Nosotros comemos banana

0
267

Por qué el deporte es el escenario ideal para la discriminación y el racismo. La “banana” contra Alves. El caso de la agresión a la hinchada bolivarista en Buenos Aires. La multa de US $2millones contra el dueño de los Angeles Clippers de la NBA.

Cuando Neymar se disponía a cobrar un tiro de esquina en el partido que su equipo de entonces (Santos) jugaba  en el Hernando Siles de La Paz por la Copa Libertadores, una cascara de naranja (no de plátano) fue arrojada desde la recta de Preferencia en el extremo Noroeste del campo de juego. El futbolista cayó al suelo y el partido se detuvo por varios minutos. El incidente es recurrente en los escenarios deportivos. O mejor dicho, era un espectáculo común hasta hace poco; ¿desde cuándo comenzó a cambiar la percepción sobre discriminación y racismo en el deporte? No es que Bolivia se haya adelantado al planeta pero algo ha cambiado y hace que la corriente se expanda. La legislación en Bolivia y en el mundo se ha endurecido contra discriminación y racismo.

No parece una sentencia exclusiva para recomponer la actitud de los fanáticos en los estadios. Los hinchas son casi siempre atacados por la euforia y en ese estado se puede producir cualquier desenlace. El domingo  27 de abril, sucedió algo que enseña que el mundo, incluidos los campos deportivos, han agotado el límite de la paciencia cuando de insultos y ofensas se trata, más aún si estos son de contenido racista. El lateral brasileño Daniel Alves del Barcelona, se preparaba para cobrar un tiro de esquina en el partido que su equipo disputaba contra Villarreal en el estadio El Madrigal, cuando fue alcanzado por una “banana”. El agresor fue identificado, detenido y sancionado con tres años de ingresar a un estadio para ver un partido de fútbol. Alves cogió la “banana” y se la comió.

EL EFECTO IMPACTANTE

El jugador decidió cambiar el curso de la historia. No se revolcó en el gramado verde como Neymar en La Paz. La escena duro apenas seis segundos, suficiente para conseguir una movilización inédita en las redes sociales contra la discriminación y el racismo. Decimos que la actitud del lateral del Barcelona cambió la historia porque a partir de su actitud, pulularon en las redes sociales imágenes de personalidades mundiales como el Papa Francisco, presidentes, periodistas y artistas comiendo una “banana”, acompañadas del hashtag que decían “somos todos macacos”.

Las agencias de publicidad aprovecharon la ola para diseñar campañas contra la intolerancia y el racismo. El cherry se instaló en el subconsciente colectivo a muy poco de jugarse la Copa del Mundo. La presidenta Dilma Rousseff pidió al Papa que en la inauguración del Mundial de Fútbol lea un mensaje contra el racismo; el poderoso jefazo de la FIFA, Joseph Blatter, declaró que en los partidos de la Copa la orden es tolerancia cero contra la menor señal de preconceptos de raza. Se ha generado una inusual movilización que no se restringe a los campos deportivos porque el odio racial, velado o no, está asentado en las más diferentes camadas de la sociedad. Se ha convertido en una inédita oportunidad para iniciar un movimiento global contra el racismo.

Los futbolistas brasileños que juegan en Europa como Daniel Alves y Neymar; confiesan ser albo de preconceptos de raza. La xenofobia es el pan de todos los días. En Francia, existen grupos de extrema derecha que con frecuencia realizan manifestaciones violentas contra los inmigrantes. Lo mismo sucede en Italia. En la isla de Lampedusa, considerada la puerta de ingreso de inmigrantes al Viejo Mundo, existen denuncias diarias sobre violaciones a los derechos humanos.

El universo del deporte es el ambiente ideal para exponer las diferencias raciales, donde los negros brillan en varias disciplinas -es el caso del fútbol, atletismo, básquet, solo para poner tres ejemplos. Por motivos de competición, los hinchas suelen usar conceptos racistas como ofensas. En medio de las barras los espectadores se liberan de sus instintos reprimidos y sacan a relucir el lado más bárbaro y no civilizado de su personalidad. Eso no quiere decir que se deba generalizar esta clase de comportamiento, pero mientras Ud. esta leyendo este reportaje de seguro que un negro en cualquier parte del planeta sufre algún tipo de agresión.

El sociólogo Reynaldo Ortega señala que de cierta forma los bolivianos nos acostumbramos a lidiar con lo que él llama el “racismo disfuncional”. En un país donde la mayoría de la población proviene del campo felizmente este no es el problema. “Diría que estamos conviviendo con una aceptación de nuestra condición social y somos tolerantes”, afirma.

INSULTOS Y SANCIONES

En países con un elevado índice de personas de color, la discriminación se hace más notoria. Por ejemplo: hace poco el dueño del equipo de básquet Los Angeles Clippers, Donald Sterling, fue expulsado de la NBA al ser flagrado en una escucha telefónica de contenido racista. Hasta el presidente Obama reprochó la actitud.

Durante un reciente partido por la Copa Libertadores, el futbolista brasileño Tinga fue acosado por la hinchada del equipo peruano Real Garcilaso y tuvo que jugar escuchando a la hinchada contraría simulando un sonido de gorilas. Después de 39 días la Conmebol anunció una multa de US $12.000 al equipo peruano. Y un ejemplo más próximo: Tras el empate del Club Bolívar en Buenos Aires, cuando jugó para una plaza por las cuartas de final de la Copa Libertadores contra Lanús, el periodista deportivo del periódico Olé, Ariel Cristófalo, expresó comentarios extremistas contra la presencia de la barra bolivarista en el estadio.

En la edición impresa del diario, Cristófalo escribió que la Academia se sintió más cómoda “en un festival de folklore, mascada general de coca entre quenas y charangos, bolichón de cholos y cholas de seis mil hermanos bolivianos en las tribunas”. Y para rematar, dijo que Bolívar jugó “bien agrupado atrás, con una línea de cinco que no tenía salida ni siquiera al mar”. Empero, estas declaraciones ofensivas no ameritaron reacciones de impacto. El dirigente Javier Ortuño se limitó: “está (Cristófalo) respirando por la herida”. Walter Zuleta, del Club Bolivar, dijo que el tema es cultural. “Al ratón hay que tenerlo como ratón, no hay porque generar una reacción de patria o muerte”.

Funcionarios del Ministerio de Deportes indicaron que  se iniciará una demanda contra el periodista por los conductos regulares de la Cancillería, pero todo resultó apenas un intento de buenas intensiones. En Buenos Aires radican cerca al millón de bolivianos que sufren en carne propia cierto tipo de discriminación. Son explotados en los trabajos clandestinos más denigrantes, encerrados a permanecer más de 12 horas en un ambiente atascado de personas sin las mínimas condiciones sanitarias ni de higiene.

VOLVIENDO AL FÚTBOL

Los especialistas dicen que a pesar que estos casos de racismo y discriminación son muy frecuentes en el fútbol, no han recibido suficiente castigo además porque el valor de las multas son excesivamente bajas. Dicen que se debería pensar en subirlas para que los agresores se cuiden.

Quizá uno de los remedios es seguir el ejemplo de la liga de básquet de los Estados Unidos que aplicó  una multa de US $2.5 millones a Donald Sterling y lo expulsó del deporte después de que la justicia exigiera el vaciamiento de una conversación con su enamorada en la que le pedía no divulgar fotos al lado de negros. Una situación que fue calificada por el propio presidente Barack Obama como grave. El mandatario estadounidense dijo que “cuando habla un ignorante, lo hace para demostrar su ignorancia; no debemos hacer nada, sólo dejarlo hablar”.

El responsable de arrojar la “banana” contra la integridad de Daniel Alvez, fue identificado y llevado preso. Respondía al nombre de David Campayo Lleo, de 26 años. Fue expulsado del estadio, detenido y si fuera condenado podría cumplir hasta tres años de reclusión. Pero este es un tema que recién ha comenzado a entra en la agenda de las organizaciones deportivas. En caso de ocurrir situaciones como estas en el Mundial de Fútbol de Brasil, la FIFA no tiene reglas para definir sanciones.  Su estatuto prosaico en su artículo tres refiere “suspensión o expulsión”, sin estipular valores de multa. Sin embargo, afirma que “las cuartas de final de la Copa serán dedicadas nuevamente a la lucha contra cualquier forma de discriminación”. Se suma a esta declaración algo tibia el texto que leerá el Papa Francisco en la inauguración del evento deportivo.

La geografía de la Intolerancia

Una encuesta preguntó a las personas en varios países ¿qué personas no quisiera que fueran sus vecinos?

Jordania e India están a la cabeza de países con mayor porcentaje de racistas. 51% y 43% respectivamente

En seguida en la granja de los 30% a 39.9% vienen Egipto, Arabia Saudita y Corea del Sur

Entre los países europeos Francia gana de lejos 27% d los encuestados mostraron ser intolerantes

En los últimos lugares al lado de Brasil figuran Argentina, Estados Unidos y Gran Bretana

Fuente: World Values Survey

1 La actriz Lupita Nyong’o, elegida la más bonita del mundo por la revista “People”y ganadora de un Oscar a la mejor actriz de reparto por “12 Anos de Esclavitud”: la intolerancia en discusión en el cine

2 Hulk, el atacante brasileño que juega en el Zenit ruso se enfrentó a una manifestación de hinchas de su propio equipo que se pronunciaron contra negros y gays en el club.

3 Kevin-Prince Boateng. El jugador del Milán de Italia ha declarado que está harto de los insultos y en más de una ocasión abandonó el campo de juego en señal de protesta.

4 Balotelli. Los fanáticos que no aceptaron su transferencia del Inter al Milán usaron “bananas” inflables para ofenderlo. El jugador dejó el terreno haciendo gestos obscenos a sus agresores.