próxima décaca. El motivo es que existen pruebas sólidas de que este cuerpo tiene un gigantesco océano de agua salada bajo su superficie helada. «Es uno de esos lugares donde podría generarse vida, en el pasado o ahora, así que estamos muy emocionados por ir allí», decía el presidente financiero de la NASA, Beth Robinson.

El satélite es uno de los principales candidatos del Sistema Solar a albergar vida extraterrestre, pero se cree cubierto por un grueso caparazón helado que representa un gran obstáculo para encontrarla. Recientemente, un equipo de científicos de EE.UU. y Alemania ha detectado, gracias a imágenes tomadas por el telescopio espacial Hubble, dos grandes chorros de vapor de agua de hasta 200 kilómetros de altura que salen disparados desde el polo sur de Europa. Esta es una excelente noticia, ya que, de ser cierta, facilitaría la búsqueda de vida en Europa.

 

2 Marte, ¿esconde algo en sus entrañas?

Mucho se ha especulado sobre la existencia de vida en Marte. Decenas de naves han estudiado su composición, dinámica, geología, climatología y, sobre todo, la posibilidad de que ahora o en el pasado algún organismo vivo se encuentre en algún lugar del planeta. Todavía no hay evidencias directas, pero sí existen claras señales de que este mundo rojo albergó en el pasado mares y ríos, una gran cantidad de agua en estado líquido que, una vez, pudo ser un lugar adecuado para que microorganismos pudieran extender sus colonias. Así lo han comprobado tanto el rover Curiosity como el Opportunity en distintos lugares.

Además, se cree que Marte y la Tierra se formaron a partir de la misma nube de materiales originales y son mundos muy parecidos. El Planeta rojo también tuvo una atmósfera, aunque debido a su menor fuerza gravitatoria no logró sujetarla y terminó siendo un mundo árido y seco. Pero quizás, si hubo vida en el pasado, podría haber sobrevivido hasta ahora bajo la superficie. Una posibilidad que, de ser cierta, revolucionaría todo lo que sabemos sobre el origen de la vida en el Sistema Solar.

3 Titán, cubierta de lagos y mares

Titán, la mayor luna de Saturno, es uno de los lugares más parecidos a la Tierra dentro del Sistema solar, y el único, aparte de nuestro planeta, que mantiene líquido estable en su superficie. Gracias a la sonda Cassini de la NASA, que ha orbitado Saturno desde 2004, sabemos que este mundo brumoso alberga lagos y mares líquidos, separados de la superficie por una capa de hielo. Eso sí, no son de agua, sino de metano. Además, tiene una densa atmósfera de nitrógeno y metano. Se parece mucho a la Tierra primitiva de hace tres o cuatro mil millones de años, cuando surgió la vida.

Los científicos que estudian los datos de la nave Cassini de la NASA han podido medir por primera vez la profundidad de uno de estos mares, 170 metros, y han comprobado que contienen 40 veces más cantidad de hidrocarburos líquidos que los que existen en los pozos de petróleo de la Tierra. «Si bien estos dos mundos no son exactamente lo mismo, a medida que lo conocemos (a Titán) observamos más procesos similares a los de la Tierra», decía entonces Steve Wall, investigador del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA en Pasadena, California.

4 Encélado, mares de agua líquida

Encélado, luna de Saturno, está completamente cubierta por una capa de hielo que los científicos creen oculta mares de agua líquida. La sonda Cassini ha detectado allí carbono, hidrógeno, nitrógeno y oxígeno, elementos indispensables para que exista vida, al menos tal y como la conocemos. Existen cerca de cien géiseres de diferentes tamaños cerca del polo sur de Encélado que expulsan partículas de hielo y compuestos orgánicos al espacio. Además, el satélite parece albergar un «corazón» incandescente de roca fundida, lo cual podría aportar el calor necesario para que la vida se desarrolle.

5 Io, la luna de los volcanes

El paisaje de Io, una de las lunas de Júpiter, está formado por más de 400 volcanes activos -un récord en el Sistema Solar-, lagos de lava y llanuras de sulfuro. Parece una imagen inquietante e infernal, pero, según creen algunos científicos, puede ser muy parecida al aspecto de la Tierra hace unos 4.000 millones de años. Aunque es una luna pequeña, similar en tamaño a la nuestra, tiene varias montañas más altas que el Everest y, además, una atmósfera en la que se han detectado gran cantidad de compuestos esenciales para la vida. «La interacción entre las rocas y el agua caliente es muy buena para la vida, ya que libera energía térmica y química de las rocas, así como nutrientes esenciales como el fósforo y el azufre que se depositan en el agua», señalaba William Moore, de la Universidad Hampton en Virginia, autor de una investigación sobre el vulcanismo en Io.

 

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