Caravana climática rumbo a la COP 20

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La Caravana Climática, una gira de acción que tiene como objetivo promover la educación popular y la conciencia colectiva sobre la crisis climática y las luchas por la justicia climática en América Latina que comenzó su recorrido en México, culminará en diciembre en el Perú, durante la Cumbre de los Pueblos que se celebrará en forma paralela a la COP 20 de Lima.

El proyecto surge hace ocho años, cuando un grupo de jóvenes mexicanos decide promover a nivel nacional las caravanas por la paz, sumándose a los esfuerzos de los diversos movimientos sociales y comunidades indígenas, y a las actividades del Ejercito Zapatista. Gracias a estos esfuerzos colectivos se consolidaron iniciativas sociales como la producción energética en las comunidades, a través de las bicimáquinas, y actividades paralelas sobre medios de “comunicación comunitaria”.

El día en que la caravana se volvió climática

La Caravana se vuelve climática en el año 2010, cuando se realiza en Cancún la 16ª Conferencia de las Partes (COP 16) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, abriendo nuevos debates sobre los impactos del fenómeno a nivel global y regional en América Latina.

“Hace dos años decidimos que queríamos salir de México y llevar nuestro apoyo a otras regiones por medio de nuestras rutas climáticas en Mesoamérica y los países andinos. Es así como la COP 20 en Lima sirvió como momento clave para continuar con nuestra propuesta de hacerle frente a la crisis climática y apoyar a los pueblos en su lucha diaria”, dijo Braulio Gutiérrez, coordinador de la agenda de la Caravana Climática. “Nuestro proyecto es una gira de acción por América Latina y tenemos como principio que si la crisis existe también debe existir la justicia”, añadió.

El autobús de la Caravana Climática funciona con aceite vegetal reciclable que es obtenido de los restaurantes y cocinas de las comunidades por donde se desplazan. El aceite pasa por un sistema de calefacción que lo calienta a setenta-ochenta grados centígrados durante su trayecto hasta el motor. Sus miembros han enfatizado que “el uso del aceite vegetal para su movilización no tiene relación directa con la promoción de la siembra de la palma africana y las problemáticas sociales que se derivan de ésta” y que promueven “el reciclaje del aceite para la producción energética pero no su siembra”.

La Caravana Climática consta de cuatro ejes centrales: agua, tierra, ordenamiento territorial y viento. A partir de estos ejes se analizan subtemas que provienen de conflictos internos como centrales hidroeléctricas, represas, basureros tóxicos, inundaciones o desplazamientos de comunidades debido a proyectos transnacionales. Luego, se planteó la necesidad de crear una plataforma de comunicaciones para condensar la información obtenida durante las rutas climáticas y traducirla en materiales educativos para su posterior difusión en los países visitados.

La plataforma de comunicaciones divide su material en “palabras, sonidos y miradas”, haciendo alusión a los formatos escritos, radiales y visuales para el registro de testimonios y casos aislados en cada país, permitiendo así articularlos bajo un mismo canal de comunicación.

Un buen ejemplo de esta articulación es el caso de las comunidades de La Puya, en Guatemala, y de San Luis Potosí, en México.

La Puya ha participado de un proceso de resistencia y de desobediencia civil pacífica comandado por las mujeres contra los impactos del sector extractivista en Guatemala. “La gente de La Puya sabe que la minera trae destrozos, contaminación por cianuro y desplazamientos, pero cuando vieron el video que hicimos sobre San Luís Potosí y las mineras se dieron cuenta de la magnitud a lo que se enfrentaron los compañeros mexicanos. Se sintieron reconocidos y se sensibilizaron para meterle más fuerza a la defensa de su territorio”, señaló Braulio Gutiérrez. “Lamentablemente el cerro de San Pedro ya no existe en San Luís Potosí, pero la gente de La Puya vio un espejo que recreaba perfectamente su situación. Y esto es parte de la labor que hace la Caravana Climática, somos esa ventana para que la gente se mire, se reconozca y se articule. Queríamos tener un mapeo de los diferentes conflictos, del grado de devastación ambiental y del nivel de crisis al que nos estamos enfrentado climáticamente hablando”.

La Caravana Climática centra sus fondos en el financiamiento colectivo o crowfunding. Las fuentes de ingresos a nivel global son variadas, incluyendo ONG internacionales como 350, XY y ALERT de Holanda. Pero Gutiérrez afirmó que “cerca de un setenta por ciento del financiamiento de la Caravana ha sido gracias a las comunidades que nos han hospedado, dado de comer y respaldado. A través del crowfunding logramos pasar el autobús de Panamá a Colombia para subirlo a un barco. También contamos con un stand de publicaciones propias, afiches, galería de calcomanías y otros souvenires que promovemos en las actividades donde nos invitan y con eso cubrimos gastos básicos para elementos de aseo personal”.

La Caravana cuenta con un anfitrión, ya sea una persona o una organización, en cada país donde planea pasar. Todas las decisiones se toman en colectivo y con la asesoría del anfitrión, quien dirige las locaciones a visitar, y se hace un mapeo previo y diagnóstico final sobre las problemáticas que se estén presentando en cada región. “Hemos tenido grandes satisfacciones, nuestra presencia ha permitido que los casos se visibilicen porque somos esa ventana para decir que las cosas no son como están pasando o al contrario. El éxito de la Caravana se debe al trabajo colaborativo de muchas organizaciones y anfitriones que nos apoyan no solo en el aspecto económico, sino también político al replicar nuestras acciones y promover nuestro material de sensibilización a las comunidades”, anotó Gutiérrez.

