La República Federal de Nigeria Hausa Fulani, Yoruba e Igbo está en África occidental, golfo de Guinea. Tiene treinta y seis estados y un distrito federal. Su capital es Abuya. Tiene ciento setenta y cuatro millones de habitantes. Es el país más poblado de África y el séptimo del mundo en población.
En el 2050 tendrá doscientos cincuenta y ocho millones de habitantes; quinientas diez lenguas vivas; doscientos cincuenta grupos étnicos. El 50.4 por ciento de la población son musulmanes, el 48.2 por ciento cristianos. Produce más de dos millones de barriles al día. Es el quinto proveedor de petróleo de los Estados Unidos. Creció nueve por ciento en 2008, 8.3 por ciento en 2009 y ocho por ciento en 2011. Está entre los Próximos Once (N-11).
El grupo étnico de la región norte es Hausa Fulani, musulmanes. Los Yorubas dominan el sur. La mitad son cristianos y cerca de un cuarto, musulmanes. El grupo Igbo es el más grande del sudeste. La mayoría son católicos romanos. Los igbos son la elite. Ocupan la administración pública, las empresas y las fuerzas de seguridad.
Nigeria tiene Nollywood, la segunda industria del cine más grande en el mundo, detrás de Bollywood y por delante de Hollywood, con más de siete mil filmes en trece años.
Los nigerianos tienen un pasado de diez mil años. Se originan en los bantúes que se extendieron por África Central y Meridional en el siglo V a.c. Después los sudaneses negros se mezclaron con los bereberes y se originó la etnia hausa a partir del siglo XIV cuando empezó el tráfico de esclavos.
Cuando éste fue abolido, le sucedió el aceite de palma. Los británicos formaron la United African Co., que en 1882 se convirtió en la National African Co.Ltd. Después United Africa Co., asociada a Unilever para el aceite de palma.
La Royal Niger Co.controló la navegación en el río Níger en guerra con los franceses. Los ingleses tomaron en 1897 el control del territorio y crearon Nigeria.
En la Primera Guerra Mundial (agosto de, las tropas nigerianas, dirigidas por generales británicos, conquistaron Camerún y el África Oriental Alemana. Nigeria fue “la India de África”. Independizada en 1960, se convirtió en república dentro de la Comunidad Británica.
En los años setenta el gobierno firmó contratos con Shell, Texaco y Chevron. Tomó el control de la refinería de Port Harcourt I de Shell Oil. En 1989, fue construida la refinería Port Harcourt II. La dictadura de Abacha en 1994 propició la importación y abandonó las refinerías. Como la gasolina importada salía más cara el gobierno la subsidió. Los subsidios precipitaron la corrupción.
El 1 de enero de 2012, sin previo aviso, el presidente eliminó los subsidios. Los precios de la gasolina se dispararon a casi el triple: de sesenta y cinco nairas (treinta y cinco centavos de dólar) por litro a ciento cincuenta (noventa y tres centavos).
La inflación se ha disparado. El gobierno ordenó a los militares salir a las calles.
La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, estuvo en Nigeria en los días previos a la abrupta decisión. Jeffrey Sachs, Asesor Especial del secretario general de las Naciones Unidas, declaró que retirar las subvenciones era “una política audaz y correcta”. Sachs condujo la terapia de choque para Polonia, Rusia, Ucrania y Bolivia.
En mayo de 2010, la China State Construction Engineering Corporation Limited (CSCEC) firmó el acuerdo para construir tres refinerías con la Nigerian National Petroleum Corporation (NNPC), en el negocio más grande que China ha hecho con África: 28,000 millones de dólares. Los tres proyectos chinos están bloqueados.
En 2010, los préstamos y exportaciones de China a Nigeria superaron los 7,000 millones de dólares.
En setiembre pasado, el gobernador del Banco Central de Nigeria, Lamido Sanusi, anunció que invertirá del cinco al diez por ciento de sus reservas en la moneda china (renminbi o yuan).
El traslado lejos de los dólares se suma a lo que ya están haciendo India, Japón, Rusia, Irán y otros países.
Es en estas circunstancias que aparece una nueva ola de atentados de la sospechosamente bien armada Boko Haram. Desde hace cinco años, han cobrado cuatro mil vidas y han forzado a medio millón de personas a abandonar sus hogares. ¿Casualidades?