Qué gana y qué pierde Mujica con su insulto a la FIFA

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Fueron apenas 10 palabras que el presidente uruguayo, José Mujica, usó para insultar a los dirigentes de la FIFA. Pero su eco resonó en el mundo, colocando en una situación peculiar a un presidente atípico en sí mismo.

“La FIFA son una manga de viejos hijos de puta”, declaró Mujica a un periodista que llegaba junto con la selección uruguaya al aeropuerto de Montevideo en la noche del domingo, tras ser eliminada del Mundial de Brasil.

El mandatario expresó así su indignación por la pena que el organismo rector del fútbol aplicó al goleador uruguayo Luis Suárez por morder a un rival italiano, suspendiéndolo por nueve partidos y obligándolo a estar cuatro meses alejado del fútbol, sin poder siquiera ir a un estadio.

“Lo podían haber sancionado, pero no sanciones fascistas”, afirmó Mujica, un exguerrillero tupamaro de 79 años.

Los dichos del presidente con su correspondiente video circularon en medios y redes sociales este lunes, el mismo día en que Suárez pidió perdón por su mordisco a Giorgio Chiellini.

Fútbol y política forman un cóctel que suele causar problemas o beneficios a gobernantes en la región. Y ahora que Mujica agitó esa combinación, la pregunta es qué efectos tendrá para él.

Goles a favor

La suspensión a Suárez conmovió a Uruguay, un país de apenas 3,3 millones cuya pasión por el fútbol le ha ayudó a forjar una identidad nacional y destacarse a nivel internacional.

Suárez es el principal futbolista uruguayo y su mordisco a Chiellini dividió en su país a quienes lo negaban y criticaban. Pero el castigo de la FIFA pareció generar rápidamente un consenso en torno a la idea de que fue deliberadamente excesivo.

Hubo “cierta sensación de que Uruguay es poco menos que víctima de una conspiración”, dijo Adolfo Garcé, investigador y docente en ciencia política de la Universidad de la República (Udelar) en Montevideo.

“Ha resultado muy difícil en Uruguay durante los últimos días encontrar posiciones moderadas”, agregó en diálogo con BBC Mundo. “La mayoría de la gente reaccionó como Mujica”.

Sintonizar con el sentir de la mayoría de una sociedad siempre es un desafío para un presidente, y si el uruguayo lo logró quizás eso beneficie su imagen a nivel doméstico, aún si esa no fue su intención.

Luego de lanzar su insulto, Mujica se tomó la boca como en gesto de arrepentimiento. Pero el periodista le preguntó si podía difundir lo que dijo, y el mandatario aceptó. “Publicálo, ¿por mí…?”, dijo.

Este año hay elecciones generales en Uruguay y, aunque la Constitución impide a Mujica buscar la reelección, la coalición de izquierda que integra enfrenta el reto de seguir en el poder ante una oposición renovada.

El candidato oficialista es el expresidente Tabaré Vázquez.

Daniel Chasquetti, profesor del Instituto de ciencia política de la Udelar, descartó que exista una estrategia detrás de lo que dijo Mujica, pero señaló que “lo entiende todo el mundo, porque a todo el mundo le gusta el fútbol”.

La imagen y credibilidad de la FIFA han sido salpicadas por una serie de denuncias de corrupción, y enfrentarse a una entidad así también podría favorecer a Mujica, cuya forma austera de vivir le generó simpatizantes en todo del mundo.

“Para un un país chico como Uruguay, la idea de tener un enemigo externo que te quiera presionar da mucho rédito”, sostuvo Chasquetti. “Es un enemigo casi perfecto”.

Goles en contra

Mujica también ha proyectado al exterior una imagen de moderación que le valió comparaciones con el extinto líder sudafricano Nelson Mandela y llevó a diputados de su grupo, socialistas chilenos y activistas holandeses a postularlo al premio Nobel de la Paz.

Pero esa imagen, basada en su defensa de la democracia tras años de cárcel durante un gobierno militar (1973-1985) o en la legalización de la marihuana como alternativa a la “guerra” a las drogas, quedó empañada con esta polémica, sostienen los analistas.

“Era ‘Mandela’ con esa idea de tolerancia. Pero en este punto lo está tirando por la borda”, opinó Chasquetti.

Marcelo Coutinho, un profesor de la Universidad Federal de Río de Janeiro experto en América Latina, recordó que esta fue la tercera vez que Suárez es suspendido por morder a un rival en su carrera.

“Cuando un presidente, usando palabrotas, critica un castigo a un comportamiento recurrente y errado como el del atleta (Suárez), demuestra una actitud antitética y da una imagen negativa que no es compatible con la que venía dando de moderación y liderazgo moderno”, sostuvo.

Algunas expresiones de Mujica como presidente ya habían generado polémica, por ejemplo cuando llamó “nabo” a un periodista o habló de su par argentina y su fallecido marido, Néstor Kirchner, sin saber que había un micrófono abierto: “Esta vieja es peor que el tuerto”, dijo y más tarde pidió disculpas.

Ahora algunos dirigentes opositores han vuelto a criticar el lenguaje de Mujica, advirtiendo que su insulto fue incompatible con el lenguaje que debe tener un presidente.

Sin embargo, según encuestas recientes Mujica mantiene niveles de popularidad encima de 50% en el último año de gestión y sus palabras contra la FIFA fueron respaldadas por figuras moderadas de la izquierda uruguaya.

“Comparto sus declaraciones. La decisión de la FIFA sobre Suárez es una vergüenza”, dijo el vicepresidente uruguayo, Danilo Astori, a la agencia AFP en París. “(Fue) una demostración casi obscena de poder de los más fuertes sobre los más débiles”.