El Nuevo Banco de Desarrollo de los Brics, que llevó dos años de duras negociaciones entre los cinco miembros -Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica- será finalmente lanzado al mundo en la cumbre del grupo que comienza este martes en Brasil.
En un claro reto a los dos organismos multilaterales que han dominado el mundo desde mediados del siglo XX -el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI)- el banco tendrá un capital inicial de US$50.000 millones, formado con contribuciones iguales de cada miembro.
Los ministros de economía y los presidentes de los bancos centrales de los Brics han acordado también la creación de un fondo de reservas de emergencia, que cumpliría un rol similar al del FMI, con fondos frescos e inmediatos en caso de crisis cambiarias y abrupta fuga de capitales.
Según Charles Collyns, economista en jefe del Instituto de Finanzas Globales, que representa a los mayores bancos privados del mundo, el mensaje es claro.
“El hecho de que se hayan reunido y acordado la creación de estas insitituciones es una clara señal de su creciente importancia y muestra la insatisfacción de los Brics en relación con el lugar que tienen en el escenario global”, indicó a la agencia Reuters.
Brics y mundo en desarrollo
El banco no se llama Brics sino New Development Bank, es decir Nuevo Banco de Desarrollo, señal de que está abierto a captar nuevos miembros de países similares como México, Turquía, Indonesia o Nigeria.
La presencia en la cumbre de este martes y miércoles de la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner es otra señal de la proyección global que busca ganar el grupo con herramientas económicas concretas que lo lleven más allá de ser una sigla (Brics) con valor más simbólico o descriptivo que real.
La sigla fue acuñada en 2001 por un economista de Goldman Sachs, Jim O’Neill, para aludir a cuatro países que empezaban a tener una creciente influencia global.
Los líderes de Brasil, Rusia, India y China se apropiaron del nombre en su primera cumbre en 2009 y le agregaron la S al sumar a Sudáfrica a sus filas un año más tarde.
Según Kevin Gallagher, profesor de relaciones internacionales de la Universidad de Boston, el Nuevo Banco de Desarrollo y el Fondo de Emergencia marcan un cambio cualitativo del grupo.
“En los 90 tuvimos el llamado consenso de Washington que, vistos los resultados, fracasó. Con este banco y el fondo de emergencia de los Brics nos encontramos ante lo que podríamos llamar el ‘Consenso de Río’, que puede ser un modelo para la gobernanza económica global del siglo XXI”, señala Gallagher.
La lógica del desarrollo
El Nuevo Banco de Desarrollo estará abierto a otros países, pero su punto de partida son las naciones miembros del Brics y se espera que el primer préstamo sea concedido en 2016.
Como otros bancos de desarrollo, su principal objetivo es suplir las necesidades de infraestructura.
Estas necesidades son inmensas. En Sudáfrica, el gobierno calcula que en las próximas dos décadas se necesitarán unos US$200.000 millones.
Brasil aparece en la posición 114 de un ránking de 148 países del Foro Económico Mundial por su pobre inversión en infraestructura y, según la consultora Mc Kenzie Global, tendrá que triplicarla durante los próximos 20 años para llegar al desembolso promedio mundial en este sector.
Con décadas de falta de inversión, India ocupa el lugar 85 del ranking del Foro Económico Mundial y sufre una escasez crónica en sectores clave como el suministro eléctrico.
La situación de Rusia es similar. Mientras Estados Unidos y muchos países europeos invierten un 6% de su Producto Interno Bruto (PIB) en infraestructura, Rusia sólo desembolsa un 2,5%.
China es el único país de los Brics que ha realizado masivas inversiones en este sector en los últimos 15 años y el que menos necesita de un banco de desarrollo.
Según Ismail Erturk, especialista financiero de la Manchester Business School, el interés chino se centra en la creciente relación económica que tiene con los otros países.
“Brasil y Sudáfrica tienen una relación muy estrecha con China, que está menos integrada con India y Rusia. A nivel comercial, China depende más de EE.UU. de lo que quisiera. De manera que acá hay un interés concreto chino de expandir estas economías para diversificar su propio desarrollo”, señaló a BBC Mundo.
¿China o EE.UU.?
Los Brics conforman el 25% del PIB mundial y su comercio interno pasó de unos US$27.000 millones en 2002 a US$282.000 millones 10 años más tarde.
Según algunos cálculos, esta cifra se duplicará en 2015.
Con este motor económico y las necesidades de infraestructura de sus miembros, el Nuevo Banco de Desarrollo cubre una necesidad objetiva, clave para el éxito.
Pero está igualmente claro que hay un desequilibrio de poder en el interior del grupo a favor de China.
Esto se ha reflejado en un debate interno aún no resuelto sobre la sede del banco.
La decisión se tomará en la cumbre y los candidatos más firmes son Nueva Delhi y Shanghái.
“Hay un temor a que China se convierta en el nuevo poder, que sea como EE.UU. en el FMI. China es la que tiene mayores reservas y por tanto, más capacidad de maniobra. Este temor se siente particularmente con la creación del fondo de emergencia”, indicó Erturk.
En la misma China, la idea de un fondo de emergencia ha generado polémica.
A diferencia del banco, que se financiará con contribuciones iguales de cada uno de sus miembros, el fondo refleja las diferencias en los niveles de reservas de los países miembros.
China contribuiría con unos US$41.000 millones; Rusia, Brasil e India con US$18.000, y Sudáfrica con US$5.000 millones.
Sin embargo, no todos están de acuerdo con que este fondo y el banco sean los pilares de un nuevo orden económico.
“Son importantes, dada la actual inestabilidad del sistema financiero internacional y los problemas que ha generado la Flexibilización Monetaria de los países centrales”, dijo Erturk. “Esta flexibilización ha producido crisis en el valor de las monedas de India, Brasil, Sudáfrica, Rusia y otros países en desarrollo”.
“En este sentido, estas instituciones van a ocupar un lugar importante, pero por el momento no van a cambiar el disfuncional sistema financiero global que se seguirá manejando con las mismas reglas y los mismos poderes”, concluyó.
Y hay otros desafíos por delante, según señalan analistas: tal vez demasiados para resolver de acá al final de la cumbre.
Hasta ahora, los Brics han sido un bloque “informal” y el banco será la primera institución real que crearían como grupo, según destaca Oliver Stuenkel, profesor de Relaciones Internacionales de la Fundación Getulio Vargas de Sao Paulo.
“La gran pregunta es si la institución realmente podrá desafiar al Banco Mundial y desarrollar competitividad o si simplemente será un mero símbolo. Y eso creo que dependerá un poco de cómo se lleven los países entre sí”, apuntó Stuenkel a la BBC.