El misterioso vuelo MH370
Los motivos detrás de la desaparición de uno de los aviones más modernos que ha construido la industria de la aviación comercial. El vuelo MH370 de la Malaysia Airlines, transportaba 239 pasajeros a bordo. ¿Qué paso con ellos? ¿Dónde está el avión?
Han transcurrido más de sesenta días; se ha ingresado raudamente al segundo mes de una búsqueda febril y desesperada. No es para menos, un enorme y modernísimo avión capaz de llevar en su interior con asombrosa comodidad, a más de trescientos pasajeros y quince tripulantes; un avión que se constituye en la más sofisticada nave de su clase en nuestros tiempos y en la historia de la aviación comercial. Con más de setenta y tres metros de longitud, es decir, el 73% de un campo de fútbol reglamentario y con una envergadura de sesenta y cinco metros. Una majestuosa máquina que con su pasaje completo, sus inmensos tanques de combustible y sus dos gigantescas turbinas con un diámetro superior al fuselaje de un DC-9, puede volar 17.000 kilómetros de un sólo viaje, el récord mundial de vuelo sin escalas. Un avión que con un peso bruto cercano a las 270 toneladas despega, navega y aterriza con una facilidad que desafía la imaginación; en suma, un aparato producto de la más avanzada tecnología humana que simplemente desapareció, se esfumó en la nada… se desvaneció.
Los esfuerzos conjuntos de 18 países, cuarenta barcos de avanzada manufactura militar, más de 70 aviones, decenas de helicópteros y miles de especialistas con artefactos ultramodernos, lo están buscando sin éxito.
Las conjeturas de lo sucedido van desde las más sesudas y complejas, estructuradas en términos y vocablos difíciles de entender para el común de los mortales -que además varían cada día- hasta choques con meteoritos y otras más imaginativas que pasan por encuentros con seres extraterrestres, encuentros del cuarto tipo como dicen por ahí o incluso, viajes inducidos a otra dimensión a través de un túnel temporal del tiempo.
Ciertamente que nadie está satisfecho con tales explicaciones y conjeturas porque las cosas en nuestro mundo…no desaparecen por arte de magia; la magia no existe y en consecuencia, todos quieren saber la verdad de la verdad -al decir de los abogados- verdad que a no dudarlo, implica la intervención de la mente humana; la misma que creó el avión, pero en este caso, una mente diabólica y siniestra, altamente capacitada y entrenada, con un inmenso poder y con recursos probablemente ilimitados; una organización de la que hasta ahora, tampoco teníamos noticia.
El avión de la Malaysia Airlines
La nave desaparecida es una avanzada versión del Boeing triple siete, denominada B-777-200-ER (alcance ampliado en español), con dos turbinas Rolls-Royce Trent Serie 895 -otra prodigiosa maravilla de la tecnología actual- con un empuje situado entre las 90 y 115 mil libras que suave y majestuosamente, pueden impulsar a esta aeronave sin repostar combustible, por medio globo terráqueo a una velocidad de crucero de 950 kilómetros por hora a 11.000 metros de altura.
El Boeing 777-200-ER es uno de los aviones comerciales más seguros del mundo; su arquitectura -íntegramente diseñada por computador- incluye, además del consabido aluminio, el uso de materiales compuestos ultra duros fabricados con carbón, borón y keblar; tecnologías y sistemas inéditos varias veces redundantes en sus ciclos, que en materia de aviación significa que ante cada probable falla, existen tres o cuatro alternativas secuenciales de repuesto o solución que se activan automáticamente o por voluntad de la tripulación de mando, según la función o el lugar del error o la falla.
Un avión que en el curso de sus 18 años de existencia en operaciones -voló comercialmente por primera vez en 1996- ha protagonizado diez incidentes imputables en todos los casos, a “fallas humanas” y en ninguno de ellos a fallas del avión, de su estructura, sus sistemas, diseño, construcción o materiales.
Tiene también la denominada Certificación ERTOPS 180, un anacronismo por sus siglas en inglés “Extended Range Twin Operations”, por haber superado con creces, la difícil prueba de volar con carga completa, más de 180 minutos, (3 horas), con una sola turbina, tiempo por demás suficiente para buscar un amplio aeropuerto alterno de emergencia, apropiado para operar una nave de su tamaño y características.
