Reuvin Rivlin elegido nuevo Presidente de Israel

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El Parlamento de Israel eligió ayer a Reuvin Rivlin, un ferviente nacionalista judío con la reputación de ser un demócrata firme, como el próximo presidente del país, en reemplazo de Shimon Peres, el estadista de prestigio internacional que en los últimos años resultó ser una frustración para el primer ministro Benjamin Netanyahu.

Rivlin, ex presidente del Parlamento del partido gobernante Likud, obtuvo 63 votos en una segunda vuelta contra el político centrista Meir Shitrit, quien obtuvo 53 votos. Su elección puso fin a una contienda agotadora y a menudo desagradable para un trabajo que es en gran parte ceremonial, pero también ofrece posibilidades de ejercer influencia. Peres utilizó su puesto para llevar a cabo negociaciones secretas con el presidente palestino, Mahmud Abbas.

Rivlin, de 74 años, es visto como independiente de Netanyahu. Tienen una enemistad de larga data y el primer ministro trató de frustrar su candidatura hasta que se dio cuenta de que era demasiado popular para detenerla. Mientras que Netanyahu deja que otros hablen de un compromiso de dos estados con los palestinos, Rivlin abiertamente se opone a ello. Al igual que Netanyahu es un firme partidario de los asentamientos israelíes ilegales en la Cisjordania ocupada.

Ante el temor de las consecuencias internacionales, Netanyahu se ha resistido hasta ahora a la presión de anexarse formalmente a gran parte de Cisjordania. Rivlin aboga por que todo el territorio entre el río Jordán y el mar Mediterráneo debiera estar bajo soberanía israelí. Israel -sostiene- debería conceder la ciudadanía a los palestinos de Cisjordania en lugar de mantenerlos bajo la combinación actual de la autonomía palestina y el gobierno militar israelí.

Durante el gobierno anterior, Rivlin se opuso a la legislación apoyada por el ministro de Relaciones Exteriores, Avigdor Lieberman, y gran parte del Likud que era vista como antidemocrática, incluyendo un proyecto de ley dirigido a los miembros de la minoría árabe de Israel para que tuvieran la ciudadanía y el derecho al voto, dependiendo de su declaración de lealtad a Israel como un Estado judío.

También se opuso a un proyecto de ley con el objetivo de amortiguar las críticas a las políticas del gobierno y del ejército en Cisjordania mediante el establecimiento de un impuesto sobre las donaciones de gobiernos extranjeros a las organizaciones no gubernamentales israelíes.

Como presidente del Parlamento (la Knesset), Rivlin visitó la Escuela de Educación Bilingüe Max Rayne Hand in Hand, la única escuela en Jerusalén, donde estudian judíos y árabes juntos. “Rivlin fue cálido con mis estudiantes”, recordó Ayana Erdal, un profesor de secundaria. “Dijo que su padre sabía árabe y había traducido el Corán al hebreo y había crecido entre árabes. Habló con respeto y tenía empatía cuando los estudiantes hablaron de la Nakba (catástrofe palestina) de 1948. Dijo que un desastre cayó sobre la nación palestina en 1948. Me quedé impresionado por él. Reconoció el sufrimiento de los demás. Me alegro de que sea el presidente.”

Menachem Klein, un politólogo de la Universidad de Ilan Bar, cerca de Tel Aviv, dijo que si había una retirada israelí de la Cisjordania durante el mandato de Rivlin, éste podría jugar un papel clave en la prevención de los conflictos y la violencia, dando su apoyo a los resultados de un referéndum. La campaña presidencial estuvo sacudida por dos escándalos. El ministro de Energía, Silvan Shalom, decidió el mes pasado no postularse a causa de la mediatización que tuvo una investigación en su contra por denuncias de delitos sexuales de un empleado, hace 15 años. El caso fue cerrado por el tiempo transcurrido. El sábado, Binyamin Ben-Eliezer, un ex ministro de Defensa, se retiró después de que la policía comenzara a investigar denuncias de que había recibido grandes sumas de dinero de individuos, incluyendo un magnate del petróleo. Ben-Eliezer dijo que era inocente de cualquier delito y víctima de un “asesinato selectivo” de su candidatura.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère