Cataluña celebra voto por la independencia

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El nacionalismo catalán buscará a partir del lunes una salida política para celebrar un referéndum sobre la independencia de la región, después de recoger más de dos millones de votos en una consulta simbólica menospreciada por Madrid, que estudia acciones legales.

Enormemente satisfecho por el desarrollo de la votación, teóricamente prohibida por Madrid, Mas celebró la participación de “claramente más de dos millones de personas” que supone “un paso de gigante en su legítima aspiración de decidir pacíficamente y libremente nuestro futuro”.

“Que nadie lo olvide, especialmente el gobierno español, Cataluña una vez más ha demostrado que quiere gobernarse a ella misma”, dijo el líder catalán, reforzado en vistas a negociar su propio objetivo: un referéndum oficial y vinculante. El martes detallará su hoja de ruta que podría pasar por unas elecciones anticipadas en la región.

Pero en el gobierno español extrajeron un mensaje muy diferente, algo habitual en los últimos meses en las comunicaciones entre Barcelona y Madrid. El ministro de Justicia, Rafael Catalá, definió la jornada como “propaganda política carente de cualquier tipo de validez democrática” y “un simulacro inútil y estéril”.

Unas “reacciones de mucha miopía política y mucha indiferencia” para Mas, que pidió “al mundo” interceder ante Madrid por su causa buscando una solución pactada como la aplicada por Escocia y Reino Unido en septiembre o en Quebec (Canadá) en 1995.

Con la férrea oposición del gobierno español de Mariano Rajoy, el líder nacionalista tuvo que conformarse con esta votación sin valor jurídico organizada por voluntarios, que finalmente se celebró saltándose la suspensión decretada el martes por el Tribunal Constitucional.

La fiscalía general del Estado está estudiando los acontecimientos para “valorar la existencia de responsabilidades penales y ejercer en los próximos días las acciones legales que correspondan”, advirtió Catalá. “El responsable soy yo y mi gobierno”, respondió Mas.

– “Victoria relativa” –

La tensión política no se respiró en la calle donde predominó el ambiente festivo e incluso de emoción. Votantes de todas las edades, con sus familias o amigos, formaron largas filas en los colegios electorales para responder a la pregunta: “¿Quiere que Cataluña sea un Estado? En caso afirmativo, ¿quiere que este Estado sea independiente?”.

Con 2.043.226 votos una vez contabilizadas el 88,4% de las mesas electorales, un 80,7% (1,65 millones) apostaron por un doble “Sí”, un 10,1% por el “Sí-No” y un 4,55% por el “No”, cuyo partidarios boicotearon en su mayoría la votación, informó la vicepresidenta del ejecutivo Joana Ortega.

“Es una cantidad insólita (…) teniendo en cuenta que es una consulta no legal”, apuntó el filósofo y analista político Josep Ramoneda.

Para Fernando Vallespín, politólogo de la Universidad Autónoma de Madrid, es una “victoria relativa” que demuestra “una mayoría social por el derecho a decidir” sobre la secesión aunque “no tan clara respecto a la independencia”.

En su opinión, “Rajoy debe abandonar la postura puramente legalista y empezar a gestionar la política” para solucionar su conflicto con esta potente región de 7,5 millones de habitantes y una quinta parte de la riqueza nacional donde el independentismo, según algunos sondeos, alcanza la mitad de la población.

– Una jornada histórica –

“La gente se ha creído que puede decidir su futuro y ha acudido en masa”, afirmaba Xavier Bardolet, de 44 años, abrumado por la gran movilización en la pequeña localidad de Sant Pere de Torelló, 90 km al norte de Barcelona.

Con banda de música y pancartas que afirmaban “El 9N votamos sí o sí, ni un paso atrás”, un ambiente de fiesta se respiraba en este pueblo, el primero que en 2012 aprobó una moción declarándose simbólicamente independiente de España. Dos centenares lo siguieron después.

De Sídney a Nueva York, pasando por México DF o Sao Paulo, cientos de catalanes residentes en el extranjero también se movilizaron para la ocasión.

“Una oportunidad como ésta no debemos desaprovecharla”, decía uno de ellos, Jordi Cuesta, en París.

Para los independentistas, la jornada bautizada “9-N” fue histórica: “A partir de ahora somo un pueblo soberano y libre”, enfatizó rodeada de militantes la líder de la campaña ciudadana por el “Sí-Sí”, Carme Forcadell.

Denunciando “una farsa”, la mayoría de contrarios a la independencia prefirió no movilizarse.

“Yo he nacido en Barcelona, tengo 53 años, siempre he vivido aquí y nunca he visto este debate en la calle”, aseguraba este domingo Carlos Campuzano, dueño de un bar en Barcelona. “Es totalmente artifical”, dijo.

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