El vuelo VH370
Hay cerca de 4.400 kilómetros de distancia entre Kuala Lumpur y Beijing; el vuelo MH370 del B-777-200ER de la Malaysia Airlines se inició a las 0:41 horas de esa fatídica madrugada del 8 de marzo, debiendo arribar a la capital China a las 06:30 de la madrugada de ese mismo día, previo paso por el espacio aéreo vietnamita y chino. Sin embargo, a la 01:07, alguien en la propia nave, desconectó los transponders y dejó de transmitir todo tipo de señales luego de escuchar al copiloto que con voz calmada, decía: “Muy bien. Malasyan tres, siete, cero. Buenas noches”. A la 01:25 hace un extraño giro de casi 180 grados sobre el Golfo de Tailandia; inexplicablemente cambia tres veces de altura y velocidad y se dirige al Estrecho de Malaca, en un rumbo totalmente alejado de su ruta y de su plan de vuelo original. A las 02:15 un radar militar copia la última lectura del avión sobre la paradisiaca Isla de Phuket; a las 08:10 una señal satelital, lo ubica en el Océano Índico a 1.850 kilómetros de la ciudad australiana de Perth y a partir de ese momento, desaparece en la inmensidad de ese océano sin que fuerza alguna en la tierra, sepa decirnos dónde está y qué pasó con él.
Los pasajeros
En el avión viajaban 153 ciudadanos chinos, 19 de ellos artistas que regresaban a Pekín. Cincuenta malayos incluida la tripulación. Doce indonesios y seis australianos. Cuatro norteamericanos, tres franceses, dos neozelandeses y dos canadienses aparentemente ligados por algún objetivo común. Un ruso, un taiwanés y un holandés. Dos ucranianos y dos iraníes descubriéndose posteriormente que estos dos últimos, viajaban con pasaportes robados; en total 239 personas que obviamente también se esfumaron con el avión.
Un corresponsal internacional de dat0s, deslizó la versión de que un grupo de cuatro pasajeros, llevaban consigo algún tipo de descubrimiento que habría cambiado la vida de la humanidad y que esas siniestras fuerzas a las que nos referíamos anteriormente, con su gran poder y sus enormes recursos, tendrían mucho que ver en esta cuasi novela que tiene desvelada a media humanidad por sus connotaciones francamente irracionales.
Sólo el tiempo nos dirá lo que verdaderamente sucedió en los cielos malayos con esta asombrosa desaparición que ya se considera la más cara, compleja, embrollada y confusa de la historia de la aviación comercial del mundo.
¿Un semiconductor en la ruta del vuelo MH370?
Media humanidad ya conoce que el vocablo “MH370”, corresponde al Boeing 777-200-ER de la “Malaysia Airlines”, misteriosa e inexplicablemente desaparecido en la madrugada del pasado 8 de marzo con 239 personas a bordo, en el curso de un vuelo regular de Kuala-Lumpur a Pekín; aproximadamente 4.500 kilómetros que debieron ser cubiertos en unas seis horas de vuelo en una noche apacible y con buen clima.
Media humanidad sabe asimismo, que este magnífico avión no llegó jamás a su destino y que se desvaneció como humo en el aire sin que hasta la fecha se conozca exactamente su paradero, ni las causas puntuales de su irracional desaparición, pese a los esfuerzos conjuntos de varios países con tecnología de punta y recursos ilimitados.
Pocos saben sin embargo, que entre los 153 pasajeros de nacionalidad oriental que iban en el avión, Peidong Wang, Zhijun Chen, Zhijong Chen y Li Ying -científicos del gigante conglomerado industrial chino “Suzhou”- compartían en la empresa “Freescale Semiconductor” con sede en Austin (Texas), la patente de ciertos semiconductores, vitales en el conjunto de nuevas y revolucionarias invenciones.
La nota de nuestro corresponsal afirma que cada uno de ellos poseía el 20% de la patente y que el 20% restante pertenecía a la citada empresa norteamericana. Con la desaparición del vuelo MH370 todo aquello cambió radicalmente puesto que estos cuatro científicos, habrían dejado de forma automática la titularidad del invento -cuya patente fue aprobada por la oficina de Estados Unidos cuatro días después de que se perdiera el rastro del Boeing 777-200ER- en favor de la “Freescale Semiconductor”, una firma que casual y sugestivamente, pertenece al grupo del famoso multimillonario y financista Jacob Rothschild.
Cuando el titular de una patente fallece sin dejar testamento expreso, sus acciones y dividendos se comparten a partes iguales por el resto de los accionistas, pero… ¿qué sucede si mueren todos menos uno de los titulares?…el 100% de las acciones habrían pasado a favor de la Familia Rothschild a través de la “Freescale Semiconductor”.
Hay quien dice en consecuencia, que una patente transformadora, pudo haber sido la causante del terrible final del Boeing 777-200-ER de la Malaysia Airlines y que el móvil tuvo que ser la muerte o por lo menos, la desaparición de los cuatro funcionarios de la “Suzhou”
Los Rothschild, una familia ultracapitalista de rancio abolengo y fuertemente ligada a personajes como los Bush o los Rockefeller, fueron propulsores del Nuevo Orden Mundial, iniciado con la creación del Sistema de Reserva Federal en EEUU y poseen en su cartera, empresas tan variopintas como la colosal química Monsanto, amén de diversas compañías farmacéuticas, industriales, financieras y de servicios.
