China ofrece $us 35 mil millones de apoyo a CELAC
China dio un importante paso en su firme aproximación política, económica y comercial hacia América Latina, una región a la que le ofreció 35.000 millones de dólares para financiar proyectos de infraestructura y desarrollo.
La propuesta china, presentada por el presidente Xi Jinping en una reunión celebrada en Brasilia con líderes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac), comienza por un fondo para proyectos de infraestructura por 20.000 millones de dólares.
En segundo lugar, China planteó la apertura de una línea de créditos preferenciales por un total de 10.000 millones de dólares y la constitución de otro fondo, por 5.000 millones de dólares, para proyectos específicos en diversas áreas de la economía y la producción.
Según la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, anfitriona de la cita, “China propone una relación muy importante”, que la Celac ha aceptado y que se delineará mejor a partir de enero próximo en Pekín, cuando habrá una primera reunión de cancilleres de ambas partes, que prepararán una posterior de jefes de Estado y de Gobierno.
En el encuentro de ayer con Xi Jinping y Rousseff también participaron los presidentes de Costa Rica, Luis Guillermo Solís; de Cuba, Raúl Castro, y de Ecuador, Rafael Correa, así como el primer ministro de Antigua y Barbuda, Gaston Browne, que forman actualmente el cuarteto de la Celac.
También asistieron los presidentes de Colombia, Juan Manuel Santos; de Chile, Michelle Bachelet; de Guayana, Donald Ramotar; de Surinam, Desi Bouterse; de Uruguay, José Mujica, y de Venezuela, Nicolás Maduro.
Según Raúl Castro, “tenemos el desafío de trabajar por la industrialización de los recursos naturales” y “en eso pueden tener un muy importante papel los vínculos con la República Popular de China”.
Rousseff explicó que la oferta a la Celac se complementará además con las acciones que han anunciado esta semana los miembros del foro Brics (Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica).
Las más relevantes son la creación de un banco de fomento, con un capital inicial de 50.000 millones de dólares, volcado a los países en desarrollo, además de la constitución de un fondo de contingencias por 100.000 millones de dólares.