Posicionamiento frente a la COP 20

La COP 20 tiene por objetivo comprometer a las 195 naciones que ratificaron la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático a estabilizar las emisiones de gases de efecto invernadero producidas por actividades antropogénicas que interfieren nocivamente en el sistema climático. Este año, el país anfitrión es el Perú, en donde en las dos primeras semanas de diciembre se deberá esbozar el borrador para un nuevo acuerdo climático global.

La Caravana ha construido y ampliado su posicionamiento político a partir de las experiencias vividas durante las rutas climáticas. Sus integrantes se oponen rotundamente al modelo actual de desarrollo basado en la quema de combustibles fósiles. También muestran una postura sólida frente a otras fuentes de energía alterna como la eólica y su impacto negativo en las comunidades. “Las tan llamadas soluciones al cambio climático que están enmarcadas en el desarrollo limpio no solucionan sino que incrementan la brecha de la devastación y siguen rompiendo el tejido social de las comunidades. Creemos que construir políticas internacionales a partir de esa medida no puede seguir siendo viable”, afirmó Gutiérrez. “Estamos en contra del proyecto REDD+ (Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de bosques) y de los mecanismos del desarrollo limpio en todas sus variantes y fórmulas. En México se han registrado asesinatos y despojos de las comunidades, por eso ha sido difícil decir que estamos de acuerdo con ese proceso energético”, concluyó.

Sin embargo, aunque la Caravana Climática tenga un posicionamiento político claro, esto no quiere decir que se vuelva un discurso público la mayoría de las veces. Tal es el caso de los indígenas Wayúu (o guajiros) y su lucha contra la minería del lado venezolano. “Hay grupos cercanos a ellos de organizaciones de derechos humanos y ecologistas que dicen no a la mina de carbón, pero sí a los parques eólicos como método de producción energética limpia. Como Caravana Climática tenemos postura pero no la podemos hacer pública todo el tiempo en nuestro trabajo porque no queremos violentar las posturas de los demás”, dijo Gutiérrez. “No esperamos nada en realidad de la COP 20 porque los gobiernos progresistas siguen pensando que la locomotora energética es la solución para resolver los problemas de las sociedades. Lo único que esperamos es que se puedan revertir ciertas políticas ambientales como la de REDD+ en este continente. Y la comunidad indígena de los Bribris en Talamanca, Costa Rica, es un ejemplo a seguir porque son los grupos indígenas que dejaron de aceptar los pagos por servicios ambientales hace mucho tiempo”.

Participación en la Cumbre de los Pueblos

La Cumbre de los Pueblos frente al Cambio Climático, que se celebrará del 8 al 11 de diciembre en el Parque de la Exposición en Lima, es un espacio de diálogo y acción abierto, democrático y horizontal de la sociedad civil y pueblos originarios para compartir experiencias, problemas y propuestas frente a la crisis climática. El espacio de articulación de la Cumbre reúne a todas las organizaciones civiles y movimientos sociales para fortalecer una agenda en común y así ejercer presión ante los tomadores de decisión presentes en la COP 20.

El objetivo principal de la Cumbre es que los líderes globales atiendan el llamado de los pueblos del mundo y lo incluyan en sus políticas y mecanismos de negociación internacional.

La Caravana Climática participará activamente de los conversatorios y demás actividades programadas durante la Cumbre de los Pueblos. Series documentales sobre la crisis climática en América Latina y exposiciones fotográficas permanentes serán el aporte que hará la Caravana en este espacio democrático de los pueblos en su lucha por detener los impactos del cambio climático.

La Caravana Climática partirá de la capital de Ecuador con destino a Lima el 29 de noviembre, acompañada por el colectivo Yasunidos, que plantea la defensa de la reserva del Parque Nacional Yasuní, bajo constante amenaza de nuevos pozos petroleros. De ahí parte su propuesta de mantener el “crudo bajo el suelo”. Como cierre de su participación, la Caravana también estará presente en la marcha que congregará a comitivas peruanas y extranjeras unidas bajo la consigna “Cambiemos el Sistema No el Clima”.

Carolina Camelo es Miembro del equipo operativo del Movimiento Ciudadano frente al Cambio Climático (MOCICC).

Marcha Mundial en Defensa de la Madre Tierra

La marcha, en la que se espera que unas quince mil personas recorran cuatro distritos de Lima metropolitana (Jesús María, Lince, La Victoria y Cercado de Lima), se llevará a cabo el 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos. Habrá una concentración en el Campo de Marte desde las 11:00 A.M. hasta las 02:00 P.M. y culminará en una gran concentración en la Plaza San Martín. “Convocamos a toda la población a participar de esta marcha que será pacifica y una demostración de la diversidad cultural de nuestras comunidades y pueblos originarios”, dijo Lourdes Huanca, miembro de la Federación Nacional de Mujeres Campesinas, Artesanas, Indígenas, Nativas y Asalariadas del Perú (Femunicarinap) y vocera de la Cumbre de los Pueblos.

En la marcha participarán las comunidades del Perú que se han visto severamente afectadas por los conflictos socioambientales, como el caso de Conga en Cajamarca y representantes de diferentes regiones del país, como Pasco y Cusco. El caso de Conga, precisamente, es el que ha llamado la atención de la Caravana Climática en su objetivo de visibilizar la lucha de los pueblos en el Perú. “Es impresionante ver en Cajamarca el nivel de complacencia entre el gobierno municipal y las empresas. Es definitivamente un caso que sirve como termómetro para medir lo que está pasando en otras partes del país”, afirma Braulio Gutiérrez, coordinador de la agenda de la Caravana Climática, quien entregó un mensaje al presidente Ollanta Humala en el que se afirma que “está equivocado con el modelo y políticas públicas extractivistas que está abanderando para que el Perú salga del subdesarrollo. La formula es la equivocada y está comprobado, por eso hay que tratar de darle la vuelta a la pieza de la producción económica nacional para generar nuevas formas de riqueza”.

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