El asombroso invento que volaba en la Malaysia Airlines
Los informes que obtuvimos de nuestros corresponsales, hacen referencia por ejemplo, al conjunto de estas nuevas y revolucionarias invenciones a partir del descubrimiento de los cuatro científicos chinos que volaban en el avión desaparecido.
* Los avances tecnológicos a partir de los descubrimientos que transportaban los cuatro pasajeros chinos del vuelo MH370 hacen referencia a la solución ante el virtual agotamiento del agua potable, que está creando serias dificultades en la agricultura o en la sostenibilidad de las enormes y superpobladas metrópolis; al respecto, los informes hablan de la existencia de revolucionarias tecnologías para la desalinización del agua de mar y para la obtención de agua potable a partir de la humedad del medio ambiente. Se trata de tecnologías emergentes para la provisión del líquido elemento, en cantidades más suficientes para la vida humana con una reducción del uso de energía de por lo menos el 50%.
* Además la extraordinaria posibilidad de crear bacterias que transformen el CO-2 en combustible. Se genera la viabilidad de capturar y almacenar CO-2 y de transformarlo en combustibles líquidos o químicos. Salvarían virtualmente todas las limitaciones para proveer combustibles bajos en carbono destinados a diversas industrias y a otros grandes consumidores de combustibles líquidos en la agricultura, en el transporte automotor, la aeronáutica, los ferrocarriles, etc.
* Se destaca la prefabricación de alimentos biotecnológicos, para reducir la mal nutrición de millones de seres humanos que la sufren por deficiencias nutritivas en sus dietas. Las nuevas técnicas genómicas pueden determinar el nivel de la secuencia génica, mediante la producción biotecnológica de proteínas y aminoácidos por la vía de la aplicación de esta tecnología a la nutrición molecular, generando enormes posibilidades de mejorar el desarrollo muscular o combatir enfermedades como la diabetes y la obesidad.
* Se hace similar énfasis en la creación de chips para controlar la salud, mediante el uso de sensores que habilitan la respuesta pasiva a estímulos extremos en el entorno del cuidado de la salud. Se trata de minúsculos sensores insertados en el cuerpo para monitorizar de modo permanente y continuado, el ritmo cardíaco, el oxígeno y el azúcar en la sangre, y si fuera necesario, la aplicación de respuestas médicas al suministro de medicamentos a través de comunicación inalámbrica entre aparatos provistos de sensores.
* Se habla asimismo de tratamientos médicos que puedan aplicarse a nivel molecular, dentro o en el entorno a la célula enferma, que ofrecerían por ejemplo, enormes oportunidades para tratar enfermedades como el cáncer.
* No queda excluida por supuesto, la eliminación de los actuales reactores nucleares que sólo utilizan el 1% del potencial energético del uranio disponible, dejando el resto radioactivamente contaminado como basura nuclear, para ser reemplazados por reactores nucleares de cuarta generación que utilizan hasta el 100% del potencial del uranio existente. El ahorro de energía sería inconmensurable.
* Los avances tecnológicos en el uso de las impresoras 3-D, implicará la creación de estructuras sólidas a partir de un archivo digital, que revolucionaría la economía manufacturera mundial, con productos que pueden ser “impresos” a distancia, diseñados por un computador y cortados en secciones cruzadas para plantillas de impresión en materiales sólidos como plástico, madera, metal, etc.
* Las notas se refieren también al “biomimetismo”, es decir a la creación de estructuras inertes que tengan la capacidad de auto repararse -sin la intervención del ser humano- cuando han sufrido cortes, desgarros o roturas. La industria manufacturera se beneficiaría de manera inédita con la reducción del uso de materias primas y con la mayor calidad y duración de todos sus productos… ¿nos imaginamos alguna vez, con un avión capaz de “auto reparar” su estructura?
* Electrónica impresa mediante el uso de materiales orgánicos como los polímeros, para crear circuitos y aparatos electrónicos de bajo costo, en contraste con la actual y carísima técnica fotolitográfica con placas de silicio, permitiendo la impresión a escala de láminas o chapas foto voltaicas para acelerar la transmisión de energía renovable.
La lista precedente, es asombrosa, entendiéndose entonces que la riqueza material medida en términos económicos que generarían estos adelantos sorprendentes, posiblemente se encuentre más allá de nuestra imaginación.
Pero lo que también ha llamado poderosamente la atención a los internautas, son los fuertes vínculos que la familia Rothschild tiene con agencias de comunicación internacionales como Associated Press (AP), Reuters, Agence France-Presse (AFP) o EFE.
Ante estas circunstancias hay también quienes se preguntan: ¿Son asimismo culpables las grandes agencias de noticias por acallar estos todos estos datos? ¿No hay límites a la ambición del ser